L'Eglise Aristotelicienne Romaine The Roman and Aristotelic Church

[jesusalfonso]

El Prior escuchó al Abad Ignius y dijo:

- Palomo, se ha portado bastante bien; si bien durante el viaje no dejó que lo montara en varias ocasiones. Ahora debe estar molestando a los pobladores de Roma.

Rió y mirando al caspolino respondió:

-Pero el buen Palomo no es cualquier animal estimado Asdrubal. Y más que bestia de transporte es un buen amigo.
Y sí, es una lástima que Roma esté decayendo tanto, y sería muy doloroso que tan hermosos monumentos se perdiesen por personas sin escrúpulos.
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[Gominola]

Después de la travesía en barco, continuaron su viaje en el carruaje que les aguardaba en el puerto. Mientras era cargado con sus equipajes, Gominola, Gusanito, Lakshmi y Manrique, aprovecharon para entrar en una posada para descansar un poco y tomar algo caliente.

Los pequeños Laks y Manri no se habían perdido ni un solo detalle y no habían dejado de hacer preguntas sobre todo lo que encontraron por el camino y no fue una excepción el último tramo del viaje, en el que, mirando a través de la pequeña ventanilla preguntaron por todos los nombres de las villas que encontraron a su paso.

El carruaje paró frente al imponente edificio y tras despedir al cochero con unas monedas, la familia entró mientras saludaban algunas caras conocidas.

Ejerciendo de perfecta anfitriona, como siempre, Gomi vio a su hermana Rose que charlaba con uno de los invitados y tras esperar que concluyera, se acercaron a ella para saludarla.

- Querida hermana - dijo tomándola por las manos - me alegro mucho de volver a encontrarnos por fin... ¡estás radiante!. Felicitaciones por la boda, estarás muy orgullosa de tu hija.

En ese momento Gomi se puso un poco triste, al pensar en la truncada vida de pequeña a la que nunca podría ver vestida de blanco. Retirándose un poco, dejó espacio para que el resto de la familia pudiera acercarse.

[Rose_de_anthares]

- Monseñor, cuanto me alegra conoceros. He oido vuestro nombre en más de una oportunidad y veros en este dìa tan especial me alegra muchìsimo - sonrió. Para la Duquesa era siempre un placer y agrado conocer a los miembros de la santa iglesia aristotélica - a vos os pediré me contéis sobre Cataluña, como está todo ya que desde que en Valencia nos invaden piratas con pretenciones "nobles", poco he podido enterarme de cuanto para a nuestros vecinos hermanos. -

Ibelía le habló en ese instante, tras saludarla afectuosamente - no del todo, mi dama. Pero estar viva es algo que agradezco en verdad - le sonrió amablemente y acercándose un poco al oído de Ibelia le susurró - mi hija es un atado de nervios, los propios de una novia, vamos ¡quién duerme la noche antes de su matrimonio - rió cómplice con ella.

- No será ahora, de la Barca - dijo respondiendo a su amabilidad para contar la historia de Caspe - pues segura estoy es una historia que me gustaría oír en alguna cena. Ya os haré extensiva una invitación para visitar mis feudos en Valencia - en aquello vió acercarse a su nieta Helena en compañía de Gorka, pero se entretuvieron en una charla con Rosita, de pronto, por frente de ella pasó un soldado que dictaba de lo común acercandose al trovador que se había presentado hace unos instantes.

- ¿Siempre váis así de preparado? - le sonrió en medio de la pregunta - ya desearía que todo miembro de mi hueste cargara asi el escudo. Ahora, si os presentáis podría conoceros - sonrió - tambien esperando a saber si Goz nos haría el honor luego de enseñarnos su arte.

En eso apareció ante sus ojos su hermana quién la abrazó - el altísimo me bendice aún más este día, hermana - besó sus mejillas con dulzura - ¿radiante decís? aquello si es notable considerando que la vida casi me la arrancan un par de semanas atras - miró el rostro preocupado de su hermana con el comentario - ya os contaré sobre el atentado a mi vida, pero ahora no es momento - volvió a abrazarla - estoy muy feliz por la boda de mi hija y por veros - vió el los ojos de su hermana mucha tristeza, dando paso atrás - ¿deseáis contarme algo, hermana? - le preguntó, pero el resto de su familia se adelantaba a saludarla.
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¡Gloria eterna a los Héroes y larga vida a los seres anónimos!

[Manrique]

-Y si se ahoga?

-No no se ahogará.

-Pero y si se le acaba el aire...

-No, Manrique no se le acabará el aire.

-Pero es que la caja está muy bien cerrada.

-Pero no respira tanto como nosotros, debes comprender que sus pulmones son muy muy pequeñitos.

