L'Eglise Aristotelicienne Romaine The Roman and Aristotelic Church

[sayi]

- Buenas tardes, vengo hasta aquí para ultimar los detalles de la coronación de Alcaudon como Rey de Aragón. Él como aristotélico necesita ser coronado por nuestra amada Iglesia. Si pudiera atenderme algunos de los prelados, lo agradecería.
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[sayi]

Había sido un largo y cansado viaje. Sayi seguía esperando que alguien al menos escuchara su petición.

- Se habrá muerto el papa mientras venia de viaje y por eso todos están en cónclave? No se ve un alma por estos lugares. - movió la cabeza de un lado a otro para sacarse la horrible idea de su mente.

Era inconcebible que con tantos creyentes ni a un simple monaguillo le hubieran enviado para recibirla, ni una copa de vino, agua... nada. Su paciencia se le iba agotando. Ya había hecho de todo para pasar el rato, el escrutinio de cada detalle que decoraba la habitación donde estaba hasta incluso se trataba de imaginar como hubiera sido si el mismísimo Rey hubiera venido en persona, sin darse cuenta sonreía con satisfacción. Finalmente tomó asiento de nuevo y comenzó a verse los zapatos y sus ropas...así gastó un par de horas más pensando en las telas y colores que debería ir pidiendo.
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[lisandross]

- ¡Que el Altísimo ilumine nuestros caminos, hermana Sayi! - Saluda el Vicario - comunicaré a los responsables de la Diócesis de Lérida su petición.


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[Xurri]

La religiosa, en calidad de embajadora apostólica en tierras de Aragón, se personó en uno de los salones de Roma donde se encontraba la prometida del futuro monarca.

Una pequeña reverencia con su cabeza le dedicó y colocó sus manos entrelazadas sobre su regazo

- Buenas tardes nos dé el Altísimo. - saludó dedicándole una sonrisa. - Disculpad nuestra tardanza, otro asunto apremiaba nuestra atención. - añadió.

- Sé que habéis venido a reuniros con uno de los prelados para por fin acordar la fecha de la coronación y ultimar cada detalle de esta. - dicho esto, y sin dejarla hablar, caminó hasta la puerta y allí comunicó a unos de los monaguillos que debía avisar al primado.

- Oh no.. avisad al Vice-Primado que el Primado se ha tenido que retirar, al parecer por problemas estomacales. - informó con voz susurrante.

Tras ello, sirvió dos vasos de agua fresca y se acercó nuevamente a la dama

- Tomad, refrescaréis vuestra garganta. - dijo entregándole la copa. - Enseguida os atenderan.
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[Fadrique]

El Vice-Primado entró en la sala donde le esperaban la Archidiaconisa Xania di Valiant y quien al parecer era embajadora de Su Majestad Alacaudón Amansabueyes.

Acercandose a la Di Valiant la saludó con una escueta sonrisa y le tendió su anillo para el preceptivo besamanos. Luego se dirigió a la dama que había solicitado la audiencia

- Señora, lamento la tardanza. Por si no lo sabeis, durante vuestra espera he visitado a vuestro monarca en su ManSióN, y le he explicado el porque de tanta demora. Quizás ha habido una falta de concreción por mi parte.

-Os comunicaré lo que Nos hemos decidido en cuanto a la coronación. Esta podrá realizarse siempre y cuando Su Majestad Alcaudón jure durante la ceremonia dos condicionantes: defender la fe aristotélica y a la Santa Madre Iglesia y cumplir y hacer cumplir el concordato vigente entre el Reino de Aragón y la Santa Madre Iglesia Aristotélica.

Tras una pausa, continuó.

- Si así lo hiciere, la Iglesia no tiene impedimento alguno en coronarlo, es más yo mismo lo haré en el Palacio del Primado y pueden empezar desde hoy mismo los preparativos para su celebración.

- ¿Hareis llegar mi respuesta a Su Majestad?.
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[Xurri]

Mientras conversaba con la dama, vio entrar al Vice- Primado y levantándose de su asiento besó el anillo que este le tendía. Tras ello, se apartó y en un segundo plano, como correspondia dada su condición entre aquellos muros, guardó silencio.
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[Cyliam]

La pelirroja que habia sido avisada de la visita de su ahijada escuchaba tras la puerta, ¿malas costumbres? Quien sabe, pero no iba a romper tradiciones, con la oreja pegada a la puerta escuchaba atentamente lo que se decia adentro.

Miro a los lados y corrio hasta colarse en la sala contigua en la cual descolgando con sumo cuidado un cuadro encontro un pequeño agujero... - Pero mira que son cotillas estos monaguillos, pero bueno trabajo que me quitan a mi.

Y alli observando por aquella improvisada mirilla, a la vez que escuchaba... - Pero esto que es, por el altisimo que es su madre ni un abrazo ni un beso y va y la planta el anillo como quien no quiere la cosa, le voy a meter dos alpargatazos cuando lleguemos a Valladolid que le voy a rizar hasta las cejas, y yo que mala madrina soy, que dejo a mi pobre ahijada a merced de ...

Saco del bolso la alpargata y se dio a si misma en la cabeza a la vez que repetia. - Mala madrina, mala madrina.
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[sayi]

Finalmente alguien entraba en la sala, luego de recibir su bendición y devolverle el saludo tomó asiento de nuevo y continuó esperando...

No mucho después entró una cara conocida, la recién llegada de Urgel y nueva Archidiaconisa. Con ella iba a tener que lidiar bastante.

- Buenas tardes para usted también señora. - dijo un poco más tranquila, sabiendo que al menos algo iba a conseguir con aquella visita.

- Tomad, refrescaréis vuestra garganta. Enseguida os atenderan.

Parecía que la espera era algo bastante común de aquel lugar, tal vez era la paz que venia con la vocación... pero Sayi sabia tan poco de eso...
Tomó un par de tragos de agua y respiró profundo...

Al instante entró en la habitación el que parecía que finalmente le diría algo sobre su petición.
Siguiendo el ejemplo de la Archidiaconisa se inclino muy respetuosa y besó su anillo. Con tanta naturalidad como si llevara años teniendo trato con aquella gente.

- Os comunicaré lo que Nos hemos decidido en cuanto a la coronación. Esta podrá realizarse siempre y cuando Su Majestad Alcaudón jure durante la ceremonia dos condicionantes: defender la fe aristotélica y a la Santa Madre Iglesia y cumplir y hacer cumplir el concordato vigente entre el Reino de Aragón y la Santa Madre Iglesia Aristotélica.

- Su Eminencia, le agradezco su visita a mi señor y puede estar usted tranquilo que las condiciones que pide de él y de nuestro Reino serán cumplidas a cabalidad - hizo una pausa mientras recordaba aquel bendito concordato que tanto habían debatido en la sala del Consejo unos meses atrás. - Le daré el mensaje con suma alegría y lo más pronto posible realizaremos la ceremonia. Le agradezco profundamente su tiempo y que sea usted quien lleve a cabo la coronación. - terminó diciendo con una reverencia.
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