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[RP] Basilica di Sancta Maria Rotunda
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Melania_dcleve



Inscrit le: 19 Sep 2023
Messages: 1

MessagePosté le: Mar Sep 19, 2023 5:14 pm    Sujet du message: Répondre en citant

Entró al magno recinto sintiendo esa Paz, que sólo se lograba en lugares como éste, donde la presencia del Altísimo estaba viva y presente en cada alma, en cada mortal que lo visitara

Su tristeza y sentir, volvían a apoderarse de su cuerpo y de sus emociones , ante una pérdida más, y tan profunda en sus afectos, que movilizaban fibras íntimas y grandes recuerdos imposibles de borrar

Había conocido a su Majestad a través de su amiga entrañable de la vida, y era consciente de sus grandes valores como persona primero, como padre ejemplar, y como soberano después

En su mente se entrecruzaron muchos cosas, y mucha angustia también al pensar en Maximus y en Irena
¡Tan pequeños para soportar tanto dolor!, se repitió

Elevó sus ojos al Altísimo pidiendo resignación y aceptación para sus tiernas almas, que dificilmente podrían llegar a entender, ni encontrar respuesta a ese ¿por qué? con que la vida parecía castigarlos

Se acercó en silencio a ese féretro, depositando sobré él, dos rosas rojas del rosedal,las más bellas que pudo encontrar, unidas en un lazo que seguía uniéndolos más allá de la vida

¡¡Descanse en Paz su Majestad Germán, junto a su amada Rosabelle!!
Velaré por sus pequeños mientras viva,como siempre lo he hecho


dijo con una lágrima en sus ojos, retirándose a continuar presenciando el homenaje desde otro sector de la Basílica
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Loryx



Inscrit le: 03 Mar 2012
Messages: 21

MessagePosté le: Jeu Sep 21, 2023 12:26 am    Sujet du message: Répondre en citant

todo había evolucionado tan rapidamente..
Parecía que había pasado poco tiempo desde que Germain había citado a Loryx para hablar con él sobre la posible llegada de la delegación catalana… y le había pedido colaboración. El Gran Chambelán del Reino de Valencia había aceptado, como exigían los tratados de alianza entre Valencia y la Corona y como creía que debía hacerlo, dado el enorme cariño que tenía para aquel hombre.

Entonces… todo cambió. Un viaje de caza había resultado fatal para el Rey.

Qué cruel es el destino cuando te permite sobrevivir a guerras y enfrentamientos y luego corta el hilo de tu vida de una manera tan inesperada.

Sin embargo, Loryx sabía que Germain se sentía mejor en ese momento. Por fin pudo volver a abrazar a su amada Rosabelle. Finalmente, podría darle otro dulce beso.

Estuvo allí, en la Basílica, y siguió toda la misa en honor de ese gran hombre.
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Gonzalvo



Inscrit le: 12 Juil 2021
Messages: 8

MessagePosté le: Ven Sep 22, 2023 10:33 am    Sujet du message: Répondre en citant

Gonzalvo de Córdoba había venido por muchos motivos. La muerte del rey, a quien había conocido y llegado a apreciar (a él directamente y a algún alterego suyo que había conocido haciéndose pasar por soldado raso), era el motivo obvio para que se encontrase aquí, más no era el único. Su Eminencia Roderic, el nexo de unión más importante que tenía Catalunya con la Madre Iglesia, era una figura imprescindible en el Reino y el deber de Gonzalvo para defender los intereses de Catalunya le hacían que estuviese allí, protegiendo y cubriendo las espaldas de Roderic sin que el orgulloso cardenal fuera consciente de ello. Ana de Bournes, su sagaz e inteligente esposa se había reído de esta "excusa banal para no decir que Roderic te importa, porque eres un buen amigo, y no quieres dejarle solo en un evento de trascendencia como es la muerte del Rey de la Corona". En absoluto. Gonzalvo se decía a si mismo que su mujer (intuitiva hasta la exasperación, el diablo se la lleve) se equivocaba, porque un hombre de guerra como él no tenía tanto sentimiento y emotividad...