-Pero los utiliza para piar, imaginate que tu estás hablando y de pronto dejas de respirar,... Manrique se lleva la mano a la nariz y a la boca y ejemplifica que va hablando sin respirar y poco a poco se va poniendo de un tono rosado.
Su hermana mientras, aprieta fuerte la mano de su marido por el sacrificio que está haciendo de ir con dos niños en un viaje tan largo. Él le mira y sonríe, está acostumbrado; hace mucho tiempo que convive con la pequeña Lakshmi y Manrique, aunque ahora reside en el convento, en fiestas se acerca a su casa.
Ella le devuelve la sonrisa cariñosa. De pronto nota algo raro, un silencio especial en el carro. Mira a Manrique que tiene un tono rosado
próximo al morado.
-¡Manrique!-espeta Gominola mientras le quita las manos de la boca y de la nariz. Deja de hacer tonterías o te vuelves solo a casa.
-Jo....- sintiéndose incomprendido vuelve a respirar y a recuperar su color original. Solo quería ver qué es lo que podía pasar con Turino.
-¿Pero no oyes como pía, está muy sano? A mi tampoco me gusta tenerlo enjaulado, pero eso es mejor a que nos llene a todos con ....
ya sabes. Además ya pronto llegamos y podrá salir el y también nosotros a caminar un poco.
Manrique recuerda la cabina llena de caquitas del pollito que habían comprado a un mercader hacía poco. A partir de ese momento había
viajado en una caja de madera, retirando de ella previamente un presente para la familia.

Manrique estaba muy contento porque iba a ver a su hermana Rose, a su sobrinita, y a la demás familia.

Después del ajetreado viaje, de preguntar por todos los nombres de los pueblos, de dar la martingala con esto o aquello, de intentar recoger
una tortuga herida durante el trayecto en barco, y de la última adquisición con plumas, Turino, llegaron a la iglesia.
Manrique y Lakshmi salieron corriendo como si avisaran de un incendio en el carruaje.

El lugar estaba muy concurrido. Se recordó Manrique de que en aquella tierra había nacido él, unos diez años atrás, debido a su abuelo.
Recordó a Anzo y miró para el cielo. Vio una gran nube y se imaginó que su abuelo estaba subido en esa nube.


No obstante como niño que es, cambió de tema y cuando Gominola le indicó a Manrique, fue a presentarse ante su hermana Rose. Gomi se lo había repetido muchas veces como para interrumpir, pero se adelantó a su hermana, en una carrera hacia su otra hermana.

-Hola Rose!! Manrique pegó un salto y se agarró a su cuello y le dio muchos besitos.
Qué guapaaa. Miró el vestido y todas las alhajas que llevaba su hermana valenciana. Guau, pero si se parece el vestido al tuyo, Gomi! Cómo se nota que sois hermanas.
Para Manrique un color rojo y un granate era más o menos lo mismo; todos los vestidos largos eran más o menos iguales y los adornos en el pelo ídem.

Detrás, su hermana Gominola, bastante más formal, se presentó:
-Querida hermana, me alegro mucho de volver a encontarnos...
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[Aniessa.]

El patricio oyó Caspe y se volvió.
- ... Caspe ... esa villa aragonesa bajo temporal administración catalana ... -dijo como para sí pero lo suficientemente alto como para que lo oyesen.
Pero resultó que en el grupo del que había medio oído la conversación se encontraba su prima Ibelia, a la que hacía tiempo que no veía. Ya había sido suficientemente insolente, así que tan sólo hizo un leve gesto con la mano y chistó con los labios:
- ¡chist, chist! ¿... prima Ibelia?

[juliane_bp]

Agotada por su regreso de su largo viaje junto a la hueste, en tierras valencianas, la Berasategui llegó al castillo de Morella, y, a pesar de su cansancio, ordenó a los guardias prepararan un carruaje a primera hora de la mañana siguiente: destino Roma... su bella hermana Ederne contraería matrimonio y no estaba dispuesta a perdérselo.

Durante esa misma tarde intentó ubicar a su hermano mayor, Jokin, para que la acompañara, al mismo tiempo que se organizaba sus ropajes para los acontecimientos que le esperaban.

Aún sin que el sol se asomara del día siguiente, la jóven Juliane estaba viajando rumbo a Roma, temía restrasarse, así es que salió antes de lo previsto.

Llegando a las puertas de la Basílica, hizo detener su carruaje y prefirió seguir a pie, escoltada por uno de sus guardias, sabía que no podía ser de otro modo de acuerdo a las órdenes que siempre dejaba su madre.
Al cabo de un buen rato pudo divisar a la de Pern entre tanta gente, y con prisa corrió a su lado y la abrazó cariñosamente - estas preciosa, madre! - le dijo sonriendo y saludó también cordialmente a sus tíos que se encontraban junto a ella en ese momento.
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[Ysuran]

Ysuran escuchó interesado al de Caspe...- Claro claro, con gusto hablaremos después del ataque pirata, ahora voy a seguir saludando a conocidos. dijo el Pellicer dejando al grupo y buscando a su amigo Gorka para saludarlo debidamente entre otros.

