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[ESP] San Estratón de Lámpsaco, segundo escolarca

 
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Jolieen



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MessagePosté le: Lun Juil 08, 2019 11:08 pm    Sujet du message: [ESP] San Estratón de Lámpsaco, segundo escolarca Répondre en citant



Citation:


San Estratón de Lámpsaco, segundo escolarca





El nacimiento de un larguirucho.


Estratón, hijo de Arcelias, nació alrededor del 300 años antes de Christos en Lámpsaco, una pequeña villa de Asia Menor, cercana al estrecho del Bósforo, situada entre las ciudades de Cyzique y Abydos, al sudoeste de Bizancio.
El pequeño nació de modo prematuro, bastante seco e incluso los padres dudaron que sobreviviera a los siguientes tres días, puesto que la tradición marcaba que se colocaran los niños en la cima de una colina, no lejos de la ciudad, durante los tres primeros días tras el nacimiento. Si sobrevivían, es que eran suficientemente robustos.
Para gran sorpresa de todos, Estratón sobrevivió a este calvario y se mostró, a pesar de las apariencias, muy resistente. Pasó su infancia entre las enaguas de su madre y las enseñanzas de sus preceptores. El jovencillo desarrolló rápidamente un talento innato para las ciencias. Tenía capacidad de observación y análisis poco comunes, se interesó, a primera vista por cuestiones físicas.
Siempre se le regañaba por su delgadez, puesto que el niño estaba, por otro lado, a menudo, enfermo de modo más regular que el cambio de las estaciones. Quedaba, pues, guardando cama o encerrado en su dormitorio, absorbiendo libros y estudios que le proporcionaban sus maestros.
A la edad de trece años, fue enviado, siguiendo los consejos de sus preceptores, al Liceo de Aristóteles, para que se convirtiera en filósofo y teólogo.



El descubrimiento de la teología aristotélica.


Hasta entonces, el joven Estratón jamás se había planteado la cuestión de la existencia de Dios. Ciertamente, sabía que en algunos puntos de la Hélade la gente creía que existía un único Dios y que lo había creado todo. Fue delante de Teofrasto; rector del Liceo; que descubrió que todo eso tenía un sentido indiscutible.
El larguirucho; como se le llamaba entonces; cayó en gracia al teólogo y se esforzaba todavía más en todo aquello relacionado con el Altísimo. Pasó, pues, parte de la adolescencia estudiando los escritos aristotélicos de su preceptor Teofrasto y consagró el resto de su tiempo a estudiar Física, ciencia por la cual había desarrollado un afecto particular.
Pasaba así su vida entre el escritorio y las bibliotecas, para consagrarse a los estudios y las termas para tratar sus recurrentes infecciones. Los médicos de su tiempo se tiraban de los pelos por no entender como podía seguir estando tan bien engullendo tres comidas al día. Acabaron por no pronosticarle demasiados años de vida, previendo que no superaría los veinticinco. A pesar de las desastrosas predicciones, Estratón siguió profundizando en sus conocimientos.
Fue tan brillante que Teofrasto se interesó mucho por él, tomándolo bajo su protección y explicándole la teología aristotélica. Hacia el año 305 antes de Christos, el Liceo ya se había convertido en un centro de referencia teológica, formando un numeroso grupo de discípulos en la ciencia considerada como el conocimiento de Dios, siendo Estratón el mejor discípulo que había conocido el Liceo desde Teofrasto.
El joven pasó a ser llamado rápidamente "el físico", puesto que excedía en la materia. Desarrolló la idea de la Creación del Mundo, obra de la Naturaleza mediante la fuerza, la voluntad del Altísimo y del movimiento. A su entender, la evolución del mundo y su complejidad procedían del juego permanente de los elementos y de la existencia de Dios. Llegó a conciliar teología y física, sirviéndose de los fundamentos del nacimiento del mundo, propulsando divinamente, sus observaciones prácticas y descubrimientos teóricos.
Estudió, de este modo, los movimientos y las interacciones entre los elementos, publicando numerosas obras de referencia sobre el tema.
A la edad de 30 años, el tribunal de Alejandría pidió a Teofrasto que mandara un discípulo del Liceo para instruir al futuro Rey. El escolarca encontró en Estratón un preceptor muy adecuado para la tarea, pues su acceso a la cultura egipcia era extenso y le permitiría vivir la Fe en Dios. Así pues, el joven teólogo dejó a su maestro para ir, de cabeza, a los documentos de la corte de Egipto.



