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[Dogma] Arcángel San Gabriel (la Templanza)

 
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Silencioso



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MessagePosté le: Ven Sep 17, 2010 9:48 pm    Sujet du message: [Dogma] Arcángel San Gabriel (la Templanza) Répondre en citant

Citation:




    Hagiografía del Arcángel San Gabriel



    Nacimiento de Gabriel

    Gabriel nació en un día como cualquiera, un día que no se diferenciaba en nada de los otros días. Nada dejaba predecir lo que iba a tener lugar en los tiempos venideros, nada. Porque Gabriel nació como otros niños. Sólo su virtud y la pureza de su corazón iban a permitirle reunirse con Dios.
    Los padres de Gabriel eran piadosos, pero al igual que un buen número de habitantes de Oanilonia, el mensaje de Dios que sus padres habían recibido y le enseñaron a su hijo, estaba pervertido. Le enseñaron que Dios había creado la Tierra, que Él era la base y el motor de cualquier cosa, pero igual que infligía castigo sin razón, reinaba como si fuera un absoluto tirano…

    Aunque los quince primeros años de Gabriel pasaron sin que nada ni nadie pudiese distinguirlo de los otros niños de su edad, se interesó en buscar la Verdad sobre Dios, y comprendió que era un Dios de Amor y no de Odio...



    La Vida de Gabriel

    El padre de Gabriel, que se llamaba Vorian, era marinero y trabajaba para un rico armador de Oanilonia llamado Léto. Éste era un buen hombre, justo con sus pescadores, pero se había casado con Hécate, una mujer malvada y cruel. Habían tenido un hijo, llamado Leviatán, que había nacido algunos meses antes que Gabriel. Leviatán había heredado todos los vicios de su madre, pero ninguna virtud de su padre. Montaba en cólera, era falso y un experto de la mentira. Era, sin embargo, un navegante excelente y su padre, a los quince años, le había nombrado capitán de uno de sus barcos de pesca.
    Era justo el barco que Gabriel fue destinado cuando, a sus quince años, él también comenzó a trabajar como pescador.

    Leviatán llegó gritando, como de costumbre, escupiendo a los pescadores lentos según él, golpeándoles y descargando en ellos cólera y resentimiento. A menudo, los pescadores montaban en una negra cólera e intentaban rebelarse y golpear a Leviatán, pero éste se alegraba con su odio hacia él. Evitaba siempre los golpes y se empeñaba en pegarles a los labios con una sonrisa.
    Gabriel observaba todo esto, veía a este hombre monstruoso, que apenas tenía más edad que él, deleitarse con el odio que todos le tenían.

    Hacía ya dos semanas que él trabajaba en el barco de Leviatán, sin nada que se pudiera criticar porque él hacía bien su trabajo, cuando Leviatán se le echó encima. Le reprochó por haber hecho mal su trabajo, gritándole para ver su reacción, pero Gabriel se quedó tranquilo y sin cólera ni odio. Las injurias y los gritos de Leviatán se deslizaban sobre él como la lluvia sobre una superficie lisa. Nada de lo que decía penetraba para despertar la cólera. Decepcionado por la reacción de Gabriel, le pegó un buen golpe y se fue de nuevo a otro lugar.
    Uno tiempo más tarde, se supo que Léto había sido asesinado por su hijo, en un momento de uno de sus arranques de cólera de éste último. Le había roto el cráneo con su sextante, un instrumento astronómico para las observaciones marítimas. Por supuesto, oficialmente, esto sólo había sido un accidente...

    Convertido en el dueño, Leviatán se volvió incontrolable, desencadenaba su cólera sobre todos y engendraba así la cólera entre todos aquellos que trabajaban para él.
    Sólo Gabriel se quedaba inmóvil ante de las injurias y los incordios de Leviatán. Éste último se quedaba allí incrédulo, no comprendía que, a pesar de toda el mar de odio que le daba a Gabriel, éste se quedaba tranquilo, obediente y trabajador...

    Es, en aquella época, cuando Gabriel encontró a un viejo mendigo ciego que le dijo:


    Citation:
    « Debes comprender, que eres tú quien te distingue y no tu nacimiento.

    Debes comprender, que Dios te juzgará de acuerdo a tus actos y no de acuerdo a tu nacimiento.

    Él te coloca en el camino, y son los hombres quienes, a sabiendas o no, lo harán curvado o derecho, te alejarán o te acercarán, pero eso te pertenece a ti y solamente tú debes decidir hacia donde quieres ir porque al final eres tú el que camina.

    Es cierto, debes caminar con tus hermanos, tus hermanas y con Dios, es tu salvación la que está en juego.

    Queriendo a Dios, queriendo a tus hermanos y hermanas, es decir, los humanos; sólo puedes ganar. Y si este premio no está en la Tierra, será en otro lugar, en el astro del día.

