L'Eglise Aristotelicienne Romaine The Roman and Aristotelic Church

[yuste]

El cielo romano auguraba un gran día, como antaño, en epocas de la esplendida Roma, las palomas volaban en bandadas de aqui a allá. Muy temprano Yuste había despertado para estar listo en aquel día, su familia junta de nuevo, sus padres juntos, el haber estado lejos de ellos tanto tiempo hacia que ahora sintiera mucho regocijo, y sonreía pensando en sus padres.

Cuando casi todo estaba listo para partir a la basílica, esperaban todos a su madre, la reina Sorkunde, Yuste se encontraba conversando con Zeian, de pronto un paje anunciaba que su majestad estaba lista.

Los ojos de Yuste se dirigieron a las escaleras del hostal, en ella veía a su madre descender suavemente, elegante y majestuosa, feliz, no hay duda, su madre era toda una reina. En un instante la emoción de aquella escena le exigió una gran sonrisa y mirada tierna de Yuste para su madre, su madre, la mujer que tanto quería y amaba, significaba tanto para el verle tan feliz en esos instantes, se acerco y haciendo una reverencia le hablo – Majestad, sois mas hermosa que cualquier ángel, que sean benditos los cielos por haberme dado la gracia de nacer de vuestro vientre – tomo su mano y la beso, luego incorporándose le beso en ambas mejillas.

Pronto todos tomaron sus carruajes para partir hacia la basílica, el había traído desde Hispania a uno de sus mas leales y hermosos caballos, Argos, un hermoso caballo de capa blanca, fuerte y veloz, un noble caballo de raza hispana, grande entre los de su progenie, no podía llevar otro a tan magno evento. Acomodo su ropa, la mas adecuada que encontró para el momento, no estaba acostumbrado después de tanto viaje a vestir con muchas galas; reviso su silla y pronto se subió en el, avanzo cabalgando hasta delante de los carruajes, junto a su hermano Zeian y un capitán de la guardia, para llegar hasta la basílica.

La comitiva pronto llego hasta la entrada de la basílica, Yuste observaba aun desde su caballo que todos bajaran de sus carruajes y entraran sin dificultades, pronto vio a su padre acercarse hasta su madre, sostenerle la mano y avanzar pronto hasta el santo recinto, Yuste sonreía viendo aquello.

Desmonto de Argos y lo encargo a uno de los pajes, la multitud en los alrededores de la plaza confundía todo en cierto bullicio a lo lejos, se disponía a entrar, y allí vio a quien conoció tuvo oportunidad de conocer en el barco, veía que ella se frotaba las manos, cierto nerviosismo.

No irá sola, su alteza.


Gracias... – respondió ella él le hizo tomar de su brazo.

Avanzaron detrás de la comitiva que ya se iba adentrando en la edificación santa, cierta emoción regocijaba el pecho de Yuste, se sentía contento, a pesar de que estas formalidades nunca terminaban de agradarle, pero aun así, era un gran día, y nada podía hacerle mas feliz que ver a sus padres felices, y recibiendo sagrada unción de reyes para guiar los designios de la tierra que le vio nacer.
_________________

[Alodia]

Alodia llegaba tarde, se había perdido el cochero que la llevaba a la ceremonia.

-¡Todos los caminos llevan a Roma! Pero cuando estás en ella no hay forma de encontrar el camino. En fin, espero que no sea demasiado tarde. Tengo que conseguir llegar a mi sitio, allí veo a Diego que parece buscar a los consejeros, pero queda fatal hacer gestos en la basílica. Sorkunde está majestuosa, como corresponde a su rango. Y Anzo está desconocido ¡hasta parece un rey de verdad! Bueno, voy a intentar pasar.
_________________

[Dunpeal]

El coche del cardinal portugués elector, Su Muy Eminencia Dunpeal Godwin de Avis, obispo de Guarda, antiguo primado, cardinal inquisidor, prelado plenipotenciario, antiguo obispo in partibus de Martyropolis, rector del Seminario, Gran Colar de Aristotes, vizconde de Bom Sucesso, Conde de Guarda arriba a la ceremonia de coronación de su primo Anzo.

[Shilien]

Era la primera vez que Shilien Se hallaba tan formalmente vestida. Su apariencia iba acorde con la ocasión, pero le picaba.