La aventura en Alejandría


Cuando puso los pies en la corte de Alejandría; en Egipto; Estratón sabía que la existencia única de Dios no era, todavía, una creencia bien enraizada. Los sacerdotes egipcios practicaban el paganismo y creían en un panteón divino compuesto de múltiples divinidades.
Estratón desconfió de estos últimos y evitó la tentación de afirmar de modo demasiado claro la existencia del Altísimo. Se lo confió a Ptolomeo II, hijo de Ptolomeo I y hermano de Arsino II. Estratón se entrevistó, así, con un joven chico de nueve años, curioso y más despierto de lo habitual, al cual le inculcó los valores que había aprendido en el Liceo: los principios de la filosofía, de la física y por supuesto, de la teología. Explicó al joven Ptolomeo cómo Dios creaba todas las cosas y pidió que revelara el contenido de sus lecciones al resto. Dijo que Aristóteles era el profeta verdadero de Dios y como Teofrasto había hecho con él, retransmitía su palabra, aquella vez, el mensaje divino.
Rápidamente, no obstante, los sacerdotes egipcios fueron hacia Estratón para que se guardara del deseo de enseñar lo que aquellos calificaban de errores fundamentales. Estratón prefirió evitar la confrontación directa y, aunque defendió su opinión, declaró que se limitaría a estudiar con su alumno filosofía y ciencias. Ptolomeo estaba, no obstante, más que receptivo a las enseñanzas teológicas y se mostraba especialmente interesado por Aristóteles y sus trabajos sobre la virtud y la amistad. Ptolomeo estaba destinado a convertirse en faraón y sólo los sacerdotes paganos podrían ratificarle. Como era extremadamente inteligente, supo que debería abstenerse de revelar todo aquello hasta que no llegara al trono de Egipto. Ambos decidieron guardar en secreto aquellas enseñanzas y sólo revelar el mensaje del Altísimo cuando fuera el jefe de las tierras alejandrinas.

Durante ocho años, Estratón enseñó en secreto lo que el Profeta había revelado a la humanidad; hacía ver que atendía lo dicho por los sacerdotes politeístas de la ciudad, por lo cual Ptolomeo ganó mayor respeto, lo cual gratificó dándoles 80 talentos de oro en gratitud.
Con los preceptos de Estratón, Ptolomeo se abrió a la cultura y a la Hélade, por lo cual sería considerado el primer faraón en intentar acercar ambos reinos mediante tratados de paz, intercambios culturales y de salud.
La salud del filósofo no había tenido mejora, ésta fluctuaba constantemente, estando, a veces, en el lindar de la muerte; sólo su entusiasmo le mantenía con vida, siendo cierto que todavía no había terminado su misión en la tierra. Estratón se enteró que Teofrasto acababa de morir en Atenas y le había legado el Liceo, nombrándole escolarca.



Una nueva era teológica.


A partir de su acceso al cargo de escolarca, Estratón reformó el Liceo. Consideró necesario modificar las condiciones de acceso y prefirió orientar las enseñanzas hacia la teología. Así pues, el estudio de las enseñanzas de Aristóteles y el mensaje del Altísimo se convirtieron en pilar fundamental de la escuela de Axios. Si Teofrasto ya había orientado el Liceo en este sentido, Estratón lo ratificó con unos nuevos estatutos que definían el estudio de la teología como pilar fundamental del resto de ciencias. Aunque era menos buen orador que su antecesor, no seguía siendo menos excelente en la materia y sus largos discursos sobre la naturaleza del alma subyugaban a sus alumnos.
Estratón intentó incluir el pasar del alma del humano y lo que producía en cada uno. Ante sus discípulos explicaba:


Estratón: “El alma y el pensamiento son dos cosas distintas. El Altísimo dotó a cada uno de nosotros con un alma que, cuando muramos, se incorporará en Su Reino.
El alma y el pensamiento están vinculados de manera estrecha, puesto que una inspira al otro. Sin pensamiento no se puede describir ninguna sensación. Así pues, el alma es el símbolo de nuestra Fe y lo que nos da la capacidad de experimentar. Sabemos lo que es justo y lo que no y escogemos sabiendo qué implicará actuar virtuosamente o no. Este es el motivo por el cual nuestra alma fluye sobre nuestro pensamiento y contrariamente, nuestro pensamiento influye sobre el pasar a ser de nuestro alma.”


