L'Eglise Aristotelicienne Romaine The Roman and Aristotelic Church Index du Forum L'Eglise Aristotelicienne Romaine The Roman and Aristotelic Church
Forum RP de l'Eglise Aristotelicienne du jeu en ligne RR
Forum RP for the Aristotelic Church of the RK online game
 
Lien fonctionnel : Le DogmeLien fonctionnel : Le Droit Canon
 FAQFAQ   RechercherRechercher   Liste des MembresListe des Membres   Groupes d'utilisateursGroupes d'utilisateurs   S'enregistrerS'enregistrer 
 ProfilProfil   Se connecter pour vérifier ses messages privésSe connecter pour vérifier ses messages privés   ConnexionConnexion 

[Dogma]El eclipse VII: El Paraíso

 
Poster un nouveau sujet   Répondre au sujet    L'Eglise Aristotelicienne Romaine The Roman and Aristotelic Church Index du Forum -> La Iglesia Hispanica - L'Église des Royaumes Hispaniques - Church of the Hispanic Kingdoms -> Biblioteca Hispánica
Voir le sujet précédent :: Voir le sujet suivant  
Auteur Message
lmgandul



Inscrit le: 14 Aoû 2008
Messages: 886

MessagePosté le: Mar Aoû 10, 2010 10:28 pm    Sujet du message: [Dogma]El eclipse VII: El Paraíso Répondre en citant

Citation:
El eclipse VII: El Paraíso


Los siete ángeles se encontraban frente a mí. Enarbolaban una gran sonrisa llena de gentileza que subrayaba su mirada llena de ternura. Por primera vez desde que me quedé solo como un perro en aquel campo, me relajé y la serenidad que emanaban se me contagió. Me ayudaron a levantarme y Miguel, el más robusto, me hizo subió sobre su espalda. Me sonrojé ante la idea de montar sobre un Arcángel como si fuera un caballo, pero todos ellos se rieron viendo la turbación en mi rostro, pero sus risas no eran burlonas, sino amigables.

Entonces, siete grandes pares de alas magníficas se extendieron. Los Arcángeles se acercaron al borde y se dejaron caer. Grité de terror, pero mi grito se ahogó cuando los Arcángeles levantaron el vuelo y se alzaron hacia sol. Aventuré una mirada hacia abajo, donde la Luna se alejaba, y me prometí interiormente vivir siempre en la virtud, según los preceptos de Aristóteles y de Christos, con tal de no regresar nunca más a tal terrible lugar. Galadrielle me sonrió con complicidad y me dijo: “ Tomaste una decisión juiciosa. Otros pueden seguir tu ejemplo, pero siempre habrá quien merezca la Luna.”

Me pregunté cómo había podido adivinar tan exactamente mis pensamientos, pero mi espíritu olvidó rápidamente el asunto ante el magnífico espectáculo que tenía lugar ante mi. La Luna quedaba atrás, y atravesábamos el espacio que la separa del Sol. Las estrellas se me figuraban espectáculos mágicos. Podía, incluso, vislumbrar astros que no conocía, pues no eran visibles desde la tierra. Pero, en ese instante, mi mirada no podía apartarse del Sol, ardiente e inmenso, pues jamás lo había visto tan de cerca. Me sentí como la hormiga ante la montaña, tal era la sensación de pequeñez que me invadía.

Nos acercábamos cada vez mas al divino astro ardiente, cuyas llamas, de muchas leguas de longitud casi nos rozaban. Me pregunté si no acabaría mal aquel viaje para los siete Arcángeles y para mi, pero Miguel, quien seguía cargando conmigo, me dijo: “No tengas miedo y mira”. Vi entonces como las llamas que recubrían el sol se abrían, dejando lugar a un espectáculo magnífico. Bajo ardiente lecho se encontraba aquello de lo que había oído hablar desde mi más tierna infancia, sin llegar nunca a entender realmente que era. Era el Paraíso

Aterrizamos en aquel mágico lugar. Todo parecía bañado por una suave luz. Mirase donde mirase era imposible encontrar el mas leve resto de oscuridad. Hasta donde alcanzaba la vista no había viviendas ni construcciones de tipo alguno. Los hambrientos se saciaban recogiendo simplemente el fruto de los árboles. .Los exhaustos, simplemente, se echaban sobre la hierba verdeante. Los niños jugaban despreocupados, riendo y corriendo por los campos. Los Arcángeles se despidieron de mi, pues su misión había acabado al traerme a aquel lugar. Les agradecí sinceramente su compañía y les despedí con una amplia sonrisa.

Decidí visitar aquel mágico lugar. Aquellos con quienes me cruzaba me daban la bienvenida y yo les respondía, sonriente y agradecido. La bondad, la felicidad y la alegría se respiraba en el ambiente, contagiando a quienes permanecían en aquel lugar. Me acerqué a una pequeña fuente de agua clara que parecía invitar a beber al paseante. Me había inclinado ya cuando vi un poco mas lejos a dos hombres que me hacían señas para que me acercase. Cual fue mi sorpresa al llegar junto a ellos y descubrir que tenía ante mi a Aristóteles y Christos, quienes me saludaron con gran educación, preguntándome si me agradaba aquel lugar y si había tenido un buen viaje. Estaba tan emocionado que apenas pude balbucear palabras inconexas, extasiado por las dos personas que tenía ante mi. Y entonces oi una voz.

Sypous.
Traducción por Griko
Revisión por Astaroth

_________________
Revenir en haut de page
Voir le profil de l'utilisateur Envoyer un message privé Envoyer un e-mail
Montrer les messages depuis:   
Poster un nouveau sujet   Répondre au sujet    L'Eglise Aristotelicienne Romaine The Roman and Aristotelic Church Index du Forum -> La Iglesia Hispanica - L'Église des Royaumes Hispaniques - Church of the Hispanic Kingdoms -> Biblioteca Hispánica Toutes les heures sont au format GMT + 2 Heures
Page 1 sur 1

 
Sauter vers:  
Vous ne pouvez pas poster de nouveaux sujets dans ce forum
Vous ne pouvez pas répondre aux sujets dans ce forum
Vous ne pouvez pas éditer vos messages dans ce forum
Vous ne pouvez pas supprimer vos messages dans ce forum
Vous ne pouvez pas voter dans les sondages de ce forum


Powered by phpBB © 2001, 2005 phpBB Group
Traduction par : phpBB-fr.com