Entró en la Basílica con paso lento, impresionado tanto por la magnificencia del lugar como del evento en cuestión. Apoyó pesadamente la rodilla derecha en tierra al cruzar la puerta del santuario, extrayendo la pequeña cruz que siempre llevaba colgada bajo el gambesón. La besó haciendo una rápida señal de la cruz y susurrando un privado In nómine Altíssimi, et Aristótelis, et Christi. Amen. Se alzó, cuan grande era, y continuó acercándose en silencio a todas aquellas personas y grandes dignatarios venidos de todos los reinos y ciudades. Mucha gente que ver, mucha gente que saludar.

Se cuadró formalmente ante Galathea besando su mano con una sonrisa, y realizó una inclinación de cabeza respetuosa al cabeza de la familia Lancaster, Sir Edward Loryx Lancaster, Señor de Graciós, hombre que se había ganado su aprecio sincero entre guerras y paces. Sonrió a continuación saludando también a la secretaria real del difunto, Doña Zaira, educada y noble mujer a quien había conocido días atrás en Tortosa, y que en su lealtad incondicional al rey, destacaba con su exotismo averroísta en aquel centro de grandiosidad aristotélica. Pasados los protocolarios momentos de saludos iniciales, se retiró al fondo, buscando diluirse en un humilde segundo plano, junto a La Dama RossaNegra, mujer que que deseaba conocer y de la cual había oído todo tipo de rumores.

Escuchó la misa, mirando el féretro de aquel hombre que ahora, por fin, estaba realmente junto al amor de su vida, Rosabelle. Y dió gracias al Altísimo en silencio por permitirle a él, Gonzalvo, el regalo que Germain no tuvo: poder vivir todos los días junto a su amor.

Y mientras pensaba en la muerte, en la tristeza y la soledad, se sintió afortunado pensando en su esposa, Ana de Bournes.

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Comté d´Almenara-Nules, Barón de Algarb i cavaller del comtat d´Almenara Nules
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rei_arnau.



Inscrit le: 23 Sep 2023
Messages: 1

MessagePosté le: Sam Sep 23, 2023 5:11 pm    Sujet du message: Répondre en citant

El Duque de La Cerdanya entro en la basílica con la cabeza baja en respeto a alguien que en poco tiempo llegó a considerar amigo, ya no por sus ideales políticos sino por sus valores como persona, su respeto al prójimo y su honor como caballero, los cuales eran valores que el viejo Duque valoraba por encima de todo.

Arnau se imaginaba que todos en la iglesia lo miraban, y se preguntarían que hacía ese catalán aquí, ni miraba a los presentes, no venía por ellos ni perdería un segundo en sus miradas de sorpresa, de incredulidad o de odio, tenía muy claro que venía a despedirse de un amigo y por eso avanzó con paso firme hacia el féretro, en él dejó unas garras de oso de las montañas de los pirineos, sabía que eso le haría gracia, fueron las del primer oso que Arnau cazó con apenas 12 años, un animal de más de 230 kg.

Las dejo encima, al lado de unos lirios y más ofrendas, toco el féretro y dijo en voz baja, descansa en paz amigo, lo que has hecho para no pagarme esa cerveza que me debías, después decías de los catalanes, dicho esto se fue detrás del todo, a los bancos finales, sabía que ese día era muy especial para sus familiares, allegados y amigos directos.
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Elve



Inscrit le: 20 Mar 2012
Messages: 42

MessagePosté le: Lun Sep 25, 2023 8:07 am    Sujet du message: Répondre en citant

Elve llegó a la Basílica con una enorme tristeza. Un hombre, un rey, había fallecido, y no son nunca situaciones fáciles.

Estaba ahí de parte de la embajada de la Corona de Inglaterra, como el embajador senior de los estados Ibéricos, representando al estado.

Era ya mucho tiempo la última vez que había visitado Roma, y todo parecía bello, aunque era como recordaba.