La vida de Estratón se vió señalada por la huella de Dios un día de verano mientra entraba a su cuadragésimo año de vida. Tranquilamente, instalado en el jardín que rodeaba el Liceo, se sumió en una siesta reparadora reposando la espalda en un viejo árbol. Mientras dormía, un sueño le invadió. En este, Estratón se veía deambulando en las verdes praderas del Paraíso Solar, al lado de los Arcángeles, de Aristóteles y del mismísimo Dios. Desde este sitio, le pareció ver la tierra y los hombres moviéndose como pequeñas hormigas que intentaban sobrevivir en un mundo hostil. En este sueño místico, conversaba con el Altísimo y retuvo que difundir las enseñanzas de Aristóteles sería su bienvenida. Fue entonces que varios discípulos pasaron delante suyo y le creyeron muerto, puesto que su piel estaba pálida y su respiración era demasiado tenue. Les sorprendió todavía más verlo rodeado de un fino halo brillante e imaginario lo que suponía que, definitivamente, Estratón había abandonado el reino terrestre.
Para muchos no fue ninguna sorpresa, pues siempre había estado enfermizo y débil. Pero, con gran estupor para todos, mientra uno de los discípulos se acercaba a él, el escolarca abrió los ojos sorprendido y su piel recobró su color. En su cara se podía leer la calma y la tranquilidad. Cuando se levantó, todos descubrieron que el árbol al que se había apoyado había tomado una nueva forma. Tras aquél día, Estratón fue todavía más apreciado y respetado por todos, ya que estaban convencidos que había tenido un vínculo directo con el Profeta y con Dios.

Durante su mandato, fue el arquitecto de la creencia en el Dios único. Su virtud y su disponibilidad le permitieron estar cerca del poder ateniense. Logró así que los dirigentes temporales le tuvieran como guía espiritual. Si un conflicto nacía entre dos ciudades griegas, se consultaba con Estratón y su dictamen se convertía en motivo de decisión. Era sabio y sus palabras llevaban certeza y razón allí donde había incerteza y faltas; le escuchaban como a un oráculo y nadie dudaba de su fe en el único Dios.

El escolarca escribió decenas de obras, emprendiendo las enseñanzas de Aristóteles, profundizándolas en algunos puntos. Estos textos permitieron enraizar un poco más la creencia en Dios en los territorios helenos y su amistad anterior con Ptolomeo, aseguró a la religión aristotélica naciente el reconocimiento en Egipto.
Estratón recuperó los vínculos que Teofrasto había instaurado con Antíoco de Siria y cuando este accedió al trono, pidió que el Liceo mandase a sus mejores teólogos, petición a la cual el escolarca accedió. Escogió entre sus mejores discípulos y los mandó a cumplir lo que Dios le había encargado: evangelizar las lejanas tierras de Oriente Medio y Asia. Se reconoció a Estratón el haber permitido la extensión de la Fe en el Dios único por la orientación que dio al Liceo. Tuvo numerosos discípulos y tres de ellos recibieron su máxima atención: Hipócrates, Epícrates y Licón. Pero, de los tres, sólo Licón se ganó su aprecio por su elocuencia y casi perfecta comprensión de la teología. Le instó a perfeccionar su arte durante los siguientes veinte años que fue escolarca y finalmente, le designó como su único sucesor al frente del Liceo.



El fin de una vida que entra en la leyenda


Cuanto más envejecía más le decían que desafiaba a las leyes de la medicina e incluso, que debía su longevidad al Altísimo. Su cuerpo era tan delgado y tan frágil que sólo salía de sus dependencias para impartir clase a sus discípulos. Con setenta y dos años era tan delgado que parecía cadavérico. Los médicos le instigaban a aligerarle los dolores? que invadían su cuerpo y no llegaban a ver como un hombre tan delgaducho podía vivir tanto tiempo. Así pues, nació el rumor en toda la Hélade que Estratón era llevado a cuello? por el Altísimo, el cual le confería una vida más larga para seguir la misión que le había confiado. A principios de invierno, minado por un resfriado y la tos, todavía más raquítico de lo que nadie se pueda imaginar, Estratón murió. Así, entró en la leyenda y Diógenes declaró al respecto:

Diógenes: “Había un hombre delgaducho, escuchadme bien, por las fricciones. Es de Estratón de quién me refiero, que nació en Lámpsaco. Siempre luchando contra la enfermedad, murió sin dudar de su conocimiento.”

Así pues, la leyenda quiso que su muerte fuese así, por la enfermedad. Para Estratón, la Hélade siempre creerá que hubo un hombre dignamente virtuoso, de la mayor estima y excelente en todo tipo de estudio, especialmente en la enseñanza de la teología aristotélica.

Traducido del griego por Monseñor Bender.B.Rodriguez
Traducido por Ignius - Revisado por Chapita - Re-revisado por Nicolino


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Cardinal-Deacon of the British Isles -Bishop In Partibus of Lamia - Prefect to the Villa of St.Loyat - Expert to the pontificial collages of Heraldry - Assessor to the Developing Churches
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