L'Eglise Aristotelicienne Romaine The Roman and Aristotelic Church

[Dekar]

Giró el timón en dirección al puerto, la velocidad fue menguando lentamente cuando alzó la voz.

- ¡Arriad la mesana! - Alzó la voz más alto. - ¡Trinquete a dos tercios!

Dió un giro a estribor y tomó el astillero más próximo, lentamente la nave se iba acercando.

- ¡Daos prisa con las velas! y preparad las guardas.

Miraba nervioso a los ociosos de sus hijos, esperando que se movieran lo antes posible.

[Al-mansur]

Con sus dos cucuruchos Alman penso que era hora de descansar asi que pillaron la trattoria mas proxima, cercana a la via que se dirije a venecia, compraron un par de oculos negros a un romano que pasaba por alli ( o era rumano?) se hicieron servir dos bebidas con un nombre raro (Martini Bianco les dijo el camarero) y se dispusieron a pasar la tarde al solecito viendo pasar a las romanas disfrutando del fin de este dia de primeros de verano y la brisa que llegaba del cercano Tiber.

[Graff]

El maese dejó, junto con su familia, el barco que les había traído hasta el puerto de Ostia. El viaje, aunque pesado, había sido rápido en la pequeña embarcación que habían contratado para la ocasión en el puerto de Castellón. Las niñas, eso sí, habían estado inquietas todo el trayecto por el aspecto patibulario de los marinos. El pater familias se cansó de explicarles que no eran malos, sólo gente de mar... que, de tarde en tarde, cuando el comercio no tenía éxito, se dedicaran al buen arte de la piratería no los convertía, instáneamente, en piratas. Con pesar, descubrió que sus palabras no las tranquilizaron mucho. El muchacho, un tanto preocupado también, no dejaba de acariciar la empuñadura de su daga.

Descargaron sus enseres, luego de despedirse hasta el regreso del capitán, y el maese les pidió que les esperaran un momento allí, al cuidado de su equipaje, mientras él buscaba transporte.

La niña Rosaura vió a su ya casi Vati alejarse resuelto y contento. Miró a su alrededor, sentada en un baul con la ropa de su ya casi hermana e, instintivamente, la tomó de la mano. No estaba muy contenta con eso de estar en un lugar extraño, después de un viaje más extraño aún rodeada de una gente que hablaba lo que se le antojaba una jerga incomprensible. Le reconfortaba la presencia tranquila de la dama Avienda y el temple del caballero Pakirrín. Soñaba, algún día, tener la presencia de ánimo de ambos. Al fin y al cabo,pronto ella también sería una von Lahn.

Tengo pis dijo a su hermana en un susurro.
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[Ximena_]

Los Reyes de Castilla y León llegaron a la coronación, descendieron de la carroza y custodiados por su guardia personal fueron guiados directamente hasta donde la comitiva de las Instituciones Castellanas se agrupaba presentando sus credenciales al escribano.

El heraldo que se encontraba en la sala iba anunciando en voz alta y engolada el nombre de los inscritos en el libro del registro junto a sus cargos y títulos si los tenían. El escribano recibó de manos del Rey Lope la invitación enviada para el evento y tras registrarlos para la posteridad, el heraldo anunció a la sala:

Doña Ximena de Trastámara y Don Lope Díaz de Haro, Reyes de Castilla, de León, de Toledo, de Galicia, de Asturias, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de Algeciras, Principes de Asturias, Señores de Vizcaya y de Molina.

Ximena y Lope avanzaron hacia el centro de la sala y al encontrar a la Reina Myrnia fueron a saludarla pues grande era la amistad que les unía.
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[Selvachu]

Sel y Cata se encontraban viajando por tierras aragonesas, pocas noticias les llegaban ya que se movían constantemente de ciudad en ciudad.
Se encontraban en una taberna en Calatayud cuando un mensajero irrumpió casi sin aire preguntando por la dama Selvachu Beclard Lainez.

-Soy yo a quien busca buen hombre, en que le puedo ser útil.

-Señorita! Tengo un mensaje urgente para usted – dijo el mensajero entregándole un pergamino.

Sel lo abrió muy preocupada, creyendo que podían ser malas noticias, comenzó a leer y para su asombro estaba invitada a la coronación del Rey de Valencia junto con un acompañante.

- Cielo… cambio de planes!!! Nos vamos a Roma!!!!
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[Kalgalanos de Peñalver]

En algun lado del barco se escucharon instrucciones de arriar la mesana.