“Amen.” Dijo Elve al final del rezo que comenzó su eminencia Felipe. Siguió con sus ojos la gente que llegaba. No había conocido a muchos todavía. No pudo pensar en eso por mucho tiempo, ya que siguió la misa con una lectura. Elve se quedó pensando en lo que había dicho el señor.
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Irial



Inscrit le: 24 Sep 2023
Messages: 1

MessagePosté le: Lun Sep 25, 2023 6:35 pm    Sujet du message: Répondre en citant

Largo fue el camino que tuvieron que recorrer para llegar a la basílica.

-Sancho, ven aquí, que no me fío -dijo mientras le agarraba del brazo.

Irial entró con miedo, hacía demasiado tiempo que no pisaba una iglesia y llevaba una vida un tanto pecadora.
Tras dar los primeros pasos por aquel pasillo y ver que no acababa envuelta en llamas se relajó un poco y soltó finalmente el brazo de Sancho, al que vio con cara de sufrimiento que asoció a la muerte del Rey.

-Arrodíllate por mí.... que el suelo está muy lejos – le susurró.

Hacía tiempo que ella no se arrodillaba, había vivido ya demasiado, pero siempre respetaría la figura del monarca, como Reina Viuda que era.

Depositó al lado del féretro la ofrenda que le había llevado al difunto rey, una botella de la mejor cerveza que había encontrado...(...que había encontrado de camino al funeral, tampoco se había matado buscando y la cerveza era normalita tirando a cutre, pero total, el pobre German no se la iba a poder tomar).

Intentó santiguarse sin mucho éxito, no recordaba cómo se hacía, así que disimuló un poco haciendo como que soltaba una lagrimilla y se dirigió a un banco alejado para tomar asiento.
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Sancho_de_torres



Inscrit le: 06 Mai 2023
Messages: 1

MessagePosté le: Lun Sep 25, 2023 7:01 pm    Sujet du message: Répondre en citant

Y bien largo que fue, daba fé el catalán.

-Sancho, ven aquí, que no me fío -dijo la Reina mientras le agarraba del brazo.

-Pues anda que yo que soy reformado... -masculló para que nadie le escuchara.

Sancho debía confesar que se encontraba tenso (por la sangre que brotaba de su brazo) y alerta por si Irial entraba en combustión espontánea en cualquier momento, aunque por la cantidad de combustible que llevaba dentro, seguramente volaría por los aires medio templo.


Ya cerca del féretro, la Reina Viuda, le pidió que se arrodillara por ella. Bueno, estaba de suerte, no era ni de lejos la indicación mas complicada que pudiera haber recibido allí. Además, su respeto era sincero y se arrodilló como dictaba el protocolo. Al levantarse presenció una dantesca escena en la que la pelirroja aparentemente hablaba en lenguaje de signos. Suspiró y la acompañó hasta el asiento que había elegido ella.
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Felipe...
Cardinal
Cardinal


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Messages: 1598
Localisation: Villa Borghese

MessagePosté le: Ven Sep 29, 2023 2:57 pm    Sujet du message: Répondre en citant

El cardenal observó no sin cierto orgullo el buen hacer y la delicadeza con la que su homólogo catalán se desenvolvía en el desarrollo de la nueva liturgia pontifical. Aunque quizás aquellas observaciones no eran mas que una forma con la que el castellano intentaba mantener su cabeza ocupada para no regresar a los pensamientos y recuerdos de su difunto hermano. Él escuchó la lectura con sus ojos entrecerrados y la cabeza ligeramente agachada, mientras en su interior no había más que gratitud por todas aquellas personas, en su mayoría conocidas, que habían asistido a esa misa de Requiem en recuerdo por el difunto rey.

Tras la lectura del Libro de las Virtudes, Felipe recibió de nuevo la mitra de manos del subdiácono, sin embargo rechazó tomar el báculo, pues aunque él se encontraba en su propia sede romana y tenía derecho a ello, esa fue su forma de reconocer con humildad la universalidad del poder del Pontífice; un pequeño gesto que pasó inadvertido a la mayoría de los presentes. Después subió los escalones hasta el púlpito y apoyó las manos en la balaustrada de madera para mirar a los fieles congregados. Una de las partes más importantes de la liturgia era sin duda la homilía, porque tenía un sentido pedagógico para los fieles, una forma de aprendizaje de los valores aristotélicos, del dogma y de la doctrina.


