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[Hagiografia]Apóstol Ofelia

 
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Ignius



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MessagePosté le: Ven Nov 23, 2012 8:26 pm    Sujet du message: [Hagiografia]Apóstol Ofelia Répondre en citant

Citation:




Hagiografía de la Apóstol Ofelia:


Capítulo 1: Nacimiento:

Ofelia nació en una pequeña aldea de Judea en el octavo año antes de Christos. Su padre, el ex legionario romano Cayo Bonux, había obtenido en su jubilación una propiedad que le permitía a su esposa, Samantha Lathete, y a su hija vivir con cierta opulencia. La llegada a la familia de otra hermana y de un hermano no perturbaron el equilibrio familiar, al contrario, esto le permitió ser una niña generosa y amada, justificando ampliamente el origen de su nombre: “Aquella que es útil”.

Capítulo 2: La infancia

Ofelia creció bajo el ojo atento y el ala protectora de su madre, pero no le permitieron recibir educación en una escuela. Dentro de la familia la joven debía atenerse al rol que le había otorgado por su rencoroso padre rencoroso, quien ahogaba en alcohol sus delirios de grandeza.

Su actividad principal era trabajar telas, coser y mantener la casa.


Capítulo 3: De la patria potestad a las responsabilidades:

A la edad de trece años su padre le dijo que había sido prometida como esposa al hijo de un rico mercader y amigo. Puesto que el chico tenía veinte años debía prestar servicio en la Legión. El miedo a no dejar herederos precipitó por tanto esta elección.

Entretanto la visión que Ofelia tenía del mundo cambió radicalmente.
Ofelia interpeló a los dioses paganos:


- Entonces, si es así, la vida no es sólo dulzura y tranquilidad. Nos imponen elecciones que no podemos evitar, ¿No podeis hacer nada para ayudarme? ¿Debo mostrarme fatalista y aceptarlo sin lamentarme?

En muchas ocasiones Ofelia se encontró con su futuro esposo. Resignada, fatalista…La niña aceptó ser buena compañía y respetar la voluntad de sus padres. Lo encontraba poco atractivo y orgulloso, pero muy inteligente. El matrimonio se consumó. La ceremonia fue presidida por los sacerdotes paganos y se ofrecieron muchos sacrificios para presagiar el futuro. Los augurios predijeron un matrimonio largo y feliz.

Dos meses después de la boda, justo antes de partir para combatir al enemigo de Roma, su marido heredó unos bienes de su padre, pero fue asesinado durante su primera batalla.
Así Ofelia se encontró a la cabeza de una enorme y bella propiedad, con muchos esclavos y un intendente que administraba sus bienes.


Capítulo 4: El encuentro con Christos:

Como quería proteger a los pobres decidió trabajar por su comunidad. Sus actos de generosidad no dejaron dudas acerca de sus motivaciones. A los pobres les daba dinero y comida, a los viajeros les ofrecía la hospitalidad de su casa, pero por desgracia estaba insatisfecha. La confianza que había puesto en los sacerdotes desapareció. Las donaciones no eran distribuidas, las mentiras y los inútiles sacrificios a los dioses la desanimaron con respecto a la honestidad del Clero local. Su fe se apagó poco a poco…

Hasta que un encuentro cambió su vida.

Un día que iba al mercado de la ciudad la muchedumbre detuvo la carroza en la que viajaba. Sorprendida pidió a uno de sus esclavos que fuera a ver qué estaba sucediendo.


Ofelia: - Entonces Fed, ¿Qué sucede?

El esclavo: - Hay un energúmeno que impide a los sacerdotes hacer un sacrificio a los dioses.

Ofelia, preguntándose quién tendría el coraje de enfrentarse a los sacerdotes paganos bajó de la carroza y se acercó. Reconoció inmediatamente a Christos gracias a una descripción que le habían hecho de Él. Parecía tan sencillo, tan humilde…Y su cuerpo emanaba energía y potencia. Se dice que solamente Dios podía enviar a semejante portento a la Tierra para liberarla del tan odiado paganismo. Y ella instintivamente intervino cuando el sacerdote estaba a punto de golpear a Christos. Con este acto Ofelia eligió su camino y decidió dejarlo todo.

