L'Eglise Aristotelicienne Romaine The Roman and Aristotelic Church

[Crimea]

- Manriquito... - Dijo con una gran sonrisa mientras veía aproximarse un torbellino en forma de niño. Jamás olvidaría a aquel infante que le había alegrado no pocas jornadas en su ahora lejana Segorbe, por más que pasaran los años. Apenas le dio tiempo de darle un ligero abrazo cuando ya el pequeño salía corriendo en pos de a saber quién. La rubia lo siguió con la vista envidiando el entusiasmo y la frescura de la niñez.

-Por fin te encuentro, ¿huyes de nosotros? -La voz harto conocida de su amiga la hizo dar un respingo. Respiró aliviada cuando vio a la pelirroja y su esposo, y dispuesta a no perderse de nuevo enhebró su brazo con el de Ibel y se dispusieron a saludar al hijo de la pareja, ahora Pater de todos ellos.

- ¡Saludos, Jou!... Padre... - Quedó a medias entre ir a darle un abrazo, o hacer una reverencia, así que cabeceó de nuevo (no le duraría el recogido, no, con tanto vaivén) y ya mucho más tranquila por encontrarse de nuevo en compañía de sus conocidos, comenzó a mirar a diestro y siniestro a quienes allí se hallaban, y a dar tirones de la manga del vestido de Ibel, en clara actitud de pero-mira-quien-está-ahí, había que retomar los comentarios sanos que antes habían quedado en el tintero.

[legvoligne]

Legvo paseaba ya por Roma, después de haberse perdido por media Italia había llegado por fin

-Seré el último en llegar...madre mía que vergüenza se repetía mientras enfilaba ya la isla de Tíber y escuchaba un murmullo que iba a más

-Aquí debe de ser dijo entrando con firmeza y viendo a medio reinos hispánicos allí, pensó en donde encontraría a alguién que conozca, primero se encontro con Jou al que felicitó por su nuevo cargo en Segorbe y tras esto pregunto si había visto a sus padres o a Cri, siendo la respuesta afirmativa, estaban al lado suya

-Que desquizamiento tengo, y ya habló para todos

-Por fin encuentro a alguien,Por cierto, teneis que visitar Florencia, yo estube porque me confundí de ciudad y es preciosa dijo intentando entablar una conversación y poder acoplarse

[Ilionm]

Ilionm retornó al cúmulo de nobles, abades, priores y sacerdotes, damas, juglares y trovadores, caballeros, que conversabas y charlaban sobre asuntos graves o aspectors triviales de la vida.

Había tenido que retirarse unos breves momentos a fin de manejar un asunto que uno de su secretario discretamente le había comunicado al oido. Para cuando retonó a la plaza aquello se había llenado de gente hasta límites insospechados.

Buscó a Ros y cuando la encontró se dirigió presto hacia ella.

[Lirdi]

-¿Mamá ya llegamos? ¿Mamá ya llegamos?- Repetía Garion una y otra vez.

Solo a mi se me ocurre traerlo hasta aquí, pensaba la dama...

-¿Mamá ya lle...?- -¡¡Si!! Ya llegamos dijo ella- Solo para que se calle unos instantes.

Mágicamente el carruaje se detuvo, realmente habían llegado.

Lirdi arregló sus ropas y bajó del carruaje, volvió a asomarse para levantar a Garion en brazos y bajarlo también,
-Te Amo, ¿sabias?- Le decía mientras lo dejaba ya en el suelo.

Miró al pequeño y le arregló un poco las ropas y una vez mas se acomodó su vestido.

-Ofelia puedes quedarte con Bernardo en el carruaje, yo puedo ocuparme de Garion sola. O si quieres ver la ceremonia puedes acercarte también.-

La dama tomó la mano de su hijo y se dirigieron a la iglesia, una vez allí vieron gente por todo sitio.

-¿Alguien nos recibirá y nos dirá donde ubicarnos o podremos ir a cualquier sitio que quede libre?- se preguntaba la dama en voz alta mientras miraba a uno y otro lado.