Cuando se dirigía con su esposa Ibelia y Crimea hacia donde estaba Gorka se cruzaron en el camino con un soldado patricio que se empeñaba en llamar a su adorada pelirroja, Ysuran miró despectivamente...pero ¿este quién es?...

El Capitán de Olocau se acercó al patricio y le dijo: - A ver ¿tú quién eres? y ¿Por qué chistas a mi esposa? ¿Acaso no ves que es una mjer de bien y casada para llamarla así?¿De qué la conoce?

El Pellicer se quedó frente al patricio esperando respuestas...

[hrp] Aniessa no te enfades que es por hacer un poco de RP , encantado de conocerte por cierto [/hrp]

[Asphodelle]

No llevaba el uniforme, y no estaba aquí como jefe, sino como amiga.

Asphodelle, adornada de un vestido azul colorado de noche, había pasado más de dos horas arreglando su postura para el matrimonio de su prefecto adjunto.
Cosa rara, había puesto un cuidado particular de peinarse, de maquillar sus ojos, y de llevar joyas muy simples.

Nicolino era un soldado de calidad muy grande, y un hombre de gran valor.
También, aunque no conozca a nadie, y aunque deberá encontrar sus palabras para hablar correctamente en español, viene con un placer no disimulado.

La gran basílica lanza su anchura de espaldas monumental hacia el cielo azul, y este día de enero tiene el gusto de día de verano.

Inclina la cabeza, si se la mira. Sonríe, mientras por verdadera alegría.

La gente discutía y era verdaderamente agradable de ver.
También encontró el acontecimiento particularmente bien preparado, y todos los invitados eran por muy bellos como era encantamiento que simplemente hay que mirar.

Siendo única, entra, y se encuentra un sitio, tan discreto que era normal del ser, en su posición de invitado simple.
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« Il n'y a pas de sens, il n'y a qu'un but »

[Asdrubal1]

Tras pedir disculpas al grupo, se volvió al Patricio quien poco había tardado en soltar argumentos aragonesistas para con el Ducado de Caspe, mucho le habría gustado al de la Barca lanzar un guante al muchacho insolente, y por ende, meterle tres palmas de acero almogaver en el cuerpo ;

-Dudo mucho que sea el momento y el lugar mas indicado para soltar semejante fanfarronada, os prevengo porque Roma es una ciudad peligrosa, no me gustaría que el próximo cadáver que cayera al Tiber vistiese ropajes aragoneses.

Tras terminar de hablar, volvió al grupo, al que habían llegado varias personas, hizo una breve reverencia a la hija de la Duquesa, y a Gominola, a la que ya conocía de antes, de Barcelona;

-Que alegría que estéis aquí Gominola, espero que os vaya bien.
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[ibelia.jordan]

Ibelia contestaba en confianza a la Duquesa de Benicarló.

-¡Demos gracias al Altísimo porque todo quedó en un susto!
Por los nervios de la novia, los comprendo perfectamente, yo hubiera preferido en aquel momento entrar en batalla antes que en la iglesia. Le dijo en voz baja riendo al recordarlo.

De repente alguien reclamaba su atención. En un primer momento no reconoció al insolente soldado que la chistaba y le hacía un gesto.

Pero después de pensarlo unos segundos mientras veía como a su esposo no le había gustado la actitud del joven reconoció al primo Aniessa, al que no veía desde que era un niño.

-¿Urbez Aniessa eres tú? Preguntó sorprendida. Y sujetando a su esposo.

-¡Cuanto tiempo! Como te iba a reconocer si te fuiste de Valencia siendo un chiquillo y ahora eres un soldado ¿Patricio aragones?

Le decia mientras miraba su uniforme de arriba a abajo.
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[Goz]

Goz seguía distraido viendo pasar gente tan distinguida, cuando de pronto un buen amigo aparece entre la multitud "¡Vaya Aniessa! Que alegría verle. Las canciones como siempre, aunque es un trabajo duro" sonrie "La fiesta de Urgel fue excepcional, había una cantida de gente asombrosa, y lo cierto es que lo pasé muy bien. Me alegro que vos escogierais también la senda del trovador. Tenemos que quedar un día para compartir letras, si no le importa, y yo poder cantar también sus composiciones, le aseguro que cada vez que la cante dire que es vuestra" mientras están hablando a cerca de las aventuras del viaje.

[Aniessa.]

El Patricio sonrió. No hay como ser un poco insolente para hacerse de notar. Ahí estaba él, un andrajoso soldado rodeado y requerido por gente importante.
Bien es cierto que una era su prima:

[Aniessa.]