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Queridos hermanos y hermanas que habéis venido hasta Roma desde las lejanas tierras hispánicas. - Su voz era algo temblorosa, aunque se enmendó a tiempo para que sonase firme antes de proseguir - Tal y como nos enseñó nuestro primer profeta, Aristóteles, todos y cada uno de nosotros tenemos un alma, que a diferencia del cuerpo, es inmaterial e inmortal. Desde el momento de nuestro nacimiento hasta el día de nuestra muerte, el cuerpo y el alma se mantienen unidos. Es durante nuestra vida en la tierra cuando los fieles aristotélicos debemos tener gran cuidado por prepararnos por el mundo futuro; esto lo conseguimos viviendo conforme a las enseñanzas de nuestros Profetas a través de la Santa Madre Iglesia: una vida inspirada en las virtudes y alejada de las tentaciones. Cuando llega la hora de nuestra muerte, bien sea en la vejez, en la enfermedad o en la guerra, nuestro cuerpo se enfría y perece, y es ese momento tan importante en el que nuestra alma vuelve a estar separada de su envoltura mortal.

Para nosotros, simples hombres y mujeres que hemos convivido tanto tiempo con nuestros seres queridos, amigos o vecinos, el momento del fallecimiento es una dura prueba, pues supone la incertidumbre de volvernos a reencontrar en un estado muy diferente del que teníamos, en un momento incierto, en un futuro que vemos demasiado lejano. Sin embargo y a pesar de todo, no debemos estar tristes, pues ha llegado para nuestro difunto rey y hermano el gran momento en el que por sus acciones serán juzgadas, y con nuestras rogativas a los santos y a los Profetas y con su intercesión, esperaremos que Dios Todopoderoso se apiade de él y lo conduzca al Paraíso Solar. Todos nosotros, antes o después debemos pasar por esta transición, como miembros de la Iglesia Militante en la tierra, para aspirar a convertirnos después en miembros de la Iglesia Triunfante y unirnos a la Comunidad de los Santos, consiguiendo, ojalá, la gran recompensa de la salvación eterna y de la verdadera contemplación de Dios en su esencia más pura.

Pero no os quiero engañar, no todos los que estamos hoy aquí tendremos ese privilegio. Dios siempre nos observa y conoce nuestra intimidad más profunda. Así pues, ni los más piadosos tienen asegurada la salvación, ni los más pecadores están sentenciados al destierro en el infierno lunar. Quiero insistir en que La Santa Madre Iglesia, como guía nuestra y preservadora de la doctrina, tal y como se nos ha inspirado durante siglos a través de los escritos de los Profetas y de los Santos, nos pide que nos acerquemos a ella, con humildad, cuando nos hayamos comportado de manera indigna, en busca de perdón y reconciliación con el Altísimo. Aunque temamos ser reprendidos y amonestados como niños y ser azotados con la chancla: ella al fin y al cabo es nuestra Madre, que nos quiere y nos sabe perdonar. Seguro que muchos de vosotros albergáis pecados y ofensas en vuestros corazones, o puede que incluso conozcáis a algún excomulgado que ha sido apartado t-e-m-p-o-r-a-l-m-e-n-t-e de la comunidad de los fieles. Pues bien, escuchad y obrad en consecuencia: olvidad vuestro orgullo, que es como un ancla que os lastra y os ata a vuestros propios pecados, liberaos de ese yugo que lastima vuestra alma; acudid a un sacerdote, a vuestro obispo, o aquí mismo en Roma, y venid al sacramento de la confesión. Poned vuestros desvelos más inquietantes en la comprensión y consejo de un confesor, para que os ayude a conocer vuestras propias debilidades y, con arrepentimiento y reparación del daño causado, podáis ser perdonados. Tended cuidado, mis queridos hijos, pues no sabemos el momento y el lugar en el que el Altísimo nos reclamará para dar cuentas ante él: tened vuestra alma y vuestra conciencia inmaculadas para ese terrible día.