En su inspección logró ver a la de Betera cerca del altar y comenzó a mover la mano saludándola intentando que la dama se percatara de su presencia.
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[Yolanda]

Yolanda cabalgó en su yegua, desde el puerto hasta la plaza, la yegua de pura raza hispana, de una de las mejores yeguadas con aire natural y elegante.

La joven heraldo vestía con sobriedad y sencillez, sobre su yegua negra, con elegancia caía el rojo bermellón de sus vestimentas, sus botas negras aterpiopeladas al igual que sus guantes, y un sombrero peculiar que dejaba ver sus cabellos oscuros, libres al aire de aquella tarde de invierno.

La Plaza estaba repleta, buscó con esmero el lugar habilitado para dejar a los animales, allí había numerosos carruajes y caballos de distintas razas, la multitud de gente se iba agolpando cerca de los caballos y por todos lados, aunque si que se dirigían todos hacia el mismo lugar.

Yoli caminó en la misma dirección que el resto de las gentes, parecía más bien la boda de un rey, con tanta solemnidad y mansa algarabía, pero sin dudarlo un instante, se dirigió a la puerta principal, para intentar buscar un lugar cercano y no perderse nada de la ceremonia, de su querida amiga Ederne.

Ya en la puerta principal junto a los guardias, acertó a reconocer a uno de los asistentes.. era el Padre Jou, Vicario de Segorbe, el hijo de la entrañable Ibel...

- Saludos Padre Jou, un gusto verle, ya pensaba que entre tanta gente no iba yo a encontrar a nadie conocido.- en voz baja le dijo al padre...padre me han dicho que después de la boda los banquetes nupciales serán una delicia, espero que no nos provoquen los impuros a la gula^^

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[Kossler]

El Duque miró de reojo a los soldados, y les dió la espalda, al tiempo que sacaba la fusta de montar, bañada en oro y recubierta de piedras preciosas, más ornamental que no útil, y la asía a su axila izquierda, cogiéndola por la empuñadura, que terminaba en forma de óvalo con un zafiro de su mismo encastado en él. De esa manera, y alzando la cabeza, trató de obtener una postura más regia y serena.

-Oh, la que había sido antaño Reina de Valencia... -Dijo el Duque mientras cogía su mano y se colocaba a su lado y empezaban a caminar. -Es un placer conoceros, no como a estos soldados con tan poco decoro. -Luego añadió. -Les habría dado una paliza si no me hubieran dejado pasar. Por mucho que cumplan su deber tendrían que hacerlo mejor. -Añadió, secamente y no comentó nada sobre la pregunta que le acababa de formular sobre su aparición. -Oh, la historia... Sí, claro, podrá contárosla. Aunque si teneis cualquier duda preguntadmela a mi, estuve durante toda la Independencia a primera fila en los combates. -Trató de presumir, altivo.

Luego siguieron caminando, y otra persona saludó a la Duquesa. Luego llegó alguien conocido. Parecía ser la capitana del Reino de Aragón, que Kossler conocía.

-Buenos días nos dé el Altísimo, Capitana. Que placer veros aquí y no en el campo de batalla, como otras veces. -Dijo el Duque sonriendo. -Que así siga por muchos años. -Añadió, haciendo un leve gesto de cabeza.

Tras despedirse, siguieron caminando, con Asdrubal y su acompañante detrás. Seberino no había podido venir esta vez y el Duque lo lamentaba. Hizo una mueca perceptible para cualquiera que le hubiera mirado. El mayordomo había tenido reuma y un viaje como ese, hasta Roma, hubiera acabado de matarle, así que tuvo que quedarse en Palacio, recuperándose y encargandose de todo en ausencia del Duque. Fue entonces cuando se encontraron con Ignius y su hijo adoptivo, Luca.

