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Vita Christós Ubaldo Vbis

 
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Ubaldo



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MessagePosté le: Sam Avr 07, 2007 2:43 pm    Sujet du message: Vita Christós Ubaldo Vbis Répondre en citant

Capítulo 5,

Jeshua marchaba por las dunas desde hace varios días ya, bebiendo el agua de su odre y comiendo los saltamontes venidos de la arena. Cuando cansado, el deseo le agarró de detenerse y no moverse más. Le parecía que una fuerza misteriosa le decía:

"Detente, Christos, hijo de Giosep, ya que está cansado. Si querías, podrías dar media vuelta y volver a tu casa sin agotarse."

Era la criatura sin nombre, la que vivía en la sombra desde los milenarios. No quería que a través de Cristos, la palabra de amor de Dios se propaga. Por eso había decidido corromperlo con el fin de desviarlo de su justa misión. Si las raíces del árbol se ennegrecían, entonces el arbol nunca llevaría frutos.


Cristos respondió, sin encolerizarse: " ¡ Vete, tú qué quieres perderme en la pereza, yo continuaré porque el mundo pertenece a los que se levantan temprano! "

Y la tentación de descansar se disipó en ese instante.

Entonces, como Jeshua ayunaba desde días, tenía cada vez más hambre. Sentía su vientre hacerle daño, y subir en él la envidia de abrir las últimas provisiones que se le quedaba en su bolso en piel de oveja. La criatura sin nombre, dotada de una carisma excepcional le decía:


" Abre tu bolso, Cristos, hijo de Giosep, ya que tú tienes hambre. Come esta carne y este pan que te esperan… Tú podrás siempre reservarte los saltamontes para más tarde. "

Cristos respondió, sin encolerizarse: " Vete, tú, que quieres perderme en la golosina. No abriría mi bolso porque el mundo pertenece a los que saben aguantar el hambre. "

Entonces, como Christos estaba en el medio del desierto, él estaba cansado, tenía hambre y su cuerpo le dolia. De repente, fijando el horizonte delante de él, tuvo la impresión de ver un oasis. Era un pequeño lago rodeado de matorrales verdes. El oasis todavía era lejos pero gritos de alegría parecían escaparse de él. Cristos reconoció pronto siluetas femeninas y desnudas, bañándose en este estanque. La voz melosa de la criatura sin nombre le dijo:

" ¿ Que esperas tú, Chistos, hijos de Giosep, para reunirte con ellas? ¿ No las oyes tú ? ¿ Estas mujeres guapas quiénes te llaman? ¡ Ellas todas son para ti! ¡ Y bellas, además, caramba ! "

Cristos respondió, sin encolerizarse: " Vete, tú, espíritu del vicio, que quieres perderme en la lujuria. No desviaría de mi camino, porque tan verdaderamente como te lo digo, este oasis y estas mujeres van a desaparecer de mi vista. "

Y en efecto, pronto, la imagen del oasis se disipó, dejándole a Cristos la visión de un desierto extenso hasta el horizonte e irradiado por el sol.

Entonces, como Jeshua continuaba marchando, sin mirar detrás, vío, de repente, delante de él, la imagen de una gran ciudad. Esta ciudad era magnífica, las torres y las murallas no escondían su riqueza y las casas, adornadas de oro y de pedrerías, parecían brillar por mil fuegos. Una cúpula sobrepasaba, que debía ser la del palacio del alcalde. La voz dulce de la criatura sin nombre dijo a Cristos:


" ¡ Ve esta bella ciudad, y contempla su riqueza! Si quisieras, podrías llegar a ser el alcalde, con los talentos que tú posees. Porque de verdad, fuiste capaz de ayunar durante todos estos días, así como de resistir al cansancio y a las mujeres; ¡ Tu fuerza de carácter podría llevarte muy alto! "

Entonces Cristos le respondió, sin encolerizarse:

" Vete, tú, espíritu maligno, que quieres perderme en el orgullo, la envidia y la avaricia. Resistiría también a estos pecados, porque es pequeño, el que cae en sus impulsiones. "

Entonces la criatura sin nombre dijo:

"Dios nos hizo sus hijos porque somos las más fuertes de sus criaturas. Entre nosotros, soy su preferida, porque soy el más fuerte de todos nosotros. Entendí que el fuerte debía dominar la debilidad, como ustedes los hombres, dominan las vacas, los cerdos y los carneros. Dios nos dio Su creación para aportarnos los mil placeres del cuerpo y del espíritu que merecemos. ¿ Hay un mejor medio de rendirle homenaje que sabiendo apreciar los placeres de Su creación? "

Pero Cristos le replicó:

" ¡ Vete, tentadora! Tu presencia en la creación es una injuria hecha a Dios. Sabe que no eres Su preferida. Te confinó en la sombra, porque te desvió de Su luz. Te dejó unicamente la palabra con el fin de experimentar la fe de los humanos. "

Y añadió:

" Dios nos hizo sus hijos porque somos los únicos que saben gustar sin esperar nada a cambio. No te dio este título, criatura vil, porque no tienes corazón, porque tu alma es negra como el azabache. Por cierto, el mundo, creado por Dios, es fuente de mil placeres. Por cierto, es rendirle homenaje que de saber apreciarlos a su valor justo. Pero estos placeres deben ser saboreados y no devorados. Sólo la virtud, tal como nos la enseñó el profeta Aristotéles nos permite apreciar los placeres del mundo sin caer en el vicio y el pecado. "

Concluye por fin:

" Porque el pecado es la negación de la perfección divina. El abandono total a los mil placeres se acompaña del desvío del amor de Dios, mientras que el gusto simple y medido de la creación divina puede hacerse solamente en el amor de su creador. ¡ Entonces vete ! "

En seguida, la criatura sin nombre, que se arrastraba a su lado, desapareció, dejándolo a las puertas del desierto. Había atravesado este país de tentaciones durante cuarenta días.
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