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[ESP]San Antíoco - el Destino de un Rey

 
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Jolieen



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MessagePosté le: Lun Juil 08, 2019 11:03 pm    Sujet du message: [ESP]San Antíoco - el Destino de un Rey Répondre en citant

Citation:


San Antíoco - el Destino de un Rey Seleúcida



Antíoco I Sóter "El salvador", Rey seleúcida

Citation:
"Joven Antíoco, vuestro destino será inspirado y determinado por Dios. Gracias a vos, millares de personas de diferentes naciones serán convertidas a la verdadera palabra de Dios. Y de entre estas personas, nacerá el que acabará con lo que empecé"


Estas son las palabras que le dijo el profeta Aristóteles a Antíoco cuando tenía apenas unas semanas de vida después de que el profeta convocase a Antíoco y a su padre Seleuco a Calcis, sellando así el destino de una vida fuera de lo común.

Una vida guiada por la teología

En el 322, a.C en un lugar de Grecia no revelado, nacía el hijo de Seleuco y la reina Apama, Antíoco I Sóter *. Su padre, un soldado retirado y amigo de Aristóteles y Alejandro, tuvo la revelación del profeta:

Citation:
Cría a tu hijo bajo la enseñanzas de Dios, enséñale las lecciones que te enseñé a ti, preparándolo para la misión que Dios le encomendó. Para ayudarte en esta tarea te asigno a Nicómaco, mi hijo, quien será el tutor de tu hijo.


Es por ello que desde su juventud, Antíoco se benefició de las enseñanzas del Altísimo, dadas a través del primer profeta. Las lecciones hablaban, por lo tanto, de amistad y virtud. Nicómaco le enseñó los preceptos que había recibido de su propio padre.

En este momento, poco después de la muerte de Alejandro en el 323 AC, Grecia experimentó un período de agitación y conspiración, con el objetivo de monopolizar la distribución de las tierras que había entregado el emperador a los generales macedonios. Seleuco tomó la decisión correcta al aliarse con Ptolomeo, rey de Egipto, quien salió victorioso frente a sus oponentes, y que le otorgó el título de Maestro de la Mesopotamia.

Antíoco y su tutor, Nicómaco, siguieron a su nuevo maestro, Seleuco, en sus campañas militares para el engrandecimiento de Babilonia. El joven dedicó todo este período a aprender las estrategias y tácticas militares de su padre, manteniendo siempre en mente los valores que había aprendido de las enseñanzas de Aristóteles.

Los territorios de Seleuco se expandieron aún más, incluyendo la dominación de la zona norte de las gobernaciones de Asia hasta los territorios cercanos a India. Su niñez estuvo, por ende, llena de consejos de guerra y enseñanzas teológicas de Nicómaco. Con un gran e increíble talento natural, en breve se convirtió en un experto en temas militares y teológicos. Mientras la mayoría de los niños jugaban con otros niños, él socializaba con los líderes del mundo adulto. Era muy consciente de su destino, recordado por su padre, quien le contaba frecuentemente la profecía de Aristóteles.

En el 307 AC, a la edad de 15 años, Antíoco presenció la coronación de su padre, quien obtuvo el título de Basileus (Rey), hecho que dio inicio al imperio Seleúcida. Fue entonces que el hijo asistió al padre como consejero y teólogo. Seleuco siempre fue receptivo a las enseñanzas de Aristóteles con quien compartió muchas aventuras y su hijo estaba entusiasmado con este aspecto del rey. Su joven y tutor Nicómaco, junto a Seleuco se asentaron en la ciudad de Seleucia, la cual el rey fundó en el año 311 AC. El hijo del Profeta le dio un libro que contenía todas las enseñanzas de Aristóteles, titulado "Del único Dios y su mandamientos" y una carta sellada que Aristóteles le había dado a Seleuco. Más tarde fueron descubiertos sus enigmáticos contenidos:

Aristóteles a écrit:
El sacrificio de sí mismo es una condición de virtud.