-Padre Abad. -Dijo el Duque, devolviendole a Ignius su saludo, con un ligero gesto de cabeza. Luego miró a Luca, cogido de la mano del Abad. -Pequeño... -Dijo el Duque pasándole la mano por el pelo, cosa que casi todos los niños odiaban. Al agacharse algo crujió. El Duque trató de disimular el dolor de espalda y se puso rígido de nuevo. -Ahhhmmm... -Musitó. -¿Como van los asuntos de Estado?
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[Asdrubal1]

Una vez salvado el tema con los guardias, siguió caminando junto con el Duque de Caspe y la Duquesa de Benicarló, cuando se percató que el Duque quería quitarle el placer de hablar de historia caspolina a la Duquesa;

-Pocos caspolinos no defendieron el Ducado, la verdad es que toda la ciudad se volcó en las murallas durante los asedios.

Tras añadir esto siguieron caminando hasta encontrarse con una dama, a la que el caspolino no conocía, pero por las palabras de su Excelencia era la Capitana del Reino de Aragón;

-Capitana, espero que el Reino de Aragón no tenga problemas de grave índole militar en mucho tiempo...

Al de la Barca le habría gustado añadir, y que no los suscite, pero no habría estado políticamente correcto; siguieron caminando hasta toparse con el Abad y Luca, Kossler saludó a ambos, y el caspolino añadió;

-Volvemos al punto de inicio, bonito círculo de ir y venir de buenas gentes estamos teniendo últimamente.

Finalizó sus palabras con una carcajada.
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[Valken]

Nuevamente en la Eterna Roma. Parecía que hacía siglos que había puesto pie allí. Su primera visita a aquel lugar había sido para la coronación del primer rey de Valencia, Anzo I. Cuanto habia cambiado desde entonces...


Valken estaba perdido en el mar de gente que formaban los invitados venidos de distintas latitudes de Europa para el acontecimiento, asique continuó rememorando viejos tiempos, apoyado en una columna esperando que la boda diera comienzo.

[Olderic]

El Duque otra vez iba tarde. ¡Qué típico era ya en él! Ciertament no hacía para Lord inglés sinó que su puntualidad era la propia de la del sol mediterráneo. Había decidido no llegar en barco hasta Roma sinó que en caballo. Fue en la Toscana donde llegó su perdición. ¡Qué paisajes!...¡Qué mujeres! Sin duda la castidad y la santidad no eran su fuerte, como sí lo eran los banquetes y la opulencia...y el alma mater literaria. En fin, que el pobre Olderic llegaba pues a destiempo.

Vió a lo lejos una multitud de gente que no parecía para nada la típica chusma italiana que y su algarabía de gritos y chirridos agudos. Eran italianos. I-ta-lia-nos, ya sabe el narrador de lo que sentía el Duque. ¡Que cruz! Antes de llegar le pararon y Olderic enfadado porque aún le retrasaban más les dijo, en un italiano lo mejor que pudo, entre esta lengua de latín mal hablado y su catalán:

¡Testa di cazzo! Io sono Olderic de Vilapana i Tramuntana, Dux di Palma, Comites Emporivm, Baró de Morella et Signore de Vall di Rouris. Deixa'm passar, stronzo, aparta o io vai a tallari il tuo collo.

A lo que lógicamente el guarda le dejó pasar porque un hombre que iba así por la vida o ciertamente era uno de los invitados de la costa catalana o un italiano borracho. Y un italiano borracho siempre entra en las fiestas. Y Olderic entró dónde había la multitud, dónde buscó a los invitados y a conocer gente.

[Rositadelapaz]

....al fín Ilionm donde te habías metido!!!, hay tanta gente que temia no volver a verte.... y se asió al brazo de él y cogiendo delicadamente la falda entre sus dedos anduvieron unos 35cm que era lo que se podía avanzar ... que no había visto tanta gente de tronio desde el concierto de los Rolling stone.

Vió llegar a su querida amiga Tadeita y al excelentísimo alcalde Gonzalo de Montalvo al que saludó con la mano, procuró no mirarle a los ojos por si un acaso la colocaba un guardia de rondón así sin más, que gusta él de las sorpresas.