    Es por esto que Dios te enfrenta a tí mismo con tus hermanos porque aquí son tus más grandes enemigos aunque luego muchos de ellos procuran ser buenos. »


    Estas últimas palabras llenaron su corazón y su alma y más tarde, la vida de Gabriel fue una aceptación de toda la desgracia del mundo. Ya había aprendido a sufrir el dolor sin resistir. Ahora sabía que debía, sobre todo, comprenderlo, porque para luchar contra ese dolor, ¿qué mejor que sembrar la paz y el amor en el interior de este dolor?

    No había dejado jamás hablar su cólera o su odio, ahora que sabía que debería decir "No" al dolor cuando éste creciera demasiado y sembrara la discordia en las almas.
    Tenía tal capacidad de contenerse que le daba la imagen de un hombre para el que la vida no tenía ningún secreto.
    Tenía tal confianza en Dios que se dejaría llevar por la providencia y el amor divino.

    Una tarde, Dios le habló en sueños y le dijo:


    Citation:
    « Humano, soy Yo el que sopla cada día mi palabra en tus oídos
    y la profundidad de tu corazón
    pero tú, pescador y aprovechado,
    cambias las Escrituras,
    y perviertes mis declaraciones haciendome hablar a través de ti.
    Numerosos fueron aquellos a los que transmití mi palabra,
    pero todos desearon desvíarla,
    era sólo para atraer hacia ellos la gloria,
    era sólo para justificar una de sus propias palabras.
    Pero vendrá el día en que le confíe a Uno Mi palabra de sabiduría
    y a Otro le confíe Mis mandamientos.
    Porque te quiero, humano,
    y mientras quieras escuchar lo que te tengo que revelar,
    hablaré,
    y cuando, conscientemente, te vuelvas completamente contra mis declaraciones,
    te enviaré a arder en las llamas del infierno en lo más hondo de la Luna.
    Porque sólo el sufrimiento podrá mostrarte que, cada día, trabajo por tu bien.
    Haciéndote sufrir te daré a entender que sin mí nada es y nada puede ser.
    Si te obligara a seguirme no comprenderías porqué es bueno seguirme.
    Ocupas el tiempo en comprender, humano, y sin embargo te quiero.
    No busques, la felicidad está allí, en la sencillez de tu corazón.
    Ve, Gabriel, transmíteles Mi mensaje a aquellos a los que considerarás dignos de ser salvados.
    Porque Gabriel, te lo digo: dentro de poco esta era de decadencia se acabará.
    Y sólo las personas justas serán salvadas. »


    Entonces, Gabriel recorrió Oanilonia en busca de las personas justas. Les dio tanta sed de Dios, que las vocaciones llegaron a ser puras y limpias, tanto que comenzaron a trabajar para la gloria de Dios. Les explicaba también la necesidad de saber aquello a lo que somos llamados. Decía estas palabras:

    Citation:
    « Amigos, hermanos,
    Dios os reserva a cada uno de vosotros una vía particular.
    No deja de decíroslo en lo más hondo de vuestro corazón.
    Sabed abriros a su llamada y responded « Sí! »
    Diciendo « Señor, sabes lo que es bueno para mí. Allí dónde me llevas no sabré herirme porque es mi propia vía. Allí dónde me llevas, sólo sabré ser feliz a pesar de las pruebas ».
    Entonces, abrid vuestros corazones. »


    Muchos escucharon sus declaraciones, pero esto no bastaba para mantener a la muchedumbre de los hombres obstinados sobre la vía de Dios.
    En efecto, las palabras de amor que emanaban de Gabriel hablaban de alejarse del pecado y así dirigirse cada vez más hacia la plena virtud que sólo Dios posee, para así dirigirse cada vez más hacia Dios.
    Pero, era mucho más simple quedarse en su vida, era mucho más simple perdurar en el negocio del pescado… ¿Por qué cambiar cuando ya se está en una buena situación?

    Fue entonces cuando Leviatán, que siempre estaba muy intrigado ante la templanza de Gabriel, le hizo venir. Cuando llegó, vio a su padre atado a una columna de madera. Leviatán le dijo que su padre había perdido todo un cargamento de peces, que era un mal elemento y que merecía una corrección. Leviatán comenzó a golpear a Vorian, Gabriel le suplicaba que le dejase, pero cuanto más suplicaba Gabriel, más fuerte le pegaba Leviatán... Leviatán le golpeó tan fuerte, que traspasó, en una explosión de sangre, el vientre de Vorian que murió en el acto, siendo acompañado por las lágrimas de su hijo...
    Leviatán esperaba que Gabriel reaccionase ebrio de cólera e intentando vengar a su padre, pero Gabriel no hizo nada, dio la espalda y dejó el lugar, pero antes de irse le dijo a Leviatán: « tu Odio y tu cólera no me alcanzan, creer que eres más fuerte, pero tu fin está cerca, Dios te castigará por tus pecados y serás condenado a una eternidad de sufrimiento ». Antes de que Leviatán tuviese tiempo de responder, Gabriel se había ido...