Elo, todo está tan bonito, y yo siento que pronto, apenas abra la bocota voy a desentonar -le dijo en susurros a Eloli, su amigo a quien acompañaba.

Dulce, ni queriendo podrás desentonar, te aseguro que vas a caer muy bien cuando te conozcan. Ahora observa la ceremonia, que está bien bonita -le respondió en susurros también Eloli para calmarla.
_________________

[juanelo]

Ciertamente fue providencial la intervención de Eloli porque, sin apenas darse cuenta, Juanelo se vio dentro de San Tito junto a la bella Shilien, acompañante de su amigo Elo.

Juanelo beso la mano de la dama y dio un abrazo al Condestable de Castilla.

“¡Amigos míos mi osamenta aguanta cada vez peor estas cosas! Entre el viaje y la llegada hasta el templo pienso que se me han debido de quebrar varios huesos. ¡Bueno, todo sea bienvenido por asistir a este gran evento y poder desear un largo, prospero y pacifico reinado al gran Anzo.

Parece ser que como veo no hay un orden preestablecido ya para sentarse y auguro que muchos van a quedarse de pie pues me parece más que evidente que esto tiene pinta de tener más gente de la normal para una ceremonia en la basílica.

Si os parece podemos ubicarnos allí. “ y señaló un lateral con buena vista hacía el altar donde en una muy discreta sexta fila aún quedaban algunos sitios libres.

El ambiente dentro de San Tito era el propio de una gran ceremonia. De la galería alta colgaban pendones con las armas de Valencia y del señorío de Segorbe. Los pendones estaban alternados con tapices elegidos entre los más relevantes del tesoro de la iglesia. Desde arriba de las columnas llegando hasta el suelo colgaban tiras de terciopelo con los colores de Valencia. El coro, igualmente adornado, estaba con la escolanía llena. En la parte reservada a los religiosos se podía ver a los más altos prelados de diferentes estados y por todas partes se veían personajes de relevancia.

El olor de incienso que ya se imaginaba desde fuera, era ya muy fuerte dentro y mezclado con los afeites, ungüentos y perfumes de los asistentes hacía el ambiente de difícil respiración, algo tremendamente normal en estas celebraciones pero que a Juanelo desagradaba en extremo.

Se oía un constante murmullo formado por las voces hablando bajo, las pisadas de la gente, los roces de las telas, que podría parecer el ruido del mar en la noche.

Juanelo se dirigió de nuevo a Elo y Shilien: “¿Tenéis acaso idea de cómo será el festín que siga a la celebración? No he visto nada al respecto e imagino que será algo acorde con todo este fasto. y, la verdad sea dicha, me apetece grandemente comer y beber bien después de todo el camino hasta Roma, porque no han sido muy adecuadas las fondas en las que he recalado."

[Jaime]

Después de comprobar que aquel botón era lo último que le quedaba en los bolsillos, aparte de las hierbas rifeñas, Jaime ideó un astuto plan para recuperar su patrimonio.

-Voy a sacar un momento a Yaiza a dar un paseo, que se la ve con mala cara...-explicó mientras empujaba la silla de ruedas hacia la salida.

Una vez fuera, y solo con un par de empujones, pisotones y puñetazos a la napia, aparte de una patada a la ingle, dejó la sillita a una lado de la escalinata que subía hasta la iglesia. Agarró un cartelón del tablón de anuncios de la vicaría y empezó a escribir en la parte en blanco. "Soy veterana de guerra alcanzada por un proyectil enemigo, deposite su donativo". Los puso sobre el regazo de la esposa número Y de Alman, le puso una cadena a la silla, por si los cacos y echó el freno de mano. Y no le quitó la carátula al cassete porque no tenía.

-¿No te da vergüenza dejarla así?-le comentó a Jaime uno de los entrantes a la capilla.

-Ay coñe, perdón...

Le colocó bien la pamelita y volvió hacia dentro, chocando por el camino con Alodia.

-Hola jefa, ¿cómo va la mañana? ¿Sin poder entrar? Espera, que te echo una mano...

Empezaron a abrirse paso entra la multitud mientras Jaime iba susurrando a la gente al oído. En breves instantes se volvían a sentar en el banco.