Kalgalanos que estaba bebiendo cervezas con su hermano Neopirate, lo cogió del brazo sin mediar palabra y se lo llevo para llevar a cabo tal marinera labor.

- Vamos Neo, ¡hasta un Peñalver borracho puede arriar la mesana!

Mientras se movían por el barco el urgelino gritó - Padre, ¿la mesana es el "palo" de atrás o el de alante?

Dekar hizo señas hacia el mástil que se encontraba atrás del mástil mayor.

Los hermanos de Peñalver subieron por el mástil tambaleándose por la embriaguez, al cabo de un rato la vela de mesana estaba arriada.

[Lobogz]

Lobo corrió hacia la proa para arriar el trinquete. Poco despues, cansado de tanta carrerita, se dispuso a tirar las guardas por la borda. En un determinado momento, quedó pasamado en un punto del horizonte pensando una venganza para sus hermanitos. Cogió una cuerda, y ató un extremo a las piernas de sus hermanos, y el otro extremo a los laterales del barco, tirándolos con las guardas en el casco del barco.


''que bien sienta un buen plato caliente de venganza''

[Dekar]

Dekar giró lentamente para abarloar el navio, el casco se acercaba poco a poco.

- Preparad los cabos. - Sólo pudo ver a Lobo, cogiendo las cuerdas preparadas para lanzarlas al muelle, donde esperaban para para amarrar a las bitas.

- Familia ya hemos llegado. - Miró por la cubierto y pregunto - ¿Donde estan Neo y Kal?

[Yria]

Aquella calurosa mañana de verano Yria estaba enfrascada en el libro de cuentas de su taller `La Rueca Encantada´. “…Trece pieles, veinticinco ovillos, dos calzones,… ¡Maldito calor!” exclamó en alto mientras enjuagaba las gotas de sudor de su frente con un pañuelo exquisitamente bordado. Por las ventanas abiertas a la calle empezaba a oírse el lejano silbido de algún castellonense extraviado. “Bien volveré a empezar” pensó para sí “…una hopalanda, tres túnicas, dos faldas…” Aquella dichosa tonadilla no le dejaba concentrarse. Mirando con irritación hacia la ventana se imaginó lanzando un ovillo a través de ella en dirección a aquel desconsiderado concertista. Agachando nuevamente la cabeza sobre el libro, estaba dispuesta a empezar una vez más cuando la puerta se abrió haciendo sonar la campanilla situada sobre ella, que anunciaba la llegada de un nuevo cliente. El cliente no era tal sino el galante joven autor de la simpática melodía. “Vaya cielo, eras tú…Has tenido suerte, ibas a ser la diana de un lanudo proyectil…” comentó levantándose de la mesa y acercándose a besar a su novio Isnarathot. El gesto de perplejidad del siempre risueño diácono la hizo sonreír “No me hagas caso amor mío. Estoy intentando cuadrar las cuentas, ya sabes… intentando adivinar lo que me queda por ahorrar para nuestra mudanza”. La sonrisa de Isnarathot se hizo aún más amplia. “No te preocupes por eso, mi queridísima ninfa, la mudanza tendrá que esperar. Acabamos de ser invitados a la coronación del Príncipe Don Anzo de Berasategui como Rey de Valencia. La celebración tendrá lugar en la basílica de San Tito en Roma. Mi madre también ha sido invitada por lo que deberemos encontrarnos con ella en Tarragona para viajar juntos hasta nuestro destino en Roma." Ahora era Yria la que estaba boquiabierta. Conocía de sobra a Isnarathot para saber que nunca bromeaba con ese tipo de cosas, por lo que tras los primeros segundos de sorpresa su mente empezó a maquinar rápidamente. “Bien, hay que darse prisa entonces, prepararemos el equipaje pertinente y partiremos esta misma noche… menos mal que tengo un vestido previsto para este tipo de ocasiones. ¡No hay tiempo que perder! ¡Rumbo a Tarragona!"
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[Avienda]

Después del viaje por mar, Avienda se alegró de haber arribado al fin a Ostia. Los rudos señores que gobernaban la ligera embarcación le habían impresionado. Y la aclaración de su Vati no sirvió para calmarla en demasía. Acostumbrada a las seguras paredes del convento, Avi se sentía diminuta y fragil en el estraño mundo. Pero procuraba disimularlo. Además, todos somos corderos del señor. Y, en su rebaño, la oveja q se pierde no es culpable. Sino el pastor que no la guía correctamente. Aquellos marinos carecían de un alma benevolente que les llevara por el buen camino, Dios se apiadara de sus almas y les concediera iluminación..