Al atardecer Christos se acercó a Ofelia y dijo:


- Hija mía, sé que has renunciado a muchas cosas uniéndote a mí esta tarde, en tu casa se mostrarán hostiles, tus esclavos te evitarán, tu familia renegará de ti, pero sabes que te amo como un hermano ama a su hermana y juntos seguiremos el camino que Dios ha trazado para nosotros.

Capítulo 5: La continuación:

Ofelia dio todos sus bienes a la comunidad aristotélica de Jerusalén para ayudar a los pobres y los huérfanos.
La apóstol explicará a sus fieles en los años sucesivos:


- Éramos doce, mujeres y hombres, lo defendimos y nos unimos a él como discípulos y compañeros.
Christos, el profeta, nos enseñó el amor divino y la amistad, aprendimos la lección de Aristóteles y la virtud. Y cada día que pasábamos con él, las acciones que hacía, las cosas que nos mostraba y sus palabras estaban todas llenas de sabiduría y de amistad.


Un día durante nuestro viaje todos dormían excepto Christos que abandonó el refugio y se sentó sobre una gran roca.
Como ella no lograba dormir tuvo la misma idea y lo alcanzó.
Durante una hora entera no hablaron, reinó el silencio y la meditación.


Ofelia: - No logro dormir, mi pasado y mi familia se alejan. Me siento extraña, a veces abandonada y al mismo tiempo amada y guiada.

Christos:- Hija mía, la vida es así y todos nosotros debemos hacer nuestras elecciones y seguir a nuestro corazón. Sabes que Dios está allá y guiará tus pasos hasta que tú lo quieras.

Ofelia:- ¿Pero qué será de mi cuando el mundo cambie, cuando todos nosotros no estemos juntos? Temo el futuro.

Christos:- Las cosas sobre la Tierra están hechas para cambiar, pero nuestra alma no muere. Un día moriré, también vosotros moriréis, pero esto no nos impedirá amar a Dios y todos nos encontraremos en el cielo si Dios nos cree dignos.

Ofelia:- No veo ese futuro, es tan difícil. Yo sé hablar con la gente, pero la amistad es difícil.

Christos:- Bueno, hija mía, si persuadieras y si transmitieras las enseñanzas de Aristóteles a los hombres entonces despertarías en ellos el amor de Dios. La amistad es difícil, pero es natural entre nosotros. Un día cuando envejezcas, te abandonarás a la amistad y la custodiarás en el amor de tus hermanos.

Ofelia no sabía que decir, pero lo comprendió. Ni ella ni Christos dijeron nada más aquella noche.

Un día ocurrió lo que tenía que pasar y Christos se marchó. Encontrándose sola decidió difundir el mensaje de Christos a través del territorio oriental del Imperio Romano.

Durante casi veinticinco años viajó a pie hasta Bizancio, la ciudad que se convertiría en la reina del Oriente. A lo largo del trayecto se paró en cada aldea donde permanecía hasta que una comunidad de creyentes quedaba establecida.

Llegó al final de su largo viaje a través del Oriente y se estableció en Bizancio con quienes decidieron acompañarla.

Sin embargo, pocos días después de su llegada cuando el Prefecto tuvo noticia de su ingreso en la ciudad, envió a unos guardias para arrestarla. Igual que había hecho Christos tiempo atrás, ella logró convertir a los soldados. Ellos se convirtieron en los primeros fieles aristotélicos de la ciudad.

Esta situación duró siete largos años y a la obstinación del prefecto Ofelia respondía con sermones y conversiones. No obstante, al final del séptimo año, en vista de que el número de aristotélicos se volvía superior al de los paganos en la ciudad, el Prefecto decidió enviar una carta al emperador romano para informarlo de la situación. El emperador en aquel tiempo era el famoso Nerón, que odiaba a los aristotélicos más que a nadie. Envió a su Guardia Imperial que estaba especializada en capturar y matar a los seguidores de Christos.
Llegaron a Bizancio por mar, los soldados corrieron de inmediato a buscar a Ofelia para arrestarla, sin contactar siquiera con el Prefecto. Frente a la peor especie de paganos infieles Ofelia se dio cuenta que no podía hacer nada y fue asesinada en su casa. Sus seguidores más cercanos fueron crucificados el mismo día en la que entraron las tropas en la ciudad.

El Prefecto tuvo conocimiento de este acto bárbaro y se quedó durante días y días encerrado en su oficina, afligido por el sentimiento de culpa y vergüenza. Una vez que estuvo embarcada la Guardia Imperial de vuelta hacia Roma el prefecto, con el corazón y la mente nuevos, decidió arrepentirse y convertirse al Aristotelismo.