Antíoco con su brillante mente interpretó esta sentencia como sagrada. Ahora estaba convencido de que debía entregar su persona para la grandeza del Altísimo, incluso si esto lo llevara a la muerte.

Con el paso de los años, Antíoco se convirtió en una ayuda perfecta para su padre, siempre actuando de una manera racional y dando prominencia a su percepción del mensaje divino. Alentó a su padre para que no sembrase el terror en las tierras conquistadas, sino que las engrandeciera a través de las ventajas de Grecia. Bajo su guía, el pueblo tenía escuelas y aprendían sobre medicina, economía y teología. Era un gran propósito para el futuro rey el mejorar las condiciones de aquellos que eran conquistados por su padre.

La coronación de un rey

Un nuevo período de agitación surgió en el imperio babilónico, en efecto, Antígono, entonces rey de Macedonia, deseaba extender su dominio sobre Grecia. Es bajo la dirección de Antíoco que Seleuco se alió de nuevo con Ptolomeo para emerger finalmente victorioso del conflicto que se produjo. El reino de Antígono fue dividido entre los ganadores. Seleuco recibió Siria y la parte oriental de Asia Menor. La posesión de Siria le dio una apertura hacia el Mediterráneo. Convencido de que esta victoria se debió al asesoramiento informado de su hijo, inmediatamente fundó la nueva ciudad de Antioquía del Orontes, que se convirtió en la sede del gobierno. Mientras Seleucia en el Tigris se convirtió en la capital de las satrapías orientales.

Antíoco estaba ya bien preparado para servir plenamente a su padre y había alcanzado la edad de 28 años. Nicómaco permaneció en Seleucia junto a Antíoco con el fin de darle aún más educación. Con su experiencia, el joven logró tomar un lugar importante en el corazón de su padre y tenía la estima de sus generales, de manera que en el año 294 Seleuco nombró a su hijo Antíoco como sátrapa en Antioquía. Su manejo del reino de Siria y los negocios del momento, trajeron serenidad y estabilidad a los territorios bajo su administración. Fue en esta época cuando empezó a conocer más del Profeta Aristóteles y las enseñanzas que él entregó a los hombres. Por lo tanto, eligió cinco hombres y una mujer entre sus fieles amigos, les explicó la profecía divina conocida por él a temprana edad. Su carisma y excelentes habilidades para hablar en público pronto convencieron a sus seguidores que luego se apresuraron a través de las tierras seléucidas a difundir la palabra del Virrey. A medida que su reputación creció, las lecciones se transmitieron y se convirtió en parte de la vida cotidiana de los pueblos de satrapías de Seleuco.

Los babilonios que vivían en la región de Seleucia tenían en ellos sus propias creencias arraigadas. De hecho, ellos adoraban a Oane, el hombre que respondió a la pregunta de Dios.

La Iglesia Oanista, testigo de la propagación de las palabras de Aristóteles, se sintió intrigada por su enseñanza y la introdujo en su propio dogma, lo que convierte a Aristóteles en uno de sus profetas.

Antíoco se dio cuenta de la convergencia alcanzada por la Iglesia Oanista y también estaba interesado en la mitología Oanista, que sentía profundamente memorable, interesante y bien integrada con las enseñanzas de Aristóteles. Por lo tanto, con el consentimiento de su padre, invitó a los más altos sacerdotes del culto de Oane a su palacio y escuchó la voz de Oane y Aristóteles. Todos estaban asombrados y emocionados por la idea de que los hizo así.

Antíoco a écrit:
"Mis amigos, sois los herederos de una gran religión, podríais encerraros en vosotros mismos y negaros a ver lo que está sucediendo a vuestro alrededor, como muchas de esas religiones conservadoras. Pero no, vosotros habéis oído hablar de la Santa Palabra de Aristóteles que Nicómaco y yo hemos estado transmitiendo. No sólo oído, sino entendido esta enseñanza y la habéis incorporado a vuestro dogma.