Ya en el puerto, su Vati se alejó en busca de transporte. Avi lo miraba todo con ojos enormes, como la pequeña Rosaura ante un pastel de bayas. Se respiraba el fuerte olor del pescado. Por sus aromas penetrantes, sospechaba que no era demasiado fresco. Rudos marinos de pecho descubierto y piel tostada y curtida por el sol, cruazaban antes el pequeño grupo sin dedicarles una mirada. Deseó que Vati no tardara demasiado mientras se decía a sí misma que no debía temer nada..

La pequeña manita de Rosaura se aferró a la suya. Ella la apretó inconscientemente, dándole valor a la niñita.. y sintiéndose reconfortada por su contacto.
Tengo pis dijo a su hermana en un susurro.

Avi sintió un escalofrío y su blanca piel se quedó más pñalida de lo que era costumbre... Menuda inconveniencia.. Buscó con la mirada a su Vati, pero aún no regresaba. Pensó en una taberna.. pero las que se veían en la zona portuaria no le parecían muy adecuadas.. Así que, suspirando resignada, tomó a la niña de la manita, en busca de algún lugar discreto. Dejando a Pakirrín a cargo del equipaje.
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[Nana]

Se encontraba tranquilamente sentada con Valy, Beth y Xurri en la cubierta del barco conteniendo la risa de ver a sus hijos tambalearse de un lado a otro por la cubierta del barco, mientras intentaban 3 de ellos arriar las velas.

Cuando Kal y Neo se tumbaron en la cubierta, su hermano Lobo los ató con un cabo y los tiró por la borda.

- Auchs ¿que has hecho Lobo?, ¿no ves que así boca abajo se les puede bajar la sangre a la cabeza??? - Le dijo intentando fingir un tono de reproche mientras contanía la risa - a ver dejadme a mi... ains que hariais sin mi...

Se acercó donde se encontraban sus hijos colgando boca abajo justo en el momento que pasaban junto al barco de Ducce - a ver agarraros bien a la cuerda, y prepararos, os voy a salvar - Les dijo a Kal y Neo, cuando estuvo segura de que estaban bien agarrados sacó una navaja del liguero y gritó _ Peñalvereeeeeeeeeeeesssssssssss al aaaaaaaguaaaaaaaaaaaaaaaaa - y sin pensarselo dos veces cortó la cuerda.

Se dió la vuelta hacia la chicas y sonriendo les dijo - ¿Desembarcamos ya?

[Dekar]

Dekar se asomó por la borda y gritó a sus hijos en el agua.

- Vosotros dos, dejaos de baños y subid a sacar a los animales y las provisiones.

Se acercó a su esposa y le ofreció el brazo, para que pasara el suyo. Y bajar juntos de la mano.

Había que hablar con el jefe de puerto para acordar el pago del muelle.

[Valerya diValiant i Peñal]

_Ains!, Creo que será otra de esas "cosas de familia"_ dijo Valy, recordando la boda de Xurri, su sobrina con Tito de Peñalver.

_¿Podríamos llegar como una familia normal, por favor? Me gustaría que no pensaran que somos...Mmm...raros.

Pero nadie la escuchaba. Todos seguían en lo suyo.




Valerya diValiant i Vivar de Peñalver
esposa de Lobogz de Peñalver.

[ric50]

Ric miraba con curiosidad, jamas habia estado en un lugar tan precioso como aquel, habia gente llegada desde todas partes, algunas caras conocidas, otras no, miraba a su hermosa hermana, con que gracia y con que soltura se movia y hablaba de ciertos temas, de los cuales el no se sentia preparado para hablar.

Se encontraba nervioso.... Vic, no se si voy vestido apropiadamente para este gran evento, la verdad que no todos los dias viene uno a la coronacion de un Rey......

[Ducce]

El menso y su ahijada estaban próximos a las costas italianas. El capitán anunció tierra a la vista, y todos se levantaron a ver la grandiosa Roma de fondo. Pero sin duda un hecho peculiar ocurría en el puerto, varias personas saltaban al agua como si de un juego se tratara. Al acercarse un poco mas Ducce pudo reconocerlos, sin duda eran segorbinos, había que estar demasiado locos como los mismos para hacer esas travesuras. Al pasar cerca de ellos Ducce les tendió una soga para que subieran a bordo, mientras les decía...

Vaya vaya, algunas cosas no cambian mas!, bienvenidos a Roma, mensitos peñalvers