...el caso es que yo oia una voz a lo lejos ...¡Rositaaaa! y me sonaba muy familiar...ah! mi buen Gonzalo saludando, lo sé porque le miraba de soslayo con disimulo...

...entonces yo subí los ojos y dije... ¡Gonzalo, Ilionm y yo no podemos movernos! venid a rescatarnos, andad con cuidado que sobre el suelo hay detritus de perro que en esta ciudad hay muchos sueltos.

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[Helena Wetminster]

La rubia entre tanta gente, conocidos y desconocidos no sabía hacia donde dirigirse, se alejó de su amigo Gorka dejándolo con libertad de ir hacia sus amigos y ella fue a un rincón del lugar esperando ver a sus padres en algún sitio o esperar ahí que la ceremonia transcurriera.
Con sus pensamientos siempre en las nubes caminó lentamente entre la gente, parándose en una esquina donde tenía buena visión de lo que iba sucediendo.
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[Rose_de_anthares]

-Pues es un placer conoceros, Excelencia – le dijo al gobernador de Cataluña – jamás pensé ver a alguien tan joven en un puesto así, imaginé que yo había sería la más joven con catorce años como gobernadora de Valencia en su tiempo, pero veo que vos me habéis demostrado que todo es posible – le sonrió muy amigablemente mientras el Duque y otros le saludaban y preguntaba cómo iba su gobierno. Tras sus preguntas ella se sonrió – y no os preguntaré como va vuestro gobierno, que de eso se han encargado estos amables caballeros, más bien preguntaré como estáis vos y vuestra gente. - acarició la mejilla del pequeño y le sonrió.

-Bonito círculo… - decía Asdrubal mientras reía – encantandor sin duda – le respondió mientras jugaba con uno de los anillos de su mano.
Entre las tantas personas, para su sorpresa, pudo ver al gran señor de Játiva – disculpadme unos minutos caballeros – se dirigió hasta él - ¿perdido? – le dijo mientras le observaba – hallaros pues, mi buen amigo, que deseo disfrutéis de este hermoso día junto a mi familia – por su vista se cruzó una dama de dorados cabellos a la cuál nada más apoyarse en una de las columnas pudo distinguir – Helena – le llamó - ¿Qué hacéis lejos de todo? Venid aquí y si tenéis compañero no le abandonéis – le sonrió con suavidad.

Luego miró el cielo – seguro mi hija debe estar por llegar, pero debería estar ya aquí el novio. Cuando él llegue entraremos a la iglesia - pensó en voz alta.
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¡Gloria eterna a los Héroes y larga vida a los seres anónimos!

[lucaverona]

Kossler le tocó la cabeza ...

[Ilionm]

Ilionm reconocío entre aquella argamasa de caras y rostros una extremadamente familiar. Se acerco al Gran Señor de Játiva y acompañándo su discurso con una ligera reverencia le saludó.
-Mi señor. No esperaba verle por aquí, pero como siempre es un honor gozar de vuestra compañía, ya sea en nuestra amada Játiva o en tierras extranjeras. Espero que el viaje haya sido de su agrado, la verdad es que nos separa un largo trecho de nuestra tierra y en icasiones los mares no son tan benévolos como deseásemos. Como podéis ver estamos rodeados de eminencias, mi señor. ¡Es más, hasta el mismísimo rey de Castilla ha vendio!

[Ruy_Tristan]

Acababa de frenar el carruaje que llevaba al Príncipe de Asturias a Roma a celebrar la boda de su primo Nicolás. Bajó el Borja raudo pues llegaba tarde y el tiempo apremia. Fue apartando gente hasta llegar al punto más cercano a la capilla. Allí había un par de guardias, de los cuales uno conocía pues había luchado con él en Nápoles.

-Donatello, amico, annuncia che il Principe delle Asturias e cugino di Nicola è arrivato.