-¿Qué les has dicho?- susurró Alodia.

-Que se les llevaba el carruaje la burro-grúa...

[William_11]

William llegaba al lado de Lady Anabel, la chambelan y de Barroso, su esposo y un gran amigo. Estaba orgulloso de estar en la celebración. La catedral era impactante y la gente también.

Los tres llegaron al sitio de Don Diego y se sentaron a ver la coronación.
_________________

Made in Tiendas de firmas y avatares elan

[miperiki]

Había llegado tarde como siempre, pero como siempre había dicho su padre, es mejor llegar tarde que no llegar.

Era la coronación del de Berasategui, y cualquiera lo aguantaba si no se presentaba en tal acto. El viaje había sido largo, muy largo. Primero un viaje en barco desde el puerto de Valencia hasta tierras corsas, en las que se detuvo el barco a repostar. Sabiendo lo que le gustaba a Anzo el buen yantar y sobre todo el buen beber, le trajo algunas viandas típicas de la zona. Una vez salieron de Ajaccio, se dirigieron al puerto de Civitavecchia, al que llegaron tras un viaje apretadito.

Tuvo que salir solo porque la muerte de su esposa le retuvo algún tiempo más en tierras valencianas, por lo que no hubo nadie que le acompañase al evento.

Una vez dentro del recinto vió a mucha gente muy conocida. Reparó en la Dama Kovalainen, tan bella como siempre y a la que le había perdido la pista desde su mudanza a tierras Burgalesas. Saludó también a su amigo Graff, que se encontraba con su pequeña Rosaura. Reparó también en la Gobernadora, que tan bien se había portado con él en el fallecimiento de su esposa. Cerca se encontraban Tadeita con su marido Khargiense, y por último encontró a la persona que buscaba.

Su pequeña se encontraba en la sala acompañada por Ric. Se encontraba bellísima, y se sentó a su lado.

Lamento el retraso. ¿Me he perdido algo pequeña?

[Cyliam]

Cyl zarandeo a Thor que parecia haber entrado en algun tipo de trance.
- Cielo mio, despierta o perderemos de vista a Am.
Al ver que su marido no contestaba le solto un mordisco en el brazo para que saliese del trance y la prestara un poco mas de atencion.
Con su sonrisa inocente indico a su amado que comenzara a caminar antes de perder de vista a Ambar y al quejoso Astaroth.
- Vamos corazon, o sino nos arrollaran y no me agrada ser pisoteada.
_________________

[ladyanabel]

Ladyanabel se encontraba al lado de su amado esposo Barroso y su amigo William, embajador real, cuando les dice:

- Chicos avancemos un poco q aqui vamos a estorbar mirad alli esta Diego vayamos a sentarnos a su lado. ¿Verdad q esta catedral es preciosa? Amor me encanta Roma es lindisima tendremos q venir un dia con la niña y disfrutar un poco de tan bella ciudad.

Besa a su esposo y los tres se encaminan para sentarse a su lado
_________________

[Urania]

Urania, sentada en el banco, observaba a la gente pasar. Al final les habían sentado en una zona "de nadie", entre los aragoneses y los castellanos, y no conseguía ver a ninguno de sus antiguos vecinos por allí. ¿Cegata además de coja?.

En la basílica, el olor a incienso era cada vez más fuerte. Altos dignatarios colocándose en sus puestos, monaguillos y sacerdotes, corriendo arriba y abajo. Todo debía estar dispuesto, y pronto, pues la comitiva real estaba a punto de entrar.

Bajo el pañuelo, Uri llevaba el amuleto que le dio la valkyria, Waltraute, cuando volvió del otro lado al mundo de los vivos. Cuando uno de los sacerdotes de más rango pasó cerca, lo sintió palpitar. Bah, eso era imposible.

[Alodia]

Alodia estaba atónita. Entre tanta gente había ido a toparse con el sinvergüenza número 1: Jaime. Entraba apresurado en la Basílica y chocó con ella. Amablemente se apresuró a ayudarla a encontrar sitio en la iglesia. La gente se apartaba y les dejaba sitio, Alodia husmeó el ambiente pensando que sería por el tufillo de Jaime, pero al ver que susurraba algo le preguntó:

-¿Qué les has dicho?