Cuando el Felipe hubo terminado su homilía, esperando que todos los fieles hubieran comprendido sus palabras, bajó los escalones del púlpito y regresó frente al centro del altar. El subdiácono tomó la mitra de su cabeza y el oficiante volvió a dirigirse a los fieles: -Queridos hermanos, recemos ahora la oración universal, la que todos pronunciamos en nuestro bautismo, que nos recuerda nuestra fidelidad y nuestro amor a Dios y a su Iglesia.

Entonces, levantando las manos y uniéndolas, inició la oración:

-----------------------------

Credo in Deum,
Altissimum Omnipotentem,
Creatorem caeli et terrae,
Inferos et paradisi,
Ultima hora animae judicem nostrae

Et in Aristotelem, prophetam,
Nicomaqui Phaetique filium,
Missum ut sapientiam et universi
Divas leges errantibus hominibus erudiret

Credo etiam in Christum,
Natum ex Maria et Ioseph,
Vitam dedit ut nobis paradisi viam monstraret
Sic, postquam sub Pontio passus est
Propter salutem
Nostram martyr perivit
Consecutus est Solem
Ubi Aristoteles ad Altissimi dexteram eum expectabat

Credo in Divinam Actionem,
Sanctam Ecclesiam aristotelicianam, romanam, unam et indivisibilem
Sanctorum communionem,
Peccatorum remissionem,
Vitam aeternam.

Amen.


R/. [Todos los fieles recitan el credo]



Al finalizar el credo, Felipe besó el altar reverencialmente y se dirigió de nuevo a los fieles:

-Dóminus vobíscum.
R/. Et cum spíritu tuo.

Había llegado el momento del Sanctus, por lo que el Cardenal dijo: - Oremus -. Inmediatamente el coro comenzó a cantar:

-----------------------------

      Sanctus, Sanctus, Sanctus, Sanctus, Dóminus Deus Sábaoth:
      pleni sun cœli et terra glória Sua. Hosánna in excélsis.
      Benedíctus qui venit ✠ in nómine Dómini. Hosánna in excélsis.

Mientras se cantaba el salmo, el diácono se acercó y cogió el copón de la credencia: era una gran copa dorada, cerrada con una tapa igualmente ornamentada. Dentro estaba el pan de la amistad, una hogaza cocida con una cruz estampada en la parte superior. Entonces las campanas del altar sonaron tres veces, pidiendo que todos se arrodillaran, mientras el cardenal hacía la señal de la cruz, bendiciendo: - Súscipe, sancte Pater, Omnípotens Ætérne Deus, hunc panem, quem ego indígnus fámulus Tuus óffero Tibi Deo meo vivo et vero, pro reconciliatiónem fratrum, signum amicítiæ Tuæ, qua dimíttit innumerábilia peccáta, et offesiónes, et negligéntias mea, et ómnium circustátium, sed et ómnium fidélium aristotelicórum: ut mihi et illis profíciat ad salútem in vitam ætérnam. Amen

-----------------------------

Felipe, tras ser ayudado por el subdiácono para quitarse las quirotecas, abrió el ciborio y extrajo delicadamente de su interior la pequeña hogaza de pan; luego la colocó sobre el corporal de lino blanco del altar. A continuación, recibiendo el incensario del diácono, bendijo el pan, diciendo: - Incénsum istud a Te benedíctum ascéndat ad Te, Dómine, et descéndat super nos misericórdia Tua - Inmediatamente bendijo también el altar y luego al diácono.

Luego, uniendo sus manos sobre el altar e inclinándose, dijo: -In spíritu humilitátis et in ánimo contríto suscipiámur a Te, Dómine: veni, Sanctifiátor Ætérne Deus, et béne+dic hoc sacrifícium, Tuo Sancto Nómini preparátum, ob memóriam Prophétæ Tui.