Aristóteles era consciente del Altísimo, pero no sabía de vuestra Iglesia, si la hubiera conocido, habría que consideraros como los únicos y verdaderos herederos de la verdadera Palabra del Altísimo. Él no pudo hacerlo, pero yo sí.

Por eso os propongo a vosotros, los sumos sacerdotes de la Iglesia Oanista, incorporar su Iglesia y su dogma, y con las enseñanzas de Aristóteles, proclamo la iglesia oficial de nuestro Imperio bajo el nombre de Iglesia Oanista Aristotélica."


Así, la iglesia oficial del Imperio comenzó a extender su enseñanza en las grandes regiones del Imperio, con un éxito inmediato en Babilonia, pero mucho más difícil en otros lugares.

Antíoco luego comenzó a estar al margen y por su cuenta, a distinguirse de las conquistas de su padre, siempre dando consejos sutiles, pero tomándose más tiempo para abordar el tema del Altísimo. Su padre sabía que Antíoco debía tomar su lugar en la profecía urdida por el Todopoderoso y que aún se animaba a ampliar sus territorios. En Antioquía, el joven se había convertido en una curiosidad, escuchamos su largo discurso sobre la amistad, sobre la virtud, la justicia o la moralidad. Su aura también se extendió más allá del imperio seléucida, más allá de las satrapías orientales e incluso hacia el oeste de Grecia. La profecía que Aristóteles había declarado fue transmitida y en el espíritu del viejo profeta fiel, crecía la esperanza de un nuevo profeta en la persona de Antíoco. Así Teofrasto, el primer escolarca ** Alta Escuela, llegó a Siria para reunirse con él que a los ojos de los griegos, era el sucesor del Profeta.

Teofrasto a écrit:
"Me alegra saber que eres tan sabio, los preceptos enseñados por Nicómaco y la sabiduría de vuestro padre os inculcaron valores importantes y vuestra fe es grande. Aseguraros de que, voy a transmitir vuestras fervientes palabras a los eruditos de Atenas. Que el Todopoderoso os ayude por mucho tiempo."


El escolarca luego regresó a Atenas para difundir aún más el aura de Antíoco, que ya gozaba de una venerada reputación más allá de las orillas del Mediterráneo.

Los años pasaron y Antíoco pasó su tiempo en la gestión del reino, la difusión del mensaje de Dios y la prestación de asesoramiento estratégico a las conquistas de su padre Seleuco. Fue en el año 280 AC, con 42 años, cuando su padre fue asesinado en las fronteras de Asia Menor. Se tardó más de un mes antes de que la noticia de su muerte se extendiese a Antioquía, y el hijo pródigo fue devastado por esta muerte súbita. Antíoco fue herido en lo más profundo de su alma y devastado porque no pudo estar con Seleuco cuando éste tuvo su último aliento.

La sucesión fue normal y Antíoco fue coronado Basileus y se convirtió en rey de Siria, reclamando los territorios ganados por su padre a lo largo de su reinado. Su primer discurso fue dado desde el balcón del palacio de Antioquía, ante una enorme multitud que se había congregado para vitorear al nuevo rey. Su fervor y convicción de que tenía una misión más importante para llevar a cabo en nombre del Altísimo hizo este discurso excepcional y memorable en la mente de las personas. Concluyó con estas palabras, según lo dictado por el Todopoderoso:

Antíoco a écrit:
“Yo, el rey Antíoco I, ordeno que los templos sean construidos alrededor de nuestro reino sobre bases sólidas que no serán jamás destruidas, lograré esto para demostrar mi fe hacia el Todopoderoso. Por lo que al final de mi vida, vendré aquí para mi eterno descanso y uniré mi espíritu con el Todopoderoso en la esfera solar."


El advenimiento de un reino dedicado al Altísimo

La primera acción de Antíoco para cumplir su promesa fue la colocación de la primera piedra del edificio que dedicó al Altísimo en Antioquía, con la esperanza de cumplir con el creador y perpetuar el mensaje que había enviado a los seres humanos a través de su profeta Aristóteles. En el mismo año se casó con Estratónica, la hija del rey Demetrio de Macedonia, a la que había amado durante mucho tiempo. Ella dio a luz a cinco hijos: dos hijos y tres hijas. También decidió reforzar la nueva Iglesia Oanista Aristotélica fomentando la contratación de jóvenes indígenas en todas partes de su imperio por los sacerdotes, para que se convirtiera en una religión del Imperio más que en una religión externa impulsada por la gente.