-Que se les llevaba el carruaje la burro-grúa... -respondió con toda soltura el muy fresco.

-No doy crédito a tamaña desvergüenza. Solo me faltaba encontrar a Hixem ¿Habéis venido juntos? No os he visto a ninguno en la comitiva real, fijo que habéis organizado algo y nada bueno. Me escama que os hayáis aprestado a acompañarme ¿os persiguen?
_________________

[Volvoreta]

Aquella noche no había podido dormir bien, producto de lo avanzado de su estado, y estuvo caminado un poco por la habitación. No era lo mismo que el palacio, ésta era sencilla, su esposo dormía plácidamente. Se sentó junto a él y le observó con dulzura rozando levemente con una de sus manos su frente, alejando ese mechón rebelde de su rostro. Sin duda, aún seguía enamorada como el primer día y fue el hijo que llevaba en su vientre lo que le recordó aquello; el pequeño se movió feliz e inquieto...

- Aun no pequeño... - sonreía acariciándose la tripa

El sueño llegó mas rápido de lo normal, se abrazó con cuidado a su esposo y cerró los ojos.

La mañana fue una locura, había elegido un hermoso vestido holgado y cómodo. No se sentía ligera y sí más agotada de lo normal, seguro se debía a la falta de sueño, o eso quería pensar

Mientras las doncellas arreglaban su corona y su cabello vio pasar a su hija

Alexander intentaba ocultar su emoción, pero ella le conocía bien y sabia cúan emocionado estaba. Sonriente, besó varias veces su mano y la ayudó descender con cuidado.

La imagen de los reyes juntos fue emocionante y cuando éstos avanzaron hasta la puerta movió delicadamente el brazo de su esposo.

Vamos mi dulce Princesa, hemos de seguir a los Reyes

Alexander besó su mejilla y ambos siguieron de cerca los pasos de los reyes de Aragón y Valencia hacia la puerta de la imponente basílica de san Titus
_________________

[vicky_15]

El tiempo dentro de la Basilica se hacia largo y tedioso, no se escuchaba mas que el murmullo de las personas que aun platicaban, se notaba que aun muchas personas faltaban por ingresar, largas filas de personas entraban y tomaban ubicacion para el magno evento que se desarrollaria en breve.

la muchacha se paraba y sentaba a cada minuto, miraba a todos lados, para ir descubriendo la ubicacion de sus amigos y familiares, sabia ya muy bien donde estaba cada uno de ellos, y aun faltaban muchos mas que ingresaran. se los iba comentando a su hermano Ric, que miraba extasiado las esculturas y bellezas del lugar.

en eso estaba de pie mirando sonriente cuando le diviso, su porte era digno de todo un señor, bastante habia sufrido los ultimos dias, pero se veia elegante y encantador.

le profirio una amplia sonrisa y extendio sus brazos para abrazarle.

no eran necesarias mas palabras, su padre estaba alli a su lado sonriendole como cuando mas pequeña, luego del abrazo ambos se sentaron.

[Al-mansur]

El moro vio a Jaime llevarse a la esposa numero Y.
- Acuerdate donde la dejas le dijo aunque se quedo con las dudas que con las prisas le hubiera oido.
- Por Averroes que son duros estos bancos, donde esten los cojines de la mezquita.
- Pues esperate a cuando toque arrodillarse, dijo la mensa recordandole que en tiempos habia sido aristogata.
-¿Arrodique??????

Por si eso hubiera sido poco vio a Jaime regresar acompañado. Durante un segundo penso que igual era verdad lo de Roma y los milagros y su mujer habia recuperado el anda pero pronto vio que era Alodia la que venia con el muchacho. Adelantandose a la que le podia caer decidio moverse primero.

- Hola Jefa, nunca te creerias lo que nos paso en Napoles. Estooo a Vladie la conoces ya no? Y esta es Urania ahi donde la ves es una maquina de matar, en todas las ciudades donde entra los funerarios se frotan las manos solo con verla. El Angel de la Muerte la llaman los italianos.
Con suerte las presentaciones desactivarian momentaneamente a la jefa de heraldica o al menos lo suficiente para que la coronacion comenzara.