    La Caída de Oanilonia

    Gabriel se paseaba por el puerto de Oanilonia presa de una gran tristeza después del desencadenamiento de violencia al que acababa de asistir. Se acercaba al barco « Qué Pico », nombre dado a este barco porque su proa representaba un albatros con su gran pico abierto: su armador decía « pero ¡qué pico tiene este barco! », con un fuerte acento de los barrios bajos, así se puso el nombre de "Qué Pico" a este barco. El armador era un amigo de Gabriel, porque le había devuelto al camino de la salvación algún tiempo atrás.

    Estaba a punto de ir a verlo, cuando aparecieron relámpagos en el cielo.
    Gabriel comprendió en seguida que la hora para la caída de Oanilonia había llegado.
    Decidió prevenir inmediatamente a todos aquellos que había encontrado y que le habían seguido en la senda de la virtud para salvarles.
    Comenzó por prevenir a su amigo Alcisde, el armador del "Qué Pico" para que prepare el barco para embarcar a todos aquellos a los que traería con el fin de salvarlos.
    Recorrió entonces las calles de Oanilonia previniendo a todos aquellos a los que conocía para irse al puerto y embarcar en el « Qué Pico », les decía sobre todo que no llevasen nada que pudiese volver pesado al barco.

    Mientras volvía hacia el puerto acompañado por cuatro huérfanos, vió a Leviatán, con los ojos llenos de rabia y de cólera, lanzar una viga enorme sobre el barco que cayó sobre la vela lo hizo prisionero de la ciudad. Mientras que una risa atronadora y demente salía de la garganta de Leviatán, Gabriel, escuchando sólo su fe, se lanzó al puente para ayudar a liberar el « Qué Pico ». La viga era demasiado alta, y Gabriel que era muy fuerte, propuso hacer una escalera de su cuerpo. Cogió una tabla que para que hicieran como dos manos y le dijo a uno de los marineros « Monta sobre mi cuerpo, puedes utilizarme como una escalera ». Éste pudo así subir hasta la viga y liberar el barco. Todos gritaron entonces « ¡viva Gabriel, que hizo una escalera de su cuerpo, viva « Qué Pico » libre! ».
    Una vez liberado, todos subieron a bordo del barco.
    Un hombre le preguntó entonces a Gabriel « ¿qué espera Dios de nosotros? »
    A lo que Gabriel respondió:


    Citation:
    « Oane nos ha grabado la palabra del Creador en el primer muro de nuestra ciudad, está escrito allí lo que Dios les dijo a nuestros antepasados:

    « Que vuestra fidelidad sea como la de los hijos hacia sus padres o yo seré tan severo como los padres hacia sus hijos. Porque, cada vez que uno de vosotros muera, lo juzgaré, de acuerdo a la vida que tuvo. El Sol inundará cada día al mundo de su luz, como prueba de amor hacia Mi creación. Quienes, de entre los tuyos, envíe allí, viviremos una eternidad de felicidad. Pero entre cada día, la Luna tomará el relevo. Y quienes, de entre los tuyos, estén allí tirados no conocerán más que la tormenta ».

    Pero yo os digo también:

    Este día es un día nuevo.
    Jamás existió y no existirá nunca más.
    Agarros pues este día y hacedlo una escalera
    para acceder a las cumbres más altas.
    No permitais que la caída del día
    os encuentre semejante a lo que vosotros erais al amanecer.
    Porque mañana puede ser el día en que sereis juzgados ».


    El barco se alejó mientras que Gabriel regresó a la ciudad presa del caos absoluto. Y, durante seis días, hizo todo lo que pudo para salvar a los que todavía podían ser salvados...
    Vino entonces el séptimo día, llegando con él un cataclismo espantoso.
    Gabriel estaba en el puerto cuando vio a Leviatán, loco de rabia, intentar huir de la ciudad en su barco llamado « Kraken », pero los elementos se desataron y un remolino terrible se formó alrededor de « Kraken » y lo absorbió. Ocurrió mientras un terremoto gigantesco destruyó a Oanilonia, que quedó sumergida bajo el mar.
    Testigos vieron entonces un arco iris iluminar los cielos oscuros y algunos reconocieron entonces a Gabriel mientras que iba hacia el Sol.



    Oración a San Gabriel

    San Gabriel Arcángel,
    ángel de la Templanza,
    abre nuestras oídos
    a las suaves advertencias
    y a las urgentes llamadas del Altísimo.
    Estate siempre ante de nosotros,
    te conjuramos,
    con el fin de que comprendamos bien
    la Palabra de Dios,
    con el fin de que Le sigamos
    y le obedezcamos
    y que cumplamos
    lo que Él quiere de nosotros.
    Ayúdanos a estar despiertos
    con el fin de que, cuando venga,
    el Señor no nos encuentra adormecidos.
    AMÉN


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