L'Eglise Aristotelicienne Romaine The Roman and Aristotelic Church

[Nicolino]

Suspiró, sí, debía partir. Y tras aquel intenso momento se sentía reconfortado, alentado, y notoriamente inspirado. Dejó allí a su dama, tras unas cortas palabras de despedida, y siguió su camino, confesándose de todo pecado acumulado en aquel corto lapso temporal, hablandole en latín a un monje recién sacado de la cama con cara de besugo y nariz redonda y rojiza que no parecía comprender demasiado pero tampoco expresaba que le importara. Ya fuera del confesionario, no tuvo tan claro que hacer. Aún faltaban unas horas para que comenzara la ceremonia...¿dónde ir?¿Esperaría simplemente allí o...?. Bueno, quizás el tiempo pasaba mientras simplemente caminaba hacia la isla tiberina, pues no era un lugar extremadamente cercano tampoco.
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A schism? Just try it. I will strip you of all you have...

[ederne_bp]

Le vi alejarse feliz, sonriente mientras en mis labios aun podía sentir su sabor, su candor.
Cuando le perdí de vista, giré sobre mis talones y sentí el frio bajo mis pies, corrí hacia el castillo y busque una entrada, la única que había a la vista era la cocina, así que por ahí ingrese, cocineras, ayudantes y doncellas se quedaron mirándome, el silencio se hizo casi insoportable y me vi obligada a quebrarlo

Esto... yo...- mire a todos lados, ¿cual era la excusa que podría dar?, no había una buena excusa esta vez - vine por... una fruta, eso - cogí una de una gran frutera que había sobre la mesa, le di un buen mordisco y pase por entre todos, con la cabeza altiva, hasta dejar la cocina atrás.

Al hacerlo, reí como una niña descubierta en una travesura, subí las escaleras, por algún sitio pillaría la habitación donde se suponía mi madre y mi hermana y todo el sequito de damas, esperaban a que terminara con mis oraciones.
No descubrí la habitación, así que volví a bajar, nuevamente en las puertas de la cocina, las más jóvenes cuchicheaban sobre mi vestimenta y mi atrevimiento.
Reí nuevamente e hice ingreso una vez más allí no sin antes toser fingidamente- esto… alguna de ustedes puede indicarme donde se supone esta mi habitación? - una mujer de avanzada edad, parecía ser el ama de llaves, me guio - claro señorita, vuestra alcoba está en la segunda planta pero hacia el lado norte - la mujer guio mis pasos, nada ni nadie podría borrar mi sonrisa del rostro, ni la más grande reprimenda de mi madre.

Deguste la fruta que había cogido, en realidad, me había dado apetito verle, sentirle y besarle.

Para mi sorpresa, en la puerta no había nadie esperando, aunque esta se encontraba abierta, ¿seria que me habían descubierto y mi madre yacía en mi cama con un desvanecimiento típico?, reí ante la escena que me forme, subí el último escalón y encontré a Aleria sola en la habitación, la mujer que me guiaba sonrió y hizo ademan de retirarse, la detuve y le dije - puedo pediros un último favor? - la mujer asintió, se notaba de pocas palabras - podéis decirle a mi madre que ya he terminado de rezar y que puede venir a ayudarme? – la mujer me miro al tiempo que daba un nuevo mordisco a la fruta
Se giro y asintió, entre en el cuarto y abrace a Aleria
Me alegra llegaras ya Aleria, hay mucho que hacer aun, estoy lista para que me dejéis irreconocible - sonreí y me senté sobre uno de los taburetes a espera que llegara mi madre con todo el sequito de damas para arreglarme
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[Alegra]

La joven golpeó la puerta y aguardó a que de adentró le dieran paso. Una vez dentro, no se sorprendió de encontrar a Aleria a quien saludo con un estrecho abrazo.

- Ederne, linda ¿Aún en camisola?

Tomó las manos de la novia y le besó las mejillas mientras sus ojos recorrían la habitación más grande que hubo visto en su vida. "Un ejército podría ayudar a vestir a Ederne de ser necesario," pensó tras el cuidadoso estudio.

[Rose_de_anthares]

Mientras Juliane terminaba de ponerse más hermosa de lo común, la de Per observaba una singular escena desde la ventana de la habitación contigua a la de su hija. Tenía en su mano un delicado pedazo de manzana el cual mordió suavemente para provocar riudo alguno. Juliane hablaba mientras ella no dejaba de reir interiormente de ver y oir lo que decía su hija.

