L'Eglise Aristotelicienne Romaine The Roman and Aristotelic Church

[ederne_bp]

La noche anterior a la boda

La comitiva que acompañaba a la Berasategui, había llegado un par de días antes hasta el palacio Borja, el cargamento que traía era amplio, pues no solo se habían traído los vestidos que usaría por aquellos días, así como su vestido de novia, sino también algunos implementos que usaría en su luna miel. Saldrían, luego de la celebración de la boda, hacia castilla, el destino donde pasarían sus primeros días juntos.

La de Berasategui, estaba en una recamara del ala norte de la mansión, nerviosa, paseándose de un lado a otro ,empezó a caminar arriba y abajo con grandes pasos que empequeñecían el reducido espacio entre la ventana y la puerta, las doncellas estaban ordenando todas sus pertenencias mientras esta admiraba desde el alto ventanal toda la estancia.

La noche se acerco rauda y el descanso hizo mella de todos, quienes se retiraron a sus respectivos alojamientos.

Su madre fue la última en irse, dejándola acostada y advirtiéndole que estaría al alba para prepararle un baño caliente y prepararla para la ceremonia.

En un rincón de la habitación el leve crepitar de la chimenea, pues el invierno estaba en pleno apogeo, mantenía la habitación a una temperatura cálida. Desde la cama, podía mirar las estrellas y luego de darse muchas vueltas sin lograr conciliar el sueño, este la venció y se durmió.

La mujer se despertó de golpe. Sus ojos se enfocaron de inmediato, mientras sus oídos intentaban volver a captar el extraño sonido que la había arrancado de un profundo pero inquieto sueño.
Otra vez. Allí estaba de nuevo, una especie de crujido raro y distante, parecido al que hacían las tablas del suelo bajo la alfombra de la sala de estar. Cambió ligeramente de posición, intentando oír mejor, pero el sonido había cambiado y se había convertido en un gemido extraño que podría haber sido el viento; sin embargo, sabía que aquello era imposible, ya que fuera de la casa la atmósfera era cálida y calmada, y la noche estaba sumida en una oscuridad densa y muda. Intentó oír el familiar canto de los grillos en el campo cercano, pero estaban extrañamente silenciosos.
Los sonidos volvieron a aparecer, primero un crujido ominoso, seguido de un gemido que nunca antes había oído en la casa. Se sentó en la cama con el corazón martilleándole en el pecho, y se apoyó lentamente contra la cabecera con la mirada fija en la puerta

Centró su atención en el silencio y se esforzó por escuchar algo más, pero no oyó nada. Se recordó que debía respirar, tomó aire para intentar tranquilizarse y notó que el ambiente del dormitorio se volvía más denso.
Intentando introducir aire en sus pulmones mientras un enorme peso le apretaba el pecho. El corazón se le aceleró aún más, cada latido parecía golpear contra el esternón.
“Madre de Dios, ¿qué está pasando?”
Consiguió volver a introducir con dificultad aquel aire espeso en sus pulmones, y después lo expulsó lentamente. Se dijo que debía mantener la calma. “No pasa nada... son imaginaciones tuyas. Es sólo el calor, la oscuridad y el silencio”. Volvió a inspirar. Tras expulsar el aire volvió a inhalar otra vez, pero aunque la profunda y pausada respiración debería haberla calmado, no logró mitigar la creciente sensación de temor.
Y entonces lo olió... un ligero aroma que fluyó hacia ella, que la envolvió y empezó a oprimirla. El olor fue espesándose tanto como el mismo aire, cada vez más intenso y penetrante, tan dulzón que casi mareaba. Aunque los campos que rodeaban la casa estaban llenos de rosas casi la mitad del año, su aroma era suave y ligero; era una fragancia agradable, que no tenía nada que ver con el olor pegajoso que impregnaba el aire... el olor a flores marchitas que empezaban a descomponerse.
Sintió que la bilis subía por su garganta, soltó un gemido y alargó una mano temblorosa
Recorrió frenéticamente la habitación con la mirada en un intento de encontrar el origen de los ruidos y del olor, sin saber qué esperaba encontrar exactamente. Pero allí no había nada que pudiera explicar el terror que seguía creciendo en su interior, que se intensificaba con cada frenético latido de su corazón.
Tragó con dificultad el miedo que le bloqueaba la garganta y volvió a alargar la mano