- Doña Rose, no penséis que por ser la última de los notables a la que me dirijo, sois la menos importante, ¡todo lo contrario! - Esta vez la reverencia casi hizo tocar con su frente las rodillas- Pero primero hay que saludar a la familia y ¡luego evitar dos duelos en un minuto! ... Habéis de saber - continuó- que pocas cosas recuerdo de mi padre, pero una era de vuestra sabiduría en la guerra y la política ... Estoy a vuestra disposición como trovador y como soldado.
Se retiró y se volvió a Goz.
- ¡Goz! ¡Bribón! Me alegro mucho de que te vaya bien y te ganes la vida con la trova. Yo he elegido las armas y la épica, tu la lírica y el camino. ¡Intercambiaremos sin duda rimas y composiciones! - Rio fuertemente y abrazó a Goz por el hombro- ¡no tengo esperanzas de vencerte si un duelo de trovas se plantea, pero eso no me desanimará a participar! ¡No hay deshonor en ser derrotado en buena lid por el mejor!
- ¡Prima! -se dirigió a Ibelia con un guiño- ¿No tendrás por ahi escondido a Elbardo?.

[Taresa]

Con la cabeza apoyada en la mano, Taresa observaba el bullicio de Ostia mientras se ponían en marcha; con la otra apartaba la cortina del carruaje. Le pareció que si la ciudad portuaria hubiera sido una persona, sería un tiñoso: hervía de vida y actividad, pero a la vez tenía un aspecto descuidado, con edificios desconchados y en ruinas. De hecho, se cruzaron con alguna carreta cargada de piedras que viajaba al norte por la costa. Dejaron atrás las últimas casas y el bullicio del puerto para seguir por la carretera, entre campos de cultivo y pequeñas granjas, no muy separadas. Prácticamente en todo el trayecto no había un espacio desierto.

"Estoy en Roma. ¡Estoy en Roma!" Si lo decía muchas veces, tal vez se lo acabaría de creer. "Pero cierra la boca, que parece que acabas de salir del pueblo. Te vas a acabar tragando una mosca."

Y era gracias a su madrina, que sabía la ilusión que le hacía pisar la península italiana y no dudó en llevársela consigo. Una pena que no pudieran desviarse a los otros estados... pero había que reconocer que el viaje en barco era mucho más cómodo. Lo que peor llevaba era esa ceremonia con gente tan importante: si el cumpleaños del novio había sido concurrido, no se quería imaginar la boda. Pero no pasaba nada, se portaría bien, cuidaría de ser una buena acompañante y saldría airosa.

Y, con un poco de suerte, podría escaparse a ver las iglesias de la ciudad. Más aún, podría ver el Campo Vaccino, donde se encontraban los restos de los tempos de los antiguos. Tenía una lista confeccionada desde ni se sabía cuándo: era probable que entre los peregrinos corriera la información de que, al igual que en algunas tabernas cobraban más caro a los de fuera, y en otras avisaban a los asaltantes de que había gente en viaje, en alguna había una muchacha que hacía unos interrogatorios leoninos en cuanto oía la palabra "Italia".

Se iban acercando a Roma, y ya cerca de las murallas vio cómo relumbraba al sol de enero el mosaico más hermoso que había visto en la vida, dispuesto sobre el frontón de una iglesia: sobre un fondo dorado se recortaban apóstoles, ángeles y profetas, que de tan vivos que parecían casi daban ganas de despedirse de ellos.

-Ten cuidado no te vayas a caer, que estás con medio cuerpo fuera-le dijeron desde el interior del carro.

-No pasa nada, madrina.. señ... Monseñora-le contestó mientras volvía a sentarse. "Tengo que volver ahí", pensó.

Cruzaron la muralla y el carruaje pasó a duras penas entre el gentío, que caminaba como si nada: Taresa tenía miedo de que atropellaran a alguien, pero parecía que ellos no. Por fin cruzaron el puente y llegaron a la isla. Se bajó la primera de un salto, estiró un poco el vestido prestado y ayudó a que la flamante obispo de Osma bajara del carruaje. Si sabría ella que era nueva, con la de cajas que había tenido que transportar al palacio episcopal.

[Ysuran]

Aniessa se dirigió al marido de su prima, con una reverencia:
-Disculpad, Señor Ysuran, si he obrado de manera incorrecta, pero no he podido más que saludar a mi prima. Soy Úrbez, hijo de Francho Aniessa, que la tierra le sea leve, tío de Ibelia y antiguo soldado del Ejercito de Valencia.

Ysuran se quedó mirandolo...eso explica muchas cosas claro... -Bueno en ese caso encantadodecía mientras le tendía una mano...-Decidme, ¿Cuándo vaís a veniros a vivir a Segorbe? Espero que pronto y se una a la Hueste del espectable Vizconde de Olocau, sin duda de las mejores del Reino de Valencia.