- Y pensará me engaña. Supongo que el día que alcance la adultez comprenda que aquello es imposible - se dijo para sí, riéndo. Su hija seguía alistandose y cuando la escena del jardín terminó, la de Pern fue hasta dónde Juliane y le agregló sus claros cabellos - en unos cuantos segundos, no, unos minutos vendrá alguien a decirnos que Ederne ha terminado su "oraciones" - Juliane se giró confundida - ¿pero, como lo sabéis madre? - preguntó a lo que ella inmediatamente respondió - poder de madre -

Ederne ha concluido sus rezos señora mía - dijo alguien desde el solar de la puerta sin alcanzar a ver de quién se trataba - bien doncellas, id a ayudarlas con sus encajes, cuando ya esté y le hayan peinado el cabello iré a ayudarla con el vestido - siguió poniendo lazos y orquillas al cabello de Juliane - estáis hermosa -
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¡Gloria eterna a los Héroes y larga vida a los seres anónimos!

[ederne_bp]

Aquella habitación se llenaba de gente, doncellas iban y venían, ropajes, medias, ligas, y todo lo necesario para cubrirme, al fin el peinado estaba terminado, una última horquilla para que no se desarmara y juraba por Dios que si ponía una más, me desmayaba.

Alegra, Aleria y las doncellas estaban casi terminando de transformarme, cuando una de ellas fue a por mi madre, quien hizo su entrada con su hermoso vestido de gala, la seguía mi hermana Juliane, que se veía cada vez más hermosa.

Solo faltaba el vestido y que abrieran puertas y ventanas para que allí entrara el oxigeno que ya me iba faltando otra vez.

Madre, ya es hora que nos vamos? Con todo esto que llevo encima, quiero ver si podre moverme y no caer en el intento - ella rio y las doncellas hicieron lo propio.
Luego de esta vez, no volveré a casarme nunca más, madre, os lo prometo
Una vez el vestido estuvo sobre mi cuerpo, pude mirarme en un antiguo espejo de medio cuerpo, me gire y observe la cara de aprobación de todas.
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[juliane_bp]

El cálido abrazo con su hermana le hizo notar que la futura esposa deseaba estar a solas, se la veía algo abrumada y tensa - era de suponerse... quién no lo estaría en su lugar?... La observó con una gran sonrisa y leyéndole la mirada se alejó por un rato del cuarto junto a su madre.
Más tarde y ya vestida para la gran ceremonia, Juliane estaba sentada en un gran sillón mientras la de Pern le ultimaba los arreglos en sus cabellos, sin perder de vista, claro, a Ederne, desde la ventana de la habitación contigua.
- Madre, que estás pensando? - dijo Juliane
- en unos cuantos segundos, no, unos minutos vendrá alguien a decirnos que Ederne ha terminado su "oraciones" - respondió la de Pern.
- ¿pero, como lo sabéis madre? - preguntó confundida la jóven girándose
- poder de madre - respondió inmediatamente la duquesa

Y así fue... alguien desde la puerta llamaba nuestra atención.
Ambas acudimos al cuarto donde se encontraba la dama Ederne y nuestros ojos no podían dar crédito a lo que veían... allí estaba la novia, bellísima e inmaculada con su radiante traje nupcial - te ves... - hizo una pausa escapándosele un suspiro - maravillosamente preciosa! hermana mía! - terminó su frase, emocionada y conmovida.
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[Rose_de_anthares]

Su hija se veía realmente hermosa, llegando a quitar de los labios de su hermana las palabras. Sonrió complacida, completamente emocionada de ver a una de sus hijas, a la primera de ellas, contraer nupcias y sobre todo verla muy feliz.
Se acercó y tocó sus mejillas para luego besar su frente – estáis muy hermosa y seréis muy feliz, de ello estoy completamente segura – suspiró con la emoción arrancándose por su mejilla hasta caer como una lágrima sobre su pecho. Agradecía al altísimo por haberle permitido continuar en el mundo. Nerviosa buscó en su pequeño bolso – tengo algo para vos, un prendedor, lo envié a confeccionar especialmente para vos, como el color de vuestros ojos… - le sonrió y lo puso en su vestido – ahora sí – le dijo, abrazándola luego.
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¡Gloria eterna a los Héroes y larga vida a los seres anónimos!