Pero en ese mismo momento el olor empezó a desvanecerse. La presión en su pecho empezó a aliviarse poco a poco, y la atmósfera de la habitación fue aligerándose gradualmente. Tornó una bocanada de aire, lo soltó lentamente y repitió el purificador proceso varias veces más. Oyó el familiar canto de los grillos que entraba por la ventana desde el exterior, y se desplomó contra la cabecera de la cama.
No había sido nada, sólo la calurosa y seca noche y su propia imaginación
Se dijo a sí misma que ya no tenía miedo, pero sabía que no podría volver a conciliar el sueño en toda la noche.
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[Rose_de_anthares]

Una de sus hijas, la mayor, había al fin decidido casarse. La que pensó tardaría o que tendría que enviar a algún convento fue la primera en decidirse a formar su propia familia y nada más y nada menos que con un Borja.

Conocía de hace tiempo al jóven Nicolás pero jamás le habría hecho imaginar que él y su hija se enamorarían nada más al conocerse en una visita de cortesía que el de Borja hizo a Benicarló.

La jóven Ederne estaba inquieta, le advirtió que vendría temprano para prepararla pues aquellos menesteres tardaban horas y debía dejar tiempo para rezar antes de partir hacia la iglesia. Ya en su habitación, la de Pern se sintió de más fatigada pues aún no se recuperaba del todo de su herida, sin embargo aquello no le importaba, no se perdería por nada del mundo la boda de su hija. En medio de sus pensamientos sintió unas manos recorrer su hombro y ella sonrió - revisaré esos vendajes -dijo- adelante pues, señor mío - respondió ella a su esposo - No dormirá nada, yo el día de nuestra boda no lo hice - Yuste rió - y como se parece a vos... - ambos soltaron una carcajada - Me he anticipado, tendrá un desayuno apto para quitar marcas de sueño bajo los ojos y levantar su ánimo, sino, los nervios la consumirán - decía mientras hacia muecas por la revisión de la herida - mujeres... - dijo, luego tocó la herida - ¿aún duele? - preguntó - cada día menos. Terminad ya y vamos a dormir. Mañana será un gran día -
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¡Gloria eterna a los Héroes y larga vida a los seres anónimos!

[Rose_de_anthares]

Muy temprano entró sin miedo a hacer todo el ruido posible. Nada más ingresó abrió las cortinas para dejar entrar el hermoso sol invernal que se colaba por la ventana. Fue hasta dónde su hija y le quitó toda las mantas que tenía encima - por más que apretéis los ojos, ya no queda tiempo para dormir. Levantaos ya, hoy será un gran y largo día para vos -golpeó ambas manos haciendo que ingresaran las doncellas - traed de inmediato el desayuno que ordené prepararais a mi hija y quiero esa tina lista en 5 minutos para que se bañe. Prepararse para una boda requiere tiempo y además busco se relaje un poco... - miró de reojo a Ederne que escondía la cabeza debajo de la almohada - uno...dos...¡arriba u os baño a la fuerza sobre la cama! - dijo riendo.
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¡Gloria eterna a los Héroes y larga vida a los seres anónimos!

[ederne_bp]

Casi de madrugada había llegado el ansiado sueño, de costado, con ambas manos sobre la mejilla y el cuerpo mirando hacia la ventana, la Berasategui descansaba después de haber sentido ruidos y olores varios.
Parecía que apenas había conciliado el sueño, cuando me habían sacado el cobertor de cuajo, la camisola arrepollada sobre los muslos blancos.
De un brinco me senté en la cama, asustada de que aquello que había logrado mantenerme en vela toda la noche, hubiese al fin vuelto por mí.