Él fue uno de los primeros políticos aristotélicos, aunque tuvo que esconder su fe aristotélica hasta la muerte de Nerón.

"Nuevo emperador, nuevas creencias"

Además el prefecto se empeñó en desarrollar la comunidad aristotélica de Bizancio sin que el emperador interviniese.
En Bizancio se comenzó a rogar a Ofelia, que fue considerada uno de los grandes personajes de la ciudad.

Capítulo 6: Sus enseñanzas:

Ofelia era la paciencia personificada. Durante aquellos viajes no tuvo miedo a quedarse mucho tiempo en una ciudad para enseñar el mensaje de Christos. Enseñó de una manera profunda el mensaje, ya que cada vez que fundaba una comunidad creaba una jerarquía bien establecida y dejaba por escrito las lecciones que había recibido de Christos.

Demostró también que la fe aristotélica era la más fuerte. Lograba convencer con argumentos simples pero esenciales, de que el paganismo era un error y que Dios era amor y no una especie de bufón que se emparejaba con todo el mundo, como era el dios principal de los paganos.

Un día un joven pagano fue a donde estaba Ofelia. Quería discutir con ella sobre el significado de su fe en Júpiter y en otras divinidades paganas. Ofelia lo acogió humildemente y tuvo la paciencia de escucharlo.
Él decía:


- Tú que finges ser un mensajero de tu Dios y de sus profetas y que afirmas que tu Dios es amor dime, ¿por qué tu Dios debería ser más fuerte? ¿Por qué sólo debería ser el dios? Todos saben que son muchos dioses.

Ofelia respondió:

- Dios nos ama a todos porque somos sus hijos y lo que crees que son tus dioses es sólo una interpretación errada de los hombres. ¿Cómo podrían vivir juntos seres tan hambrientos de poder? ¿No se matarían entre ellos? ¿Y el vencedor no destruiría con rabia todas las creaciones de sus enemigos? Estaríamos entonces todos muertos. Dios no puede más que ser uno solo y fuerte. Pero somos sus hijos y por eso hay un amor paternal entre los hombres y Dios.

Entonces el otro, descontento, replicó:

- Sí, Pero si nos ama como dices tú, ¿Por qué morimos? ¿Por qué hay hombres que mueren injustamente?

Ofelia respondió:

- Puede parecer que hay muertes injustas, pero sé que Dios no está allí para hacerte inmortal sobre la tierra. Eligió dejar a los hombres libres de vivir su propia vida, sin embargo, no olvides nunca que Dios no te abandona porque eres su hijo y el día en el que mueras Dios juzgará si fuiste virtuoso o no durante tu vida. Y entonces renacerás en el Paraíso o en el Infierno.

Ofelia fue exactamente como predijo Christos, una mujer que tenía un poder de convicción tal que también los animales la escuchaban se dejaban fascinar por sus palabras.

- Hermanos míos, ¿no veis el amor?. ¿No veis que Dios os ama, que Dios os ha dado la vida, que es nuestro padre? Si hubiese dudado de ello no estaría aquí. Si hubieseis dudado no estaríais aquí. Trabajemos juntos, hermanos míos y hermanas mías, recemos y sonriamos y hagamos de nuestra vida un mensaje de amor, de gloria a nuestro Señor y Padre.

Ofelia era un reflejo de la perseverancia en el amor de Dios.
Permaneció fiel a aquello en lo que creía hasta su muerte y se dice que sus últimas palabras fueron:


- Matadme, pero cuando volváis a casa, soldados, sabréis que os habéis equivocado y que Christos tenía razón.

Incluso se dice que estos soldados de Roma confesaron pocos años después su pena por los crímenes cometidos contra los fieles aristotélicos. Uno de estos soldados fue canonizado por los aristotélicos por las buenas acciones que hizo para redimirse en el perdón de Dios.

Y así, aún hoy, toda la organización de la Iglesia Aristotélica en Tierra Santa donde vivió la apóstol mantiene su integridad. La diócesis principal establecida ha logrado resistir a pesar de los ataques bárbaros y del paso de los siglos. Las comunidades religiosas han dado origen a nuevas ciudades de fuertes muros aristotélicos.





Traducido por Padre Prior Jesús Alfonso Froissart del Camp.
Revisado por Casiopea Alonso Beltrán.



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