[Jokin_bp]

Llegaba el joven Jokin el último como siempre, golpeó la puerta antes de entrar, al cruzar el quicio de encontró a su madre y sus hermanas, Ederne ya vestida lucía preciosa,

- Hoy has de perdonarme madre, he de saludar primero a la futura Señora de Nicolas dijo sonriendo a Ederne para darle dos besos.

- si finalmente decides echarte atrás, tendre una carreta en la puerta preparada... le dijo con ironía al oido, mientras su madre lo miraba mal

Tras ello saludó a su madre y su hermana Juliane

- ¿cuando dicen pues que comienza el banquete?...
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[yuste]

- ¿cuando dicen pues que comienza el banquete?... - oyó a su hijo preguntar cuando ingresó a la habitación - me pregunto, joven Jokin como es que continuáis de buena forma pensando todo el tiempo en comer - avanzó unos pasos y sonrió a su esposa e hija, pero su atención esta vez iba para su alocada hija que aquel día contraería nupcias.

- Ederne... - besó su frente - que el altísimo os bendiga enormemente, que colme de buenaventuras vuestra vida y a la de la familia que en breve formaréis. Dadme nietos, muchos y precurad sean más Berasateguis que Borjas - le guiñó un ojo y de pasó miró la joya que habían enviado a pedir con su esposa la Duquesa - veo que vuestra madre ya os entregó el regalo, aunque hay uno más, pero ese lo recibiréis cuando ya saáis mujer casada -

Volvió al lado de su esposa sonriente y la observó, la veía bien de su estado - Jokin, preocupaos de vuestra hermana Juliane y no tardéis - le miró seriamente - y Juliane, hija mía, quedaros cerca de vuestra madre - le ordenó con sutileza -

- Iré de las primeras, esposo mío, que mis hijos me sigan. Llevaré a Johan y María - le dijo su esposa, dándole un beso en la mejilla - de acuerdo pues, esperaremos con mi hija hasta que sea el tiempo adecuado, así podremos charlar -

Su familia, o parte de ella se despedía, él sutilmente con un gesto de la mano ordenó el triple de guardia para la Duquesa - entonces hija mía ¡cuando los nietos? -
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[ederne_bp]

Todo había pasado muy deprisa, o quizás así me parecía, pues la habitación se lleno de toda la familia
Primero fue Juliane quien abrió sus bellos ojos quedando prendada del vestido
Parece que me veo distinta, hermanita, no lo crees? –hice una pausa y sonrei - Todas han hecho un estupendo trabajo – dije a tiempo que las miraba y sonreía.
Fue entonces mi madre quien se acerco y me entrego aquel prendedor
Es hermoso Madre! - le dije abrazándola - me haréis llorar y al final todo el trabajo que han realizado Aleria, Alegra y las doncellas se verá apañado por mis lagrimas
Le bese las mejillas y le susurre cuanto la amaba, pocas veces lo hacía, pero hoy era el momento para decírselo, me volví a abrazar a su cuello y por primera vez, quise volver a ser una niña en su regazo, la sentí suspirar, ambas habíamos crecido, juntas, independientes.
Por alguna razón, la piel comenzó a temblarme, sentía inestables los pies y el estomago me daba vueltas
Pero todo aquello se vio interrumpido cuando mi hermano entro en la habitación, que guapo se veía con aquel hermoso traje.
Hoy has de perdonarme madre, he de saludar primero a la futura Señora de Nicolás
Aquellas últimas palabras me dejaron sin aliento, futura señora de Nicolás,¿ así me iban a llamar en adelante? La esposa del Borja, la mujer de Nicolás, la Señora de Borja, medite en eso mientras mí hermano me abrazaba, parecía leerme los pensamientos mientras barajaba mis posibles futuros títulos cuando me susurro: si finalmente decides echarte atrás, tendré una carreta en la puerta preparada...
No fui capaz de reírme, los nervios no me lo permitían, ¿que me estaba sucediendo? Siempre fui muy segura de todo, ¿porque entonces ahora me sentía tan tímida?
Mire a todos lados, para luego emitir un suspiro, quería salir de allí en aquel momento, ya me sentía ahogada.
Me pregunto, joven Jokin como es que continuáis de buena forma pensando todo el tiempo en comer - y ahí estaba mi padre,
Estaba toda la familia, o bueno, quizás casi toda la familia, ¿porque entonces sentía en los ojos las lagrimas casi rebalsar?
Estire los brazos a mi padre, como había hecho cuando nos descubrieron en la capital, luego de mi huida.
El siempre me había comprendido, o quizás lo había intentado.
Ederne... – dijo mientras besaba mi frente - que el altísimo os bendiga enormemente, que colme de buenaventuras vuestra vida y a la de la familia que en breve formaréis. Dadme nietos, muchos y procurad sean más Berasategui que Borjas – reí ante aquella sugerencia, mientras mi padre sonreía con la picardía en su rostro. Veo que vuestra madre ya os entregó el regalo, aunque hay uno más, pero ese lo recibiréis cuando ya seáis mujer casada –
Para admiración de todos, incluso mía, me había quedado sin palabras, solo pude abrazar fuerte a mi padre y darle un beso en su mejilla.
En un susurro le dije – Gracias Padre
Aquello le pillo desprevenido, bien sabia dios que ninguno de sus hijos era lo suficientemente demostrativo para abrazarlo sin más, pero las fuerzas ya no me podían, asintió y se alejo un poco hasta el lado de mi madre.