Centre mi vista en la mujer que daba órdenes y movía sus manos de un lado a otro imponiendo su presencia, la claridad de la luz de la mañana me reboto en el rostro adormecido.

Dios! aun no! - gemí a tiempo que cogía las sabanas y me volvía a cubrir la cara.
Por más que apretéis los ojos, ya no queda tiempo para dormir. Levantaos ya, hoy será un gran y largo día para vos
No será un gran día para mi, si no me dejáis dormir, madre - grite por entre las sabanas y la almohada que me cubría.
Traed de inmediato el desayuno que ordené prepararais a mi hija y quiero esa tina lista en 5 minutos para que se bañe. Prepararse para una boda requiere tiempo y además busco se relaje un poco...
Ella buscaba mi relajo y era justamente eso lo que no lograba tener en ese momento
Madre, me relajare si duermo unos minutos más, por favor, podéis llevaros el desayuno, sacad a toda esta gente de aquí y dejadme dormir
Volved en.... 3 horas - le dije una vez más, intentando conciliar nuevamente el sueño

Uno...dos...¡arriba u os baño a la fuerza sobre la cama! - ¿ porque sería que la creía capaz de hacer eso?
Bajo las sabanas abrí los ojos, conté hasta diez y comencé a pensar
Ederne, es vuestro ultimo día como mujer soltera, mañana estaréis casada con el Borja y si intenta despertarme como ha hecho mi madre, podrá darse por muerto - reí con picardía bajo las sabanas, no sabía bien como, pero sabía que mis nuevos amaneceres no serian así de estridentes, sino lleno de besos y caricias.
Emití un suspiro largo y estridente, mientras mi madre esperaba paciente tras las sabanas a que me desperezase.
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[Rose_de_anthares]

- ¡Al agua! - le dijo al tiempo que la hacia entrar en el agua tibia que le habían preparado - esto os relajará hija mía - le decía mientras le trenzaba el cabello - flores y perfumes en el agua os refrezcaran - sonrió - es natural recuerde el día de mi boda, pero no hablaré de ella - rió - hay que pensar en la vuestra.

Al terminar de trenzar el cabello y habiendo que esperar en el agua para que surtiera su efecto, se sentó a su lado y le preguntó - ¿hay alguna cosa que deseéis preguntar, hija? - miró como preparaban el desayuno - podéis susurrarlo si gustáis - le acarició la mejilla tratando de hallar a su pequeña lanza ranitas en esa hermosa mujer en la que se habia convertido -
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[ederne_bp]

Y ahí estaba yo, alguien dijo patos al agua?, no, no, que era novia al agua, las doncellas todas emocionadas, jabonaban mi espalda y mis piernas, mientras mi madre sentada en una cómoda silla al lado de la bañera.
esto os relajará hija mía – seguramente me relajaría, sin duda, ver a mil doncellas revoloteando a mi alrededor, cotilleando por el hermoso vestido y riendo con las flores del ramo, me relajarían mucho
- flores y perfumes en el agua os refrescaran – claro! Me van a refrescar! - mi mente iba a mil por horas, mas no dije nada y deje hacer a mi madre
Es natural recuerde el día de mi boda, pero no hablaré de ella – oh no por dios! Ya me imaginaba a mi madre rememorando su boda con mi padre, sus nervios, el vestido... suspire... la mañana sería muy larga, sin duda - ¿porque no llegaba mi hermana? O Aleria? Y Alegra? Donde estaban?- quizás se habían perdido en aquel castillo.
¿Hay alguna cosa que deseéis preguntar, hija? – la pregunta me saco de mis cavilaciones y salte sobre el agua como un resorte - preguntar yo? - mi madre me miraba expectante, sus ojos brillaban coquetos y en ellos se podía leer claramente a que pregunta se refería.
- podéis susurrarlo si gustáis –dijo al fin ante mi silencio
Ah sí, la pregunta de rigor - seguramente se refería a la noche de bodas – Dios tenemos que tocar ese tema ahora? - Pensé en silencio - seria verdad que una debía preguntar sobre aquello? – mil preguntas tenia sobre eso, pero había leído algunos libros de dudosa procedencia donde venia explicado el encuentro entre un hombre y una mujer, no quería escuchar a mi madre hablar de aquello, pero ahí estaba ella, esperando que yo hiciera la pregunta de rigor.