En este momento, el coro terminó de cantar el Sanctus. El cardenal entonces rezó "en secreto", es decir, moviendo sólo los labios, totalmente inaudibles: - Dómine, secúndus Prophéta Tuus Christus dixit: "Altíssimum orántes, amicítiae pánem vinúmque, córporis sanguinísque imágines, consecráte, ne úmquam sacrifícium meum pro vobis obliviscámini. Amen, honos Deo maior quam amáre sine remuneratióne non est"; præsta, ut quod ore súmimus, in nobis fructíficet fructus amóris. Amen

El joven sacerdote, en el momento más sagrado de la liturgia, con la cabeza inclinada, tomó cuidadosamente un trozo de pan ya bendecido con la mano izquierda mientras mantenía la derecha apoyada sobre su pecho, y con devoción y humildad dijo antes de comulgar: -Dómine, non sum dignus- Y continuó diciendo: -Panis amicítiæ custódiat ánimam meam in vitam ætérnam.

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Luego, inclinándose ligeramente, se llevó a la boca el pequeño trozo de pan bendecido y se lo comió. Luego se enderezó, juntó las manos, se dirigió a la cátedra y tomo asiento junto a Roderic, permaneció unos instantes en silencio, meditando y rezando mientras los demás comulgaban.

A continuación, el diácono tomó la patena dorada con los trocitos de pan y dio la comunión al cardenal catalán y a los demás clérigos presentes; luego bajó los tres escalones del altar para dar la comunión a los feligreses que lo desearan. Mientras distribuía los trozos de pan consagrado, dijo a cada uno de los fieles: - Panis amicítiæ custódiat ánimam tuam in vitam ætérnam.

Y los fieles que se habían acercado al altar, justo antes de comulgar respondían: R./ Amén

De fondo se escuchaba la voz del coro cantando nuevamente llenando con sus vocies y sus salmos el gran espacio entre el suelo de mármol y la altísima y gran cúpula de hormigón del Panteón construído incluso antes de la fundación de la misma Iglesia por el profeta Christos. Los viejos dioses del paganismo habían dejado paso a las alabanzas del eterno y todopoderoso Altísimo.

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Magister Ceremoniarum



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MessagePosté le: Mar Oct 03, 2023 1:29 pm    Sujet du message: Répondre en citant

Terminado el rito de la Comunión, el diácono volvió a subir los escalones hasta el altar y depositó cuidadosamente las migas y trozos de pan que quedaban en el interior del copón. Inmediatamente llevó el copón al sagrario y cerró la puerta, inclinándose profundamente antes de volver al altar, donde los acólitos ya habían devuelto los restantes objetos litúrgicos a la credencia. A continuación, se acercaron a los cardenales y le colocaron las mitras sobre sus cabezas y las quirotecas en sus manos. Mientras tanto, el subdiácono se dirigió al ambón y entonó el "Requiescat in pace" junto al coro, en sustitución del "Ite missa est", como era propio en las misas de réquiem. La misa estaba a punto de terminar.

-----------------------------

- Requiéscat in pace.
R/. Amen
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Felipe...
Cardinal
Cardinal


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MessagePosté le: Mar Oct 03, 2023 1:49 pm    Sujet du message: Répondre en citant

Sentado en la cátedra, Felipe había rezado en silencio después de tomar el pan de la amistad, pidiendo a Dios que le fortaleciera para poder recibir también el don de la amistad y del amor. Una vez que el diácono hubo cantado el "Requiescat in pace", Felipe susurró el "amen" recordando a su difunto hermano. Luego, junto al resto de clérigos, se levantó y dijo:

-Pax vobis
R/Et cum spiritu tuo

Como era una misa de requiem, tampoco el oficiante daba la bendición final, sino que en ese momento concluía la misa y los acólitos comenzaron a formar la fila bajando los escalones del altar para iniciar la procesión de salida. Roderic y Felipe caminaron en último lugar, mientras el cardenal castellano inclinaba la cabeza en agradecimiento a los asistentes a la misa.

El coro entonó un salmo final:


________________

Versa est in luctum cithara mea, et organum meum in vocem flentium. Parce mihi Domine, nihil enim sunt dies mei.
    [Vuelta está al luto mi cítara y mi órgano a la voz de los que lloran. Ten consideración de mí, Señor, pues nada son mis días.]

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