Dio nuevamente órdenes, estaba acostumbrado a darlas y mi madre y mis hermanos dejaron la estancia, detrás de ellas, el sequito de damas que había hecho hasta lo imposible por arreglar mis ropajes, salió y en la estancia, nos quedamos mi padre y yo, solos

Entonces hija mía ¡cuando los nietos? – Reí y me senté sobre la cama, - Nicolás quiere que sea pronto, quiere llenar Játiva de hijos nuestros, pero no se padre, me da tanto miedo, no sé si seré capaz de resistir un parto, no soy tan fuerte como mama, pero intentare no defraudarte y darte nietos que sean muy Berasategui.
Sonreí y tome las manos de mi padre cuando éste se sentó a mi lado.
Cuidaras a mama por mí? - le pregunte en un susurro
Me miro sonriente, hacía mucho tiempo que venía ocupándome sin querer de mi madre, la había cuidado durante la última guerra cuando había sido herida y mi padre había confiado en mi buen juicio, sabía que con mi matrimonio dejaba a mi madre sin su apoyo diario y necesitaba saber que mi madre estaría acompañada por él.
Jokin se había vuelto un joven que solo pasaba horas tras libros o en tabernas de poca reputación. Y la pequeña Juliane era aun muy pequeña para ocuparse de mama.
Deberíamos irnos ya, no quiero hacer esperar mucho a Nicolás y no quiero dejar tiempo a arrepentirme - sonreí y le bese la mejilla – os amo padre
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[Zebaz]

Traerme un barreño con agua y sal! Grito sentado en la primera de las sillas que encontró al pisar el Palacio Borja. No sabia si era el tiempo, pero lo encontraba mas viejo que la ultima vez que había estado allí ... que ya ni recordaba cual fue el motivo por el que estuvo alli la ultima vez.

Pero nada de agua del río, que esa esta llena de mierda y tiran a los muertos y las tripas de los animales que se comen. Golpeando con el bastón en el suelo. De una fuente, que este clara y fresca, como si fuese para beber.

Pero me la calentáis! al fuego!! Dijo por si acaso. Que luego a ver si me resfrío por los pies y muero de un resfriado por la culpa de casarse en Roma. Una y otra vez repitiendo que la boda iba a ser en Roma. Cosa que no le gustaba nada y cuando tenia la ocasión tiraba alguna que otra puntada malcarado.

Con el dedo hinchao que me han dejao, por la gracia de venir a casarse a Roma ... malditos desgraciaos, ahí se le hinche al novio también el dedo como a mi y veras como hace el paseillo por la basílica ... Continuando refunfuñando entre dientes.

VIENE O NO VIENE EL AGUA!! Ya poniéndose de más mal humor.
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Monseñor don Zebaz Campeador Torres de Borja i Villalonga.
✠Furriel Major✠Gentleman of His Holiness✠
✠Duque de Faenza✠Conde Palatino de San Juan de Letrán✠Comandante de la Orden de Nicolás V.✠
✠Aristotelian since 1456✠Senatorial Herald✠.