Esto… si, madre, tu…. – mire hacia las doncellas que aun ordenaban mis ropas interiores junto a la chimenea - veras, yo… esto… pues… si claro, decidme… cuando el… y … yo…- seguí balbuceando palabras sin sentido, mis manos hacian movimientos ausentes y revoloteaban mis manos, mientras con la mirada fija y expectante mi madre esperaba completara la pregunta

Pues eso, contadme – dije al fin con una sonrisa incomoda
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[Rose_de_anthares]

Sonrió y susurró a su hija todo cuanto podría necesitar saber aun conociéndola capaz de aprender y enfrentar por si misma cualquier situación.

Al terminar vió el rostro de Ederne nervioso - salid ya del agua - extendió la mano para que una doncella le entregara la tibia tela con la que se secaría su hija - secaos bien y venid conmigo a tomar desayuno, debéis comer bien - le sonró para luego adelantarse hasta el diván y la pequeña mesa donde había preparados los manjares que aquella mañana consumirían.
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[juliane_bp]

Era bien temprano en la mañana y deseaba estar junto a su hermana, al menos para calmar sus nervios, pues conociéndola como la conocía, daba por hecho que no había pasado una buena velada pensando en lo maravilloso que le tocaría vivir ese día.

Cerró sus nudillos y golpeó agitadamente la puerta del cuarto de Ederne y, sin esperar respuesta, asomó su rostro sonriente - he llegado justo para el desayuno, verdad? - expresó con una carcajada y se lanzó sobre su hermana, dándole un gran abrazo.
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[Nicolino]

El día anterior a la boda el Borja caminaba inquieto entre las cuatro paredes de sus aposentos en Motarde d'Ascalon. Sus pasos, largos y rápidos, eran ahogados por la alfombra oro y carmesí bajo sus botas, y dada la solidez de aquellos pétreos muros, siquiera podían percatarse de su presencia en esos lares. Por eso es que allí acudía cuando deseaba pensar, tomar alguna decisión importante, o trazar alguna de sus diversas maquinaciones: porque aquel era el mejor lugar para dedicarse al ascetismo, que a veces en contraposición a los placeres que servían de inspiración para un trovador, solía servir para refinar grandes ideas y planes complejos.

Pero ahora se hallaba allí porque el palacio Borja de Roma era ocupado por la familia Berasategui y su séquito, incluida su futura esposa, a quién la tradición le impedía ver el día antes de la boda. Para resolver aquello y porque él era el tenía que más posibilidades de encontrar un segundo lugar donde pasar las horas previas a la ceremonia, decidió hacer uso de su potestades de primogénito, y se los había cedido aquel día, mientras la servidumbre debía de estar pululando por la cocina con notorio alboroto, pues al terminar la ceremonia se esperaba un banquete para alrededor de doscientas personas. Y él se imaginaba aquel ajetreo, mientras recorría aquella habitación con su caminar incesante: las manos detrás de la espalda, y la mente en todo lado:

-¿Es posible extrañarla tanto, habiendo solo pasado horas desde la última vez que la vi?-se decía, deteniéndose unos instantes y perdiéndose su mirada en el horizonte, a través de la ventana ojival de aquella estancia. Aquella ventana se parecía a las del castillo de Benicarló. Realmente se sentía afortunado de ir a desposar a una mujer así: era joven, simpática y amable, ingeniosa y jovial. Solía sorprenderle a cada minuto, y encontraba en ella una buena compañera en quién podía confiar. Además, no tenía nada que envidiarle a las damas de la corte, más bien al contrario, y a pesar de sus dieciséis años, su silueta y cad...tendría que confesarse de nuevo. Durante toda la mañana se había recorrido todas las Iglesias de Roma confesándose reiteradas veces, por culpas de inmediata comisión. Que si pecaba de soberbia al quitar de enmedio a empujones aquella turba de peregrinos, que si de falta de generosidad y don de sí al negarse a darle limosna a los leprosos, que si vociferaba alguna maldición contra el maldito ladrón que le había robado su bolsa y había perseguido durante un buen rato. Y si divagaba demasiado en sus pensamientos...

-¿Cómo cazzo quiere Nuestro Señor que no peque y menos de pensamiento si no puedo quitarmela de la cabeza?-exclamó, con expresión de frustración, elevando la mirada al cielo, o mejor dicho al abovedado de su habitación. Y todo pensamiento le llevaba al punto de su descendencia. El deseaba una familia numerosa, niños correteando por sus jardines y palacete de Xàtiva, todos destinados a grandes cosas. Incluso creía que la familia de los Duques resultaba pequeña a comparación de como a él le gustaría que fuera la suya.
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A schism? Just try it. I will strip you of all you have...

[ederne_bp]

¿Como mi madre podría haberse guardado todos esos secretos y lanzármelos dentro de una bañera, a horas de casarme? – había cosas que no quería entender, mejor no intentaría saberlo.
Salí del agua y las doncellas me cubrieron con una gran manta suave para secarme, una mesita que había en el rincón más próximo a la chimenea me esperaba, había frutas, panecillos, dulces, y una taza de leche caliente.
secaos bien y venid conmigo a tomar desayuno, debéis comer bien – negué con mi cabeza y me acerque a la ventana, por Aristóteles necesitaba oxigeno, y comenzó mi mente aceleradamente a pensar en la forma de conseguirlo
madre, yo… no tengo apetito, veréis, si como…. – la frase quedo ahí, pues en ese preciso momento entraba mi hermana menor, feliz, dando saltitos y abrazos por doquier, se notaba emocionada

he llegado justo para el desayuno, verdad? – la pequeña July estaba hecha un torbellino emocionada con el evento de la boda, se acomodó al lado de mi madre que me miraba expectante la acompañara a desayunar.

Mire nuevamente por la ventana, no sería tan difícil bajar por la ventana, si no hubiese tanta gente en la habitación.
Tenía que buscar la forma de quedarme a solas por unos instantes, solo necesitaba un tiempo solo para mí, pero ¿como las hacía salir? - mire nuevamente, toda la habitación era un torbellino, un nido de cotorras que iban y venían.
Madre - dije al fin - si yo pudiera… veras – dije tomando un poco de aire y buscando las palabras precisas- los nervios… creo que necesito conectarme con el altísimo, rezar me haría mucho bien.
La mire implorando entendiera mi petición, si pedía fuera más explícita, debería pedirle que salieran todos - solo necesito unos minutos para concentrarme en lo que viene, mentalizarme, tú debes entenderme, madre, verdad?
Mi madre no daba crédito a lo que oía, pero supuse que me entendería.
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[Rose_de_anthares]

Parpadeó un par de veces - si y no... pero bueno - golpeó sus manos - todas esperad afuera hasta que mi hija os necesite, Juliane cielo mío vamos a prepararos a vos - sonrió y siendo la última en salir cerró la puerta tras de ella no sin antes decirle a su hija - cuando estéis lista, llamadnos - y le sonrió nuevamente.
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[ederne_bp]

Un suspiro que salió desde el fondo de mi pecho fue lo primero que hice cuando la puerta se cerró detrás de mi madre, solté la manta que aun me cubría el cuerpo y me puse nuevamente la camisola, con ella al menos me sentía en libertad absoluta.

abrí la ventana de par en par, si saltase desde ahí, seguramente me dejaría las piernas y brazos con amplios cardenales, el árbol que arrimaba a la ventana no estaba tan cerca como yo pensaba, pero lo intentaría, una brisa fresca y fría me llego al rostro dándome la libertad que deseaba.

No entendía bien que deseaba, si escapar de todo aquello y volver a mi normalidad en valencia, o bien correr hacia donde se encontrara Nicolás, necesitaba su abrazo protector, le extrañaba en demasía, aun sabiendo que aquello era imposible pues solo nos habíamos dejado de ver algunas horas antes.

Tenía la piel erizada por el frio y por la ansiedad, ¿acaso perdería mi independencia al casarme?, sabía que había muchas cosas que debería dejar de hacer una vez fuese la esposa de un Borja, pero también ganaría otras.
La mente me daba vueltas, saltar era una locura, pero como ansiaba correr por aquel jardín, intente alcanzar las ramas del árbol dos veces antes de lograrlo, cuando lo tuve firme, descender fue nada complicado. Cuando mis pies tocaron el césped húmedo por la garúa del amanecer, sentí el remordimiento de dejar a mi madre y mi hermana esperando en la puerta.
Camine despacio y evoque la presencia de Nicolás en mi mente, tal vez siempre había admirado en él, su espíritu, si templanza y su carisma. camine hacia el frente directo hacia las entradas principales, no habia nadie alrededor.
Recordé su sonrisa amigable y su risa traviesa, cruce mis brazos en un abrazo imaginario, casi rodeándolo, y cerré los ojos dejándome llevar por los recuerdos y los versos
Como te amo ...yo...Como te explico...
Como resumo en poco tiempo lo que te amo... yo...
Como te digo en tres minutos lo que siento

Recuerdo el día en que te conocí
Muy bien, en ese otoño de septiembre, aquel anochecer
Inolvidable aquel día lo que sucedió

Hace tiempo te buscaba y no me imaginaba
Lo fácil que era entregarte mi alma
Cuando el amor llega, te atrapa y te desarma

de pronto, mis ojos se abrieron y puede haber sido efecto de mi imaginación, pero ahí estaba sonriéndome....
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[Aleria]

Había llegado el gran día . Todos estaban pendientes del importante acontecimiento que si iba a llevar a cabo , el vigésimo día del año MCDLX .
Aleria había sido elegida para ayudar a la novia , en todo lo referente a la boda .

Se vistió rápidamente y guardó el vestido que se iba a poner en un bolso de cuero . Seguidamente cogió los cosméticos que había preparado especialmente para Ederne . Y salió corriendo hacia el lugar donde la muchacha la había citado .

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-Pare aquí. -ordenó al cochero .

Se encontraba en frente del suntuoso palacio de los Borja .

Dio al guardia la invitación , y este la dejó pasar .

Dentro había estancias a cada cual más impresionantes y suntuosas . Pidió a una de las sirvientas que la acompañara hasta la habitación donde se encontraba la novia .

Al llegar llamó con 3 toques a la puerta , y esperó a que Ederne abriese .

Mi querida amiga , aquí estoy - dijo sonriente - ¿Estás preparada para tu sesión de belleza ?

[Nicolino]

Efectivamente, Roma era un muy mal lugar para intentar mantenerse alejado del pecado. A cada paso que daba, dos más se sumaban a su lista de culpas para confesar, y él, que reuhía de aquella masa alborotada que solía agruparse en mercados, tabernas y demás, se sentía perseguido por la desgracia tras haber tirado un par de ánforas y muy al contrario de como era en realidad, solo había pedido disculpas, y al verlo dócil unos niños que iban tras su madre la del cántaro, regalos indeseados de Dios, habían tomado suficiente valor para arrojarle un par de piedras y empezar a gritar groserías. Y aquello logró sacarle de sus cabales, desenvainar, y gritar unas graves palabras en valenciano, que sonaron barbáricas para aquellos de origen griego: los niños corrieron pensando que se hallaban frente a un "katalan" y que los iba a comer.

Fue así como volvió a Motarde d'Ascalon ofuscado, tomando la decisión de que su última confesión sería justo antes de casarse, lo que aún era para él el día siguiente. Durmió, y no pudo evitar soñar con ella, lo que le hizo la noche más breve, y cuando los sueños se hubieron desvanecido, había despertado, y aún era muy temprano. Mas que bañarse se ungió en caras esencias que había comprado a un mercader oriental, y posteriormente se vistió con ropas de gala, jubón pardo y capa de piel. Realmente se pensó dos veces el llevar la capa, pues aquel día, a pesar de ser invierno parecía de primavera. La nieve de algunos tejados se derretía, y sin duda alguna se les concedería un bello día, lo que era el mejor regalo que podía pedir: no sería algo muy agradable el ver a sus invitados congelándose bajo la escarcha y rezando para que la ceremonia se acabara pronto y pudieran regresar a casa.

Al atravesar las puertas inspiró profundamente, dejando que el fresco aire del amanecer llenaran sus pulmones. Sus ansias y expectativas eran grandes, y ya deseaba estar pronunciando sus votos ante el Camarlengo. Deseaba volver a ver el rostro de su dama...aquel día le pareció una eternidad. Decidió llevar su espada colgandole del cinturón, y caminaría rápido hacia una pequeña capilla regentada por unos monjes franciscanos que conocía: evitaría a toda costa las calles frecuentadas y entre callejones, para llegar lo antes posible y sin mayores percances donde debía. También, en el camino que trazó ilusoriamente (pues ya tenía un plano mental de Roma que incluía entre tantas otras cosas catacumbas y pasajes palaciegos) debía pasar frente a su propio palacete. Pensaba hechar una mirada indiscreta por allí, para ver como estaban las cosas y enterarse en la lejanía dónde se hallaba su prometida...¿ya habrían partido hacia allá?. No, no, aún era muy temprano...

Y todo aquello lo pensaba mientras se dirigía allá, con el paso orgulloso de un Borja. Se detuvo frente a la parte posterior del palacete, y observó.

-¿Qué es eso bajando por...? Espera.¿Ederne?¡Ederne!-dijo, finalmente ahogando sus palabras, y haciendole una seña a su casi-esposa para que mantuviera el silencio. No vaya a ser que algún sirviente indiscreto les oyera y alertara a la Duquesa. La abrazó, estrujándola contra sí, y robando un beso de sus labios carmesí.
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A schism? Just try it. I will strip you of all you have...

[ederne_bp]

Por Aristóteles bendito, ¿quien podía decir que los milagros no existen?, ahí estaba el, frente mío, vestido de gala, más guapo que nunca, sonriendo al descubrirme en una nueva travesura.
Corrí a sus brazos y ambos nos fundidos en un abrazo sin final, no alcance a decir nada, sus labios cubrieron los míos y ambos buscamos saciarnos de aquel dulce sabor
Necesitaba oxigeno, me ahogaba en aquella habitación, os extraño amor mío, huye conmigo, sácame de aquí y vámonos - le dije con picardía y una sonrisa en los labios a tiempo que cogía su mano.
Sus ojos me recorrieron de arriba abajo podía notar en ellos su deseo y pasión, volví a besarle. el sonreía y me estrechaba aun mas
Recuperando apenas la cordura, negué en sus labios y puse un paso de distancia entre ambos.
Debes irte amor mío, si mi madre nos pilla, creo que podría matarla de la rabia, y esta convaleciente aun, ¿me esperaras en la iglesia? - pregunte aun consciente de su respuesta
Los miedos se disiparon, él iba a estar en la iglesia y ambos diríamos que Sí nos aceptábamos mutuamente, con defectos y virtudes, nada ni nadie nos iba a separar jamás.

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