Es por esto que comenzó a viajar a través de su reino, a través de Persia, Media, Susiana, Partia, la Drangiane la Arie, Bactria, Sogdiana, Hircania, Arachosia y hasta la India. En todas partes se lanzó a un largo discurso digno de los mejores oradores, y asistidas por el Altísimo, sus palabras podrían convencer incluso a los más reacios del único Dios, la amistad y la virtud.

Así, fueron muchos los que se unieron a las filas del clero de la Iglesia Oanista Aristotélica y le permitió crecer de forma exponencial.

Antíoco disfrutó de un aura a través de su gente que a menudo repetían sus grandes frases. Por lo tanto, la idea de un creador todopoderoso conmovió profundamente a las personas. Él construyó grandes ciudades de Asia Menor con base en el modelo ateniense y en cada una de las capitales de los territorios en los que él era el rey, construyó un templo al Altísimo con los cimientos más fuertes. Concedió a los antiguos generales de su padre que habían llevado la mayoría de las campañas anteriores, nombrarlos como gobernadores de provincias grandes, lo que les permitió la gestión de regiones remotas.

Antíoco había mantenido el contacto con Teofrasto hasta la muerte de este último en - 288, compartiendo con él durante seis largos años, largas cartas y tratados sobre la unicidad del Omnipotente, disertando sobre la moralidad, la amistad o la virtud. Fue lo mismo con el segundo escolarca - Strato de Lampsacus. Así que cuando Antíoco fue rey de los seléucidas, le pidió que la escuela enviara a sus mejores discípulos en teología. Puso cada discípulo en las ciudades donde se construyeron los templos y se convirtieron en los asesores de los gobernadores (ex generales) para orientar la política de las provincias. Entonces Antíoco logró alcanzar la lealtad de Gobernadores al premiar a los generales de su padre y también difundir los fundamentos de la religión aristotélica, anclarla en la idea de un solo Dios, creador de todas las cosas.

Pero fue en su propio territorio que vino la confusión. Antíoco tuvo que enfrentar una revuelta que estalló en Siria, fomentada por los que no se preocupaban por su misión divina o lo que ellos llamaban riendo, el gran rey de "ideas locas”. Así que optó por detener las campañas de expansión y fue obligado nuevamente a la batalla para salvar lo que su padre había construido. Antíoco supo que la pérdida de Siria lo llevó a perder lo que consolidó su reino. Pero a pesar de una victoria que le permitió conservar su trono, Antíoco se opuso a las tendencias ofensivas de sus reinos adyacentes. Envió a sus mejores guerreros armados con sus mejores estrategias para prevenir que los peores generales de los reinos adyacentes tomaran el control.

No queriendo arrastrar conflictos interminables, prefirió firmar repetidamente tratados de paz y asegurar la supervivencia de su propio reino. El valor de una vida era demasiado para él, así que prefirió perder algunos territorios en lugar de insistir en el orgullo fuera de lugar. De todos modos, lo sabía y frecuentemente contaba que había perdido contra Eúmenes en Sardis.

Eúmenes a écrit:
" Tengo una pregunta Antíoco, ¿por qué firmáis este tratado hoy, cuando hoy tenemos un número superior al vuestro, pero en seis meses o un año ya tendríais suficiente para enviarnos seis metros bajo tierra?"


Antíoco a écrit:
“Eúmenes, ahora vos habéis ganado, estas tierras os pertenecen, pero no tengo miedo, porque lo que se ha hecho no se puede deshacer como en cada uno de sus nuevos súbditos se ancla la fe en el único Dios y hagáis lo que hagáis, digáis lo que digáis, nunca va a estar en silencio."


Antíoco se sentía bien, había enterrado en lo profundo de su alma y de su corazón, la fe indescriptible y poderosa hacia el Todopoderoso. Él estaba sobre todo interesado en la transmisión del mensaje del Todopoderoso. La misión confiada a él por Aristóteles desde su más tierna infancia había planteado la fe en Dios, en gran parte del mundo. Él por lo tanto sembró el suelo, de modo que los reinos de Asia y el Oriente Medio serían fértiles para la llegada del segundo profeta del Altísimo.

Una vida termina

Mientras que el imperio seléucida se debilitó debido a múltiples ataques y revueltas de los que fue víctima, Antíoco filosofaba en este hecho y se las arregló para encontrar lo positivo. Lo que se convirtió en provincias, estos Reinos y la fe en un solo Dios, habían crecido hasta el punto de transformarse en la fe indispensable y natural en todas partes. Cuando llegó a sesenta y cuatro años, la construcción de los templos que había pensado que durarían para siempre, se acercaba al final y en cada uno fueron nombrados los teólogos de la Escuela Secundaria utilizando rituales dejados por la gente de Oanilonia. El Gran Rey inauguró el majestuoso templo de Antioquía que fue el último en ser completado porque su tamaño y magnitud eran inmensos. Antíoco, en el último escalón de la corte que daba a la plaza por más de diez metros de altura, dio otro discurso grandilocuente, abordando siempre los mismos temas que amaba. Mientras hablaba, sus ojos brillaban y las lágrimas corrían por sus mejillas, porque había terminado la obra de toda una vida.

Antíoco a écrit:
“Yo, Antíoco el primero que ordenó que el templo se construyese sobre cimientos que nunca serían destruidos. He hecho esto para probar mi fe hacia el Todopoderoso en el final de mi vida… entraré aquí en mi descanso eterno y se unirá mi espíritu con el Todopoderoso en la esfera solar."


Apenas había terminado de decir esa frase, Antíoco fue alcanzado por una flecha que le hirió en el corazón. El rey se puso de rodillas, sosteniendo la flecha con la mano derecha y con la otra mano apuntó al cielo al tiempo que dirigió sus últimas palabras hacia la multitud que se sorprendió de presenciar su muerte:

Antíoco a écrit:
“Recuerda lo que te enseñé, ama como él nos ama, ama como él te ama...”


Su cuerpo se tensó de repente en esta posición, la mano extendida hacia el sol, un charco de sangre yacía en la plaza de mármol dibujando un círculo perfecto en el centro del cual se sentaba el rey. Una luz brillante descendió del cielo e hizo brillar intensamente el cuerpo de Antíoco. Cuando desapareció, el hombre se dejó caer hacia atrás con los ojos brillantes de lágrimas. Los habitantes de Antioquía se mantuvieron en estado de shock ante este evento, convencidos de que era la intervención del único Dios que venía en busca de quien hubo servido tan bien.

Su asesino nunca fue encontrado.

El funeral del gran Rey fue espléndido y su hijo Antíoco Theos, que le sucedió, se comprometió a continuar la obra de su padre. La flecha que había atravesado el corazón de Antíoco se mantuvo como una reliquia sagrada y el cadáver fue enterrado en los cimientos del templo de Antioquía.

Una enorme estatua fue esculpida en bronce representando a Antíoco en el momento de su muerte. Estaba ubicada en la explanada del templo y en su pedestal se indicó:

" Antíoco I Soter - Rey seleúcida e Hijo del Altísimo "

Traducido del griego por el Monseñor Bender B. Rodriguez.
Traducido al español por Chapita - Revisado por Lujuria y por Lady_lluvia

___________________________________

* El Salvador en griego.
** Rector de la Liceo fundada por Aristóteles en el 335 a.C., sucesor del profeta en el 322 a.C.

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Cardinal-Deacon of the British Isles -Bishop In Partibus of Lamia - Prefect to the Villa of St.Loyat - Expert to the pontificial collages of Heraldry - Assessor to